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Alcaldes de la ribera instan a reparar al menos diez motas dañadas tras las últimas riadas

Los principales problemas se dan en la Ribera Baja, que concentró los mayores percances en 2018. Técnicos de la CHE evalúan ya sobre el terreno las defensas para actuar donde sea necesario.

El Ebro a su paso por Zaragoza este domingo, a 850 metros cúbicos por segundo.
El Ebro a su paso por Zaragoza este domingo, a 850 metros cúbicos por segundo.
Aránzazu Navarro

Alcaldes de la ribera instan a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a reparar al menos una decena de motas dañadas tras las últimas riadas. Aunque las defensas han resistido la última avenida, que elevó el caudal del río hasta los 4,37 metros y los 1.538 metros cúbicos por segundo en Zaragoza, los regidores ven "imprescindible" actuar antes de la próxima primavera, ya que, dada la cantidad de nieve acumulada en el Pirineo, no pueden descartarse nuevos episodios. El Ebro bajaba ya a más de 850 metros cúbicos por segundo por las últimas precipitaciones.

Las principales afecciones se concentran en la Ribera Baja, aunque también las hay en municipios como Novillas o barrios rurales como Movera. La Confederación asegura que sus técnicos están ya "sobre el terreno" revisando las defensas y reuniendo información. La previsión es actuar en aquellos puntos que se considere necesario una vez que el caudal esté más bajo. El problema, señalaron los regidores consultados, está en que hay "muy pocos meses de margen y muchos puntos que requieren atención".

En Novillas hay un par de puntos "bastante débiles". Aunque la mota principal está "bien", según su alcalde, Abel Vera, hay otras dos, una en cada margen, que preocupan y que ya han sido analizadas por personal de la CHE. "Tememos que en primavera, si viene una crecida más fuerte, entre el agua por ahí", explicó el regidor. Tras el reciente episodio, añadió, también se han visto afectados varios caminos y riegos de la margen izquierda.

En Boquiñeni, las defensas aguas arriba siguen "bastante reforzadas", a excepción de un tramo que no se ha podido ejecutar "por un problema burocrático". Aguas abajo, el municipio decidió rebajar voluntariamente su mota, una decisión que ha perjudicado a sus agricultores. "Hemos sido muy solidarios, ya que, además de proteger nuestro casco urbano, se preserva el de Pradilla. Necesitamos una compensación", afirmó su regidor, Juan Manuel Sanz.

Alagón también contactará próximamente con la CHE para reclamar la reparación de la mota que protege parte de la huerta de la Codera, que pese a reforzarse en 2003, "preocupa desde hace años". "Quedó con una anchura de 12 metros, pero con cada riada ha perdido unos 70 centímetros y actualmente hay un punto en el que no supera los 8 metros", comentó su alcalde, Pascual Embid.

El barrio rural de Movera es otro punto negro. Una de las motas, la de Torre Urzáiz, presenta "dos agujeros" desde 2015, según su alcaldesa, Esperanza Calvano. "Se habló hace un año con la CHE y se comprometieron a mirarla, pero no sabemos nada más", expuso. La defensa situada en el entorno del colector de Malpica, también en este término municipal, preocupa especialmente a Pastriz. Sobre todo teniendo en cuenta que en la avenida de esta semana el río estuvo a punto de saltar la recién acabada carretera de la localidad. "Si se rompe, el agua vendría directamente hacia el pueblo. Si no la refuerzan terminará ocurriendo", apuntó su regidor, José Miguel Ezquerra.

Alfajarín y Nuez de Ebro también han detectado "grietas" que convendría arreglar, y en Villafranca, el río estuvo "a cuatro dedos" de superar hace apenas unos días su mota. "Es muy irregular. Tiene una parte alta y otra baja. Tendrían que solucionarlo", expuso su alcaldesa, Volga Ramírez. En Pina comparten esta reivindicación. "La nuestra se vio afectada en la última riada. Esta vez ha aguantado bien, pero queremos que se revise", señaló su máxima representante, Mercedes Abós. Quinto, por su parte, tiene "tres o cuatro puntos" 'en observación’.

Al margen de las actuaciones de la CHE, el Gobierno de Aragón anunció que, una vez superado el episodio, convocará a los integrantes del Centro de Coordinación Operativa (Cecop) para analizar la situación de estas motas y detallar todos aquellos aspectos que se puedan mejorar de cara a futuros episodios.

Los regidores reclaman "más presupuesto para limpiezas"

La efectividad de las obras y las limpiezas puntuales acometidas en los últimos años por la CHE y la DGA –claves, al igual que los embalses de Yesa e Itoiz, durante el último episodio– han llevado a los alcaldes de la ribera a exigir "más presupuesto" para estas actuaciones. La solicitud parte, sobre todo, de los regidores de la Ribera Baja, aunque en la Alta también se exige un "mayor esfuerzo inversor". Boquiñeni, por ejemplo, tiene "ciego" uno de sus meandros más importantes. En Movera, sus vecinos están hartos de reivindicar la limpieza de la isla de gravas de la Z-40 y Pina y Villafranca reclaman una solución que evite que el río cause "cada vez más daños con menos caudal". Creen necesario, en este sentido, extender medidas como los cauces de alivio o las zonas de inundabilidad controlada a otros puntos de la ribera. Su postura es compartida por el alcalde de Alfajarín, Jesús Vicén, quien reclamó para la Ribera Baja "lo mismo que se ha hecho en la Alta". "Si allí ha funcionado, ¿por qué no aquí? Hace falta dinero y medios humanos. No es normal que una avenida ordinaria de unos 1.500 metros cúbicos por segundo produzca los daños que ha generado", aseveró. El Gobierno aragonés anunció este año que las limpiezas puntuales, impulsadas hasta ahora como una experiencia piloto, se extenderán "a todos los veranos", si bien, por el momento, no se ha concretado en qué municipios recalarán las máquinas este próximo ejercicio.

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