Aragón

Los efectivos de la UME se retiran después de más de tres días de intenso trabajo

Han ayudado a abrir carreteras y rescatado a personas aisladas en masías.

El jefe del dispositivo de la UME, Marcos García, y la soldado Esther Senero, ayer en Motorland.
L. Castel

Acostumbrado al trajín de los coches y al dispositivo de los equipos de competición, Motorland despidió ayer a una plantilla de profesionales muy diferente a la habitual en sus circuitos. Concretamente, al cuarto batallón de la UME, que estuvo trabajando desde el martes para ayudar en el temporal de nieve que azotó al Bajo Aragón Histórico. La Unidad Militar de Emergencias recibió la orden de regresar a la base militar de Zaragoza al terminar su labor: el restablecimiento de las redes eléctricas apoyando a empresas con sus quitanieves y la apertura de vías de comunicación.

La UME nació en el año 2005 dirigida especialmente a las catástrofes y emergencias. Principalmente, incendios forestales, tormentas invernales e inundaciones. Para moverse en temporales como el que ocasionó la borrasca Gloria, cuentan con vehículos que les permiten desplazarse por media y alta montaña. Los de mayor capacidad en la nieve son los llamados ‘oruga’.

El cuarto batallón de la UME trabajó en el Maestrazgo y el Matarraña desde el martes por la mañana, cuando fue activado. Su base estuvo en Alcañiz. Las dos primeras noches durmieron en un pabellón de la Ciudad Deportiva Santa María y la tercera y última, en las instalaciones del circuito de autocross de Motorland. "Nuestro lugar de operaciones es Zaragoza y cuando nos alertan acudimos al lugar de la emergencia. Primero viene un equipo de reconocimiento para evaluar la situación y, en función de lo que ve, comenzamos a desplegar más o menos medios. Si se prolonga la operación varios días, como es este caso, montamos una base de operaciones", explicó este viernes el capitán Marcos García López, jefe del subgrupo táctico Alfa, perteneciente al cuarto batallón de la UME. Su área de actuación es el País Vasco, Navarra, La Rioja, Aragón, Cataluña y la provincia de Soria.

En el territorio bajoaragonés trabajaron 91 efectivos que contaron con 31 vehículos y realizaron dos turnos de 12 horas, lo que «favorece que la intervención se solvente antes». Según palabras de García López, la zona más complicada fue el Maestrazgo, donde encontraron espesores de hasta tres metros de altura en los ventisqueros.

Por un lado, se dedicaron a abrir vías de comunicación con sus quitanieves y, por otro, a ayudar a las empresas a restablecer las telecomunicaciones. Por ejemplo, trabajaron de la mano con Endesa para que sus técnicos pudieran llevar los grandes y pesados grupos electrógenos que abastecieran las localidades sin luz. Lo mismo ocurrió con la compañía de telefonía e internet Netllar. «La eléctrica emplea generadores de gran tonelaje que transportan con trailers. Nuestra misión ha sido abrirles paso por las vías de comunicación», precisó el capitán.

Rescates

También llevaron a cabo entre el Maestrazgo y la parte alta de Andorra-Sierra de Arcos dos rescates de tres personas que se quedaron aisladas en masías en medio del monte y que ya tenían problemas de subsistencia. Para ello, emplearon las quitanieves y, cuando ya no podían abrir más camino, emplearon las raquetas o vehículos oruga.

Esta semana asistieron a un matrimonio de edad media en Ejulve. En su caso, se encontraron con metro y medio de nieve y decidieron que un equipo de dos personas se desplazara andando los tres kilómetros restantes. «Fuimos con unas raquetas y otras para la vuelta de la pareja», comentó el capitán.

En el otro auxilio rescataron a una mujer más mayor que se había quedado atrapada por la nieve cuando fue a dar de comer a sus animales en Villaroya de los Pinares después de recibir el aviso de su hijo. Se realizó en plena noche y con una distancia mayor, por lo que se optó por emplear un vehículo oruga.