cultura

¿Cuántos pueblos en Aragón tienen su propio himno?

La Almunia de Doña Godina estrenó hace unos días una canción "de aroma frutal" que se escuchará en los actos institucionales de la localidad. ¿Cuántos pueblos de Aragón tienen su propio himno? ¿Cuáles son los más singulares? El oficial de la Comunidad, por cierto, va a cumplir 31 años pero casi nadie lo conoce...

Un momento de los preparativos el pasado lunes, en el pabellón multiusos, antes de estrenar el himno de La Almunia.
Un momento de los preparativos el pasado lunes, en el pabellón multiusos, antes de estrenar el himno de La Almunia.
MACIPE

Esta semana se estrenó a bombo y platillo el himno de La Almunia de Doña Godina. Unos 200 músicos y cantantes se unieron para estrenar una melodía titulada 'Aroma de frutal', que brindó un feliz cierre a las fiestas de San Sebastián. Los vecinos se mostraron contentos y orgullosos con su himno porque “no son muchas las localidades aragonesas que tienen himno propio”. Cierto. Al margen de canciones más o menos populares o de cánticos que se dedican a los santos en las romerías (véase Santa Ana en Brea, Sancho Abarca en Tauste, etc.) no son muchos los pueblos que tengan un himno oficial para interpretar en los actos más ceremoniosos e institucionales del Ayuntamiento. "Un símbolo permanente, que refleje las señas de identidad y los valores del pueblo", en palabras del concejal de Cultura, José Manuel Latorre.

Sin que las administraciones ofrezcan una cifra certera, podría calcularse que apenas una décima parte de las localidades aragonesas tienen himno oficial propio. Los hay con y sin letra y de muchos estilos, canciones que cubren un abanico desde la jota hasta la zarzuela. También los hay curiosos (oficiosos que abundan en la metonimia) y otros muy serios que homenajean a algunas de las personalidades de la localidad en cuestión.

Uno de los más conocidos y que más asiduamente suenan es el himno de Calatayud, compuesto por el músico bilbilitano Manuel Pérez Blasco y con letra del poeta y cronista oficial José Verón Gormaz. En muchos actos oficiales lo acostumbra a cantar otro valor bilbilitano como es Nacho del Río. El himno se estrenó en diciembre de 2003 cuando fue interpretado por la Coral Bilbilitana y varios miembros de la Agrupación Pascual Marquina. Como curiosidad puede decirse que en su texto no menciona a Calatayud de forma explícita en ningún momento, pero la localidad queda bien descrita haciendo referencia a su rica historia y a la esperanza en el futuro.

Otro himno singular belleza es el de Maella, cuna de uno de los más grandes músicos aragoneses de los últimos tiempos como fue José Peris Lacasa, desaparecido hace tres de años. Con letra de Pablo Arbona (primo del compositor), la canción es una carta de amor a su localidad natal y una “comunión entre la poesía y la música”, de la que se han hecho múltiples versiones, incluso para coro y orquesta.

Un caso también singular de músicos de la tierra que han acertado describiendo la belleza de sus valles y la sensibilidad de sus vecinos es el de La Ronda de Boltaña. Muchas de sus canciones suenan en las fiestas populares del Pirineo y son temas que todos conocen y corean. En 1998 ‘El país perdido’ fue adoptado como himno oficial de Sobrarbe con su “país de silencios, de ausencias y olvidos, tristes montes y soledad. País sin historia, pueblo sin raíces, carrasca que se secará...”.

Prueba de lo inusual que es que un municipio tenga himno es que cada vez que se presenta uno nuevo es noticia. Lo fue el de La Almunia hace pocos días -con la singularidad de que se hizo un concurso para buscarle letra que ganó Mari Carmen Potoc- y también lo fue el de Erla cuando se dio a conocer en 2011, gracias al talento del músico ejeano, con formación estadounidense, Sergio Jiménez Lacima. En el caso de la pequeña localidad cincovillesa, la letra es una combinación de los cuatro finalistas que optaron al certamen.

Entre los casos más curiosos también es imprescindible mentar al municipio de Alpartir, que considera himno oficioso del pueblo una de las canciones más populares de Nino Bravo. Sí, está claro, “un beso y una flor...”. Hay que recordar que en 2012, y con el único fin de mostrar su reconocimiento al músico valenciano, Alpartir dedicó una calle al cantante de ‘un te quiero, una caricia y un adiós’, que colaboró involuntariamente a situar el municipio en el mapa.

De vuelta al himno de La Almunia, el concejal de Cultura de la localidad, José Manuel Latorre, explica que su creación fue una propuesta de la Agrupación Coral Almuniense a comienzos del pasado año. La letra fue aprobada en el pleno de mayo tras resolver un concurso en el que también se otorgó un accésit a la propuesta de Adolfo Abad. El “aroma frutal” narra “la idiosincrasia de la localidad por su vínculo estrecho con la tierra, la agricultura y el agua. Glosa los acontecimientos históricos que dan relevancia al municipio, como su nombre y la filiación a Doña Godina; y sobre todo muestra al pueblo, como el resultado histórico de la fusión cultural cuyos valores siguen vigentes”, explica Latorre. Con los valores de la interculturalidad y la diversidad por bandera, el himno ha sido traducido a los dos idiomas que junto con el castellano se hablan mayoritariamente en la localidad: el árabe y el rumano.

En cualquiera de sus versiones, se confía que la canción almuniense cale y se haga más popular, incluso, que el propio himno de Aragón, que muchos vecinos desconocen a pesar de que está a punto de celebrar su 31 cumpleaños. “Nos ha llevado el tiempo al confín de los sueños...”, comienza una canción que muchos serán incapaces de continuar, a pesar de que suena cada 23 de abril o en muchas celebraciones en la Aljafería. 

La música es de Antón García Abril e Ildefonso Manuel Gil, Ángel Guinda, Rosendo Tello y Manuel Vilas compusieron una letra, en la que también se invitó a participar a José Antonio Labordeta, quien finalmente declinó. Meses antes, y hablamos de 1989, se había debatido en las Cortes incorporar su ‘Canto a la libertad’ como himno oficial o, en su lugar, alguna jota bien enraizada en Aragón. Hay muchas voces que dicen que el himno no nació de forma natural, ya que fue por decisión de una comisión política (del gobierno de Hipólito Gómez de las Roces), y eso ha hecho que parezca ajeno al pueblo y no haga vibrar los corazones. Cuentan que los autores se desplazaron a Daroca y trabajaron durante cuatro días para completar 33 versos que encajaran en la música que había sido compuesta previamente. El propio García Abril lo interpretó por primera vez en el piano en la ciudad darocense, apenas cuatro días antes de que se estrenara en la Aljafería y se publicara en la ley del Himno de Aragón del 21 de abril de 1989.

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