Albarracín Aventura: una odisea en Torres

El parque de multiaventuras situado a las afueras de la localidad mantiene un gran eco entre el público escolar y familiar, además de grupos reunidos por festejos.

No es el bosque de Sherwood, sino un paraje arbolado de la Sierra de Albarracín, a la salida de Torres. No hay rastro de Robin de Locksley, ni del Pequeño Juan; tampoco se adivina el orondo perfil del fraile Tuck y la figura guerrera de la simpar Marian. El parque de Albarraín Aventura es un recorrido de emociones pensado para disfrutar en varios planos, con recorridos ajustados a cada estatura y condición física.

Alberto Herranz es monitor del parque desde hace unos años; experto en la materia a pesar de su juventud, es de Teruel y se basta con el apoyo de otro compañero para gestionar un grupo numeroso de visitantes; se les ordena a todos por criterios de la complejidad elegida, y en el momento presente se extreman todas las precauciones sanitarias, que incluyen desinfección personalizada de arneses y ropajes. "Tengo relación con los pueblos de la comarca por amigos y algún familiar, y después de estos años trabajando aquí, se le coge cariño. Creo que es un sitio muy bonito y nuestra misión es hacerlo agradable y divertido para quienes nos visitan".

"Creo que es un sitio muy bonito y nuestra misión es hacerlo agradable y divertido"
Torres de Albarracín, el pueblo donde se divisa la aventura.
Torres de Albarracín, el pueblo donde se divisa la aventura.
Laura Uranga

Equilibrio y velocidad

Las principales actividades del parque son el arborismo y tirolinas, aunque también hay terreno ajustado al ‘paintball’ y dianas para practicar tiro con arco. "Normalmente vienen muchos grupos de escolares en primavera, justo antes de las vacaciones de verano, y los chavales se lo pasan en grande. También acogemos unas cuantas despedidas de soltera y soltero a lo largo del año, además de cumpleaños o fiestas de empresa. En verano hay bastante gente también, como podréis comprobar hoy mismo. El recorrido está variado; tenemos dos kilómetros en total, con un circuito de arbolismo por niveles: uno más pequeño para los niños, al que damos el color amarillo, con puentes de tablas o tibetanos a menos altura, y uno verde para chavales más mayores y adultos. Por último, está el azul, pensado para gente en forma; es exigente. En cuanto a las tirolinas, tenemos seis de 50 metros a lo largo de un barranco, y luego está la gigante, de 130 metros de largo, aunque no tiene una gran altura; se alcanza la plataforma de lanzamiento tras subir apenas unos escalones de madera, y lo primero que se hace es fijar la cuerda de seguridad ahí arriba, para poder moverse con libertad, sin miedo a un resbalón".

Alberto hace una demostración en la tirolina grande; la bajada es rápida, pero controlada y minuciosamente preparada por el monitor, que siempre antepone la seguridad del anclaje a cualquier paso. "Te lanzas y un poco antes de la llegada hay un freno, así que para alcanzar la plataforma de llegada es ideal hacer un impulso hacia adelante con las piernas, encogiéndolas primero para hacer una especie de brinco en el aire".

El monitor aterriza con facilidad; durante la jornada seguirá su ejemplo un grupo nutrido, respetando los turnos para no saturar la instalación. Los puentecitos y tocones de madera alineados en la zona de arborismo (siempre con sirgas de seguridad) también verán el tránsito de grandes y pequeños disfrutando de la naturaleza al máximo. Un pequeño oasis verde en el gris oscuro, casi negro, del trajín social actual.

Afición por la escalada, la patata y el patrimonio religioso local

Albarracín y sus zonas de rodeno son un paraíso para los amantes de la escalada en pared y, especialmente, el ‘boulder’. Se cuenta con toda una red de enclaves, alojamientos y espacios especializados que respiran monte por los cuatro costados. Uno de esos alojamientos dirigidos principalmente a los escaladores es Don Pepo, un antiguo pajar en el centro del pueblo hábilmente convertido en hospedaje. Lo llevan Jorge Muñoz y Miguel Navarro; las excursiones de escalada que programan desde Don Pepo cuentan con el beneplácito de especialistas y neófitos. Además, en los últimos tiempos también han incorporado a su menú de opciones las salidas con motoristas por diferentes puntos de la sierra.

Entre los negocios locales destaca por impacto Patatas Fernando. La firma trabaja con patata fresca de la zona y trabajan sobre pedido; además, el corte se hace según las necesidades del cliente, desde patata para bravasa las tradicionales de tipo bastón, panadera o a dados; se envasa al vacío y se envía. Las características de este tubérculo local tienen mucho que ver con la bondad de la tierra, el tiempo de permanencia bajo ella (seis meses) y la altura a la que crecen, 1.200 metros.

En cuanto al patrimonio religioso, la principal referencia es la iglesia parroquial de San Miguel, construida en el siglo XVII en mampostería de rodeno. Se trata de una gran mole con torre a los pies; se levanta en mitad del pueblo y tiene tres naves, con la central cubierta de bóveda de medio cañón con lunetos. Tiene coro alto a los pies, y destacan en el interior los pilares con forma abombada y capitel corintio. La torre está compuesta de tres cuerpos; los dos inferiores son de planta cuadrada y el superior, de planta octogonal, adornada con un chapitel piramidal.

A la ermita de San Roque, situada a un kilómetro del pueblo en la pista forestal que lleva hasta la localidad vecina de Royuela, se va en romería a mitad de agosto con motivo de la festividad del santo. Después de la caminata hay un almuerzo popular en la Plaza Mayor de Torres.

Los festejos populares que se siguen celebrando en la localidad

Sonia Moreno Ciscar, educadora del aula de Adultos de Torres, recogió en el Curso de Memoria de 2012 a 2014 un compendio de festejos que, en años normales (el actual no califica para esta categorización, obviamente, y las fiestas populares desde el 14 de marzo no se han celebrado) siguen vigentes. Moreno las compiló en el libro ‘Torres de Albarracín en su historia’ (CECAL, 2015). Así, en enero se celebran las hogueras de San Antón, y el 3 de febrero llegan las candelas por San Blas. El Jueves Santo hay monumento, y procesión dl encuentro el Domingo. En mayo se ha venido haciendo una romería flamenca a la ermita de San Roque. En julio hay misa y procesión por el Carmen, fiesta popular por San Roque en agosto y en septiembre llega San Miguel. En octubre hay misa el día del Pilar. El espacio de la antigua plaza de toros es uno de los espacios más singulares del pueblo.

Cómo llegar y otras curiosidades

Comarca. Sierra de Albarracín.

Cómo llegar. Desde Teruel, su capital de provincia, hay 49 kilómetros por la N-234 y la A-1512.

Dónde comer y dormir. El bar, restaurante y hotel Torres de Albarracín, a pie de carretera, es la opción más conocida y veterana. También están los Apartamentos La Harinera (rockandgoeventos.com), relacionados con Albarracín Aventuray la casa rural enfocada a escaladores Don Pepo.

Asentamientos. El poblado de época ibérica de Los Villares o el asentamiento de época romana imperial de El Terminillo, además de un fragmento de placa funeraria, son los vestigios más importantes de aquellas culturas dentro del término municipal. La mina de la Santísima Trinidad basó la industria local de la forja.

Casco urbano. En la morfología constructiva de la localidad destaca la casona Villarejo, además de las rejerías modernistas de la plaza de Abajo; son una muestra de la relevancia que tuvo en su momento la herrería asentada en Torres.

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