covid-19

Más de 4.000 llamadas al día por el coronavirus: "La gente tiene miedo a lo desconocido"

Dos teléfonos, una aplicación y cientos de profesionales tratan de atender a distancia desde Zaragoza a los aragoneses que sospechan que pueden tener coronavirus.

Nueva sala habilitada para atender a posibles casos de coronavirus a través de una aplicación.
Nueva sala habilitada para atender a posibles casos de coronavirus a través de una aplicación.
Guillermo Mestre

La sala de atención del 061 echa humo estos días. Ubicada en la segunda planta del centro de especialidades Inocencio Jiménez, la crisis del coronavirus pronto hizo que se quedara pequeña. Por eso hubo que habilitar un número específico para el Covid-19 (976 696 382) y colonizar un aula del piso inferior, que ahora tampoco da abasto. Hoy se estrena un nuevo espacio anexo, pero ya se está preparando una enorme estancia con más de 70 puestos en lo que era una gran sala de espera para pacientes. A solo un kilómetro, en la sede del Salud, otra centralita trata de descargar trabajo al 061 con los autotest que acaba de estrenar el Gobierno de Aragón.

La actividad es frenética en cualquiera de estas salas, con personal sanitario que no levanta la cabeza del ordenador, con el auricular a la oreja y atendiendo una llamada tras otra. Entre todos los servicios, cada día son más de 4.000 las consultas que se atienden, y eso que no se llega a todo. De hecho, ha habido quejas de usuarios que han estado más de un día llamando sin conseguir que hubiera una respuesta.

El perfil de la persona que llama ha ido cambiando conforme han ido pasando los días. Al principio había muchas dudas intrascendentes o sin demasiado fundamento, como recuerda Pilar Alcober, directora de Enfermería del 061: “Hubo una pareja que nos llamó porque habían estado en Benidorm y bajaron en ascensor con alguien que hablaba italiano, otra persona porque había recibido un paquete de China...”.

Tres teléfonos y cientos de profesionales tratan de atender por teléfono desde Zaragoza a los aragoneses que sospechan que pueden tener coronavirus.
HeraldoTV

Ahora, más del 80% de las llamadas ya son de gente que presenta alguna patología que puede ser compatible con el coronavirus, como tos, fatiga, fiebre… “El teléfono suena continuamente, y eso que hemos duplicado el número de médicos, hay 25 enfermeros más y estamos duplicando jornadas”, señala Alcober, quien destaca también el ingente trabajo de informáticos y administrativos para habilitar nuevas salas.

Los potenciales pacientes, al otro lado del teléfono, transmiten “ansiedad” y “mucha preocupación” por el miedo al Covid-19. Eso sí, cuando mandan equipos a tomar muestras luego se encuentran sorpresas: “Si tienen síntomas les pedimos que hagan aislamiento domiciliario, pero cuando llegamos a hacer el test vemos que está haciendo una convivencia directa con ancianos y niños”. “Eso no puede ser, hay que ser rigurosos porque es un riesgo para el entorno familiar del paciente y porque el círculo de contagio se va ampliando”.

Desde el lunes, para aliviar la carga de trabajo del 061, se ha puesto en marcha una aplicación móvil (el Salud Informa) con un autotest para que los ciudadanos puedan consultar las probabilidades de tener la enfermedad según los síntomas que padecen. Si se sospecha que estos revisten algo de gravedad, el paciente recibe una llamada de un voluntario (médicos jubilados o estudiantes de sexto de Medicina). Solo en la mañana de ayer se hicieron 350 comunicaciones, según informó Guillermo Ortiz, director general de Derechos y Garantías de los Usuarios.

Una de los más de 100 voluntarios que se han ‘alistado’ para este servicio es Ana Egido, médico jubilada que se presentó “para apoyar a los que están en activo”, porque lo lleva “en el ADN” y porque el momento “es de alarma general”. Según su experiencia, la gente que está al otro lado del teléfono transmite “inquietud” y “miedo” ante “un peligro desconocido”. El servicio cuenta con médicos y enfermeros, pero a lo largo de la semana se incorporarán también psicólogos, para atender los casos de posibles depresiones por la enfermedad o la cuarentena. 

Javier Ariño, estudiante de sexto de Medicina, coincide con su compañera Ana: “Llaman por el miedo a lo desconocido, es algo que crea temor y angustia”. En su caso, como futuro profesional sanitario, no se lo pensó dos veces cuando se abrió la posibilidad de ayudar. Le daba igual que fuera “en un hospital, al teléfono o repartiendo comida a quien lo necesite”. “El estado de alarma requiere de la ayuda de todos”, señala.

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