Otros tiroteos que tuvieron en vilo a Aragón

Bandidos que sembraron el pánico a principios de siglo, rencillas entre vecinos, asaltos a corrales o movimientos revolucionarios abrieron fuego en la Comunidad.

Noticia del tiroteo entre la Guardia Civil y dos bandidos en Malanquilla.
Noticia del tiroteo entre la Guardia Civil y dos bandidos en Malanquilla.
Heraldo.es

La historia se repitió de alguna forma este lunes en Andorra con el Rambo de Requena. En la retina de la localidad está todavía aquella noche de diciembre de 2017 cuando Igor el Ruso sembró el pánico en el Bajo Aragón y asesinó a tres personas. Esos son dos ejemplos, pero a lo largo del tiempo han acontecido casos similares en la Comunidad.

El 2 abril de 1902 se publicó en la portada de HERALDO que la Guardia Civil había acometido "un nuevo e importante servicio". Los agentes habían capturado a una cuadrilla de bandidos que frecuentaban la zona limítrofe entre la provincia de Zaragoza y Soria. "Anoche a las dos de la madrugada ocurrió el primer encuentro de los ladrones con la Guardia Civil en los montes de Malanquilla y Torrelapaja, contestando los facinerosos al alto que dio la Guardia Civil con nutrido tiroteo". En la crónica del día siguiente a los hechos se explicó que la benemérita había respondido con "valentía sin que hiciesen blanco los proyectiles de unos y otros" a causa de la oscuridad de la noche.

"Desde la noche en que Tomás Aguaviva hirió gravemente al guardia Donoso Maicas en el pueblo de Villalengua, solo pensó en ponerse fuera del alcance de sus perseguidores", relató este diario en 1908 sobre otro suceso de la misma índole. Los montes de la zona fueron el escondite de 'El Chiripa', como se conocía a este criminal que asaltó a varios vecinos para pedirles comida. Al final el 'malo' escuchó eso de: "¡Alto, la Guardia Civil!". Echó la manta sobre carretera y abrió fuego. "Las balas pasaron rozando a los guardias, quiénes retrocedieron unos pasos y repelieron la agresión de igual forma", contó Clemente Gracia en la amplia crónica.  

En agosto de 1920, hace casi un siglo, se dio otro tiroteo en la provincia de Zaragoza, entre los vecinos de Tarazona y de Torrellas por temas de riegos. "El conflicto existente (…) llegó a alcanzar proporciones de gravedad, ya que los ánimos estaban muy excitados", comenzaba la noticia. ¿Cómo terminaron los hechos? Con disparos a un grupo de turiasonenses que contestaron de igual forma. "No ocurrieron desgracias, reduciéndose todo a un nutrido tiroteo", celebró Gutiérrez, el periodista que lo cubrió.

Las afueras de la capital aragonesa tampoco se libraron de ser 'campo de tiro'. En el barrio de Valdespartera resultó herido en 1931 un cariñenense de 25 años de edad. "Fue tiroteado por un grupo de desconocidos el camión en que viajaban ambos -el joven junto a otro compañero-", se leyó en un breve de este diario. Ese mismo año en el barrio de Venecia también se liberó fuego. "Durante todo el día de ayer no se habló en Zaragoza más que del nutrido tiroteo habido durante la noche”, publicaron en la sección de sucesos. La policía investigó lo ocurrido y hubo varias versiones. La primera que fue fruto del asalto a un corral y la segunda que el tiroteo se produjo entre dos vehículos por el camino del Canal. A los días el gobernador civil dijo que había sido solo "un rumor".

Las huelgas también fueron detonantes de varios tiroteos en las calles del Casco Histórico de Zaragoza, como el que se ejecutó en 1911 en las calles de Don Jaime, Coso y el Arco de Cinegio. El 17 de febrero de 1932 está marcado en el calendario zaragozano por ser el  día que tres personas perdieron la vida en la calle como consecuencia de la huelga general. "Los disparos, sin interrupción, resonaban lúgubremente, y se escuchaban con claridad en el sector más céntrico e importante de la capital". El paseo de la Independencia, la calle de Cinco de Marzo, plaza de la Constitución (actual de España) o el Coso también fueron escenario de disparos cotidianos, en este caso como consecuencia de movimientos revolucionarios.

Por este motivo se suman los que tuvieron lugar en el Bajo Aragón. "En una finca de los señoritos Montagut se habían refugiado cuatro de los revoltosos que hicieron frente a la Guardia Civil, pero que una vez iniciado el tiroteo huyeron, dejando abandonadas dos escopetas", comentó el corresponsal de Alcañiz en ese momento. No solo en esa localidad, los disparos se repitieron en Alcorisa, Calanda o Valderrobres, entre otros.

Precisamente en Alcañiz, en la calle de San Pascual, un vecino de la localidad turolense hirió a un policía local en el hombro con un disparo de escopeta. Ocurrió en 2009.  

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