El Rambo de Requena reabre la herida del triple crimen de Andorra

Los alcaldes de la comarca estudian poner en marcha un protocolo de alerta para avisar a la población en caso de emergencia

Control establecido por la Guardia Civil en el camino que conduce al lugar de la detención del Rambo de Requena.
Control establecido por la Guardia Civil en el camino que conduce al lugar de la detención del Rambo de Requena.
antonio garcía/efe

Las calles de Andorra recuperan el aliento tras unos días en vilo a raíz de la detención a las afueras de la localidad de Pedro Lozano, un delincuente de Sagunto (Valencia) conocido como Rambo de Requena al que la Guardia Civil perseguía desde hace tres meses. Pero la población no ha olvidado el triple crimen de diciembre de 2017. La falta de guardias civiles en la provincia de Teruel sigue latente pese a que el pasado lunes se desplegara un dispositivo adecuado para capturar tras una larga persecución callejera a Lozano, que iba armado con una escopeta y que resultó herido de bala en una pierna. «Se hizo lo que se debe hacer cuando hay un tiroteo, ni más ni menos», coinciden vecinos, alcaldes y representantes de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC). Insisten en que hace dos años y medio, cuando en Albalate del Arzobispo se produjo un tiroteo con dos heridos, «no se movilizó a nadie». Igor el Ruso asesinó el 14 de diciembre, diez días después, a tres personas –el ganadero José Luis Iranzo y los guardias civiles Víctor Caballero y Víctor Romero– y fue entonces cuando se puso en marcha un dispositivo acorde a la gravedad de los hechos.

Desde 2017 y gracias, en buena parte, al movimiento Siempre Iranzo –encabezado por los amigos del ganadero–, la seguridad en el medio rural ha pasado a ser una de las grandes reivindicaciones del territorio. Faltaban agentes y medios y siguen faltando. En diciembre de 2017 el número de guardias en la provincia rondaba los 600. Hoy hay 690. «Pero lo que más preocupa es que del total no llega a 200 los que se dedican a seguridad ciudadana, es decir, salen a la calle a velar por la seguridad de la gente», denuncia Cristóbal Soria, portavoz de la AUGC en Teruel. También, en muchos casos, carecen de chalecos antibalas, aunque es cierto que en los últimos tres años estos equipos se han incorporado a la dotación en algunos cuarteles. Hasta entonces, los chalecos eran de uso comunitario. Es decir, que compañeros de turnos diferentes usaban la misma protección.

«Se está celebrando que el lunes hubiese un dispositivo amplio, pero realmente se hizo lo que se tenía que hacer. Cuando hay un tiroteo tiene que haber un despliegue en condiciones porque la vida de las personas está en juego», reflexiona el alcalde de Andorra, Antonio Amador, que reconoce que la presión y la «memoria de José Luis Iranzo y los dos guardias asesinados» han hecho que se actuara de forma eficaz. Recuerda que la semana pasada ya se desplegó en Andorra un operativo importante cuando el dueño de un bar alertó de la posible presencia del Rambo de Requena en la localidad, una alerta que resultó falsa. Participaron en aquella búsqueda agentes de élite de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de Zaragoza y patrullas de Seguridad Ciudadana.

Este lunes, para capturar a Lozano, se desplegaron un centenar de guardias civiles de distintas unidades de la provincia y varios agentes de la Policía Local de Andorra. El operativo permitió la rápida captura del Rambo de Requena, cuya huida había empezado por la mañana cuando robó un coche en El Castellar y que tuvo una parada intermedia en Muniesa, donde en un tiroteo con dos guardias que se disponían a identificarlo dejó a uno malherido.

Los alcaldes de la comarca de Andorra se plantean organizar un futuro protocolo de información. «Lo peor que puede pasar es lamentar desgracias por no llegar a avisar a tiempo a la gente. Es preferible crear una alarma que luego quede en un susto», reflexiona el alcalde de Andorra, a quien le comunicaron que el fugitivo estaba en la localidad cuando ya se había bajado del coche. Antes, por precaución, ya habían hecho bandos para que los vecinos se quedaran en sus casas.

Tanto desde la AUGC como desde los municipios se sigue exigiendo que el medio rural cuente con más presencia policial para evitar que se convierta en objetivo de las bandas organizadas o en refugio de bandoleros, como en los casos del Rambo de Requena o Igor el Ruso.

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