8-M: El papel de la mujer en la música

La mujer en la música y en las letras de las canciones a lo largo del tiempo

Realizado por:
  • J.F. Losilla / Paula Lobaco / Matías Uribe / Kristina Urresti

la cara y la cruz de la música : del machismo a las letras más feministas

Siete músicas aragonesas alzan la voz

Aragón disfruta en los últimos años de la eclosión de una nueva generación de compositoras e intérpretes que profundizan el camino que iniciaron artistas como Eva Amaral o María José Hernández. Son Elem, Eva McBel, Begut, Isabel Marco, Pilar Almalé, Erin Memento, Viki Lafuente, Silvia Solans... A todas ellas les une una enorme personalidad para gestionar y superar cuantos obstáculos se les presentan. No dudan en alzar la voz para denunciar el machismo que todavía sigue gobernando en la industria musical y en la sociedad. 

Cantar sin saber lo que cantas

¿Cuántas veces se tararea una canción sin pensar siquiera qué dice? El ritmo se lleva todo el protagonismo y la letra es una cuestión secundaria. Y no hay razonamiento crítico. Tanto es así que consideramos que nos sabemos una canción inglesa simplemente por seguir el ritmo, a pesar de no ser capaces de distinguir ni una sola palabra. Nadie (o muy pocos) se paran a pensar qué significa lo que dicen los temas. Eso podría explicar que, a día de hoy, los repertorios sexistas estén en boca de jóvenes y mayores, se escuchen en la mayoría de los bares y discotecas e incluso formen parte del imaginario colectivo. Y, en la mayoría de las circunstancias, pasen inadvertidos.

“Es fundamental el espíritu crítico. Por eso, hay que educar y dar a conocer desde abajo que las letras manipulan”, reconoce Carlos Hue, psicólogo, pedagogo y doctor en Ciencias de la Educación. El experto asegura que históricamente la mujer ha tenido “un papel secundario” en las canciones. “Hay muy pocas canciones en las que la mujer y el hombre salgan igual parados”, añade.

Aunque no de forma directa, “la letra de la música va calando, al igual que sucede con los anuncios”. “Especialmente, es más vulnerable la población joven, que todavía no tiene a la formación suficiente para ser crítica. En todo caso, y ahora sí, hablando en general, se canta sin saber qué se canta”, sostiene el psicólogo.

Los estudios, añade el doctor en Sociología y profesor de la Universidad de Zaragoza Juan David Gómez, descartan el “efecto acción-reacción”. Es decir, no se actúa directamente tras escuchar un mensaje. “Sin embargo, también está suprimida la idea de que las canciones tengan un efecto inocuo”, insiste el experto.

“Digamos que tiene un efecto indirecto y se crean atmósferas que normalizan los mensajes machistas. La realidad es que, aunque muchos creen que es al revés, los contenidos cambian con la evolución de la sociedad. Es decir, las relaciones sociales se expresan a nivel cultural”, argumenta el sociólogo.

“No se trata de censurar o prohibir contenidos, hay que generar comportamiento crítico entre jóvenes, alumnos y consumidores. Hay que originar indignación colectiva ante los mensajes sexistas a través del posicionamiento crítico”, señala. Gómez asegura que en el terreno de la igualdad “se ha avanzado más de lo que se ha retrocedido en los últimos años”. “Aunque haya quienes digan lo contrario, ahora hay artistas, ‘streamers’ e ‘influecers’ que promueven los mensajes de igualdad”, puntualiza.

Centrándonos en niños, la psicopedagoga zaragozana Olga Lázaro lamenta que los menores escuchen la misma música que los adultos. “Cantan con naturalidad canciones con mensaje machistas. Tanto los colegios como los padres lo fomentan. No es un lenguaje que construya, sino que normaliza mensajes que los pequeños no procesan. En principio no saben qué dicen las canciones, pero termina calando”, asegura la especialista.

Lázaro considera que los menores tienen que escuchar canciones “que les den un ritmo, con las que amplíen vocabulario y que facilite el lenguaje”. “Los cantajuegos servían porque trabajaban gestos, se enfatizaban palabras y frases, estaban atentos al ritmo... Ese es el estímulo que tienen que tener, no el otro”, argumenta la zaragozana, que lamenta que haya niños que “se emocionen” al escuchar la última canción de Shakira.

Mujeres en un mundo de hombres

Pese a todos los impedimentos, no se ha podido tapar a lo largo de las décadas las apariciones de grandes estrellas femeninas

El mundo musical, en efecto, como cantaba tiernamente James Brown en los sesenta, era y, pese a todo, sigue siendo, un mundo de hombres (‘It’s A Man’s Man’s Man’s World’): discográficas regidas con puño de hierro por avaros directivos (Berry Gordy), productores implacables, alocados (Phil Spector), compositores a destajo (Holland, Dozier & Holland)… y hasta músicos maltratadores y absorbentes de la misma vida y de la música de sus esposas (Ike-Tina Turner). Nada extraño, por otra parte. El mundo estaba construido así: el poder del hombre sobre la mujer. No obstante, a lo largo de décadas, esta nube negra no pudo tapar las apariciones de grandes estrellas femeninas hasta dejar cielos rasos, espacios libres y abiertos para que la creación musical femenina brotara y se igualara, o, cuando menos, no sintiera traba alguna para expresarse y triunfar en el mundo masculino que pintaba el autor del ‘guerapa’.

El jazz alumbró en los 50-60 radiantes presencias como las de Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Bessie Smith, Nina Simone o Sara Vaughan. Cada una con su estilo y estética, así como con sus vidas turbulentas, desde la prostitución y las drogas (Billie Holiday) a la guadaña de la segregación (Bessie, fallecida por negarse un médico blanco a atenderla) o la confortabilidad del éxito, pese a su dura infancia y adolescencia (Ella Fitzgerald), pero todas bravías y con legados musicales de oro. Desde entonces hasta hoy, ese grupo ha crecido sustancialmente dejando presencias ilustres que han desembocado en los últimos tiempos en nombres como los de Diana Krall, Norah Jones, Madeleine Peyroux, Melody Gardot… y un sinfín más.

El soul no fue muy generoso en alumbramientos femeninos, pero dejó impronta con una de sus voces más potentes, radiantes y reivindicativas: Aretha Franklin. Su ‘Respect’ cabe considerarlo como el gran himno feminista y anti segregacionista, un maravilloso puñetazo al machismo y al racismo. Irma Thomas también dejó impronta como “la reina del soul de Nueva Orleans”. No hay que olvidar tampoco a Ann Peebles o Etta James, por no entrar a fondo en el rico panorama del blues y sus grandes voces femeninas: Big Mama Thorton, Ma Rainey, Mami Smith…

Aretha Franklin, en 2008
Aretha Franklin, en 2008
HA
Tina Turner, en Zaragoza
Tina Turner, en Zaragoza
Guillermo Mestre

En los finales de los cincuenta, con Elvis y la llamarada del rock’n’roll, el poder transformador de aquel ritmo excitante que cambió el signo de la sociedad y del tiempo en medio mundo, dejó escaso lugar a la mujer, pero la nube negra dejó traslucir simpáticos rayos como los de Brenda Lee o la eléctrica y melosa Wanda Jackson. En los 60-70 se produjo el desbordamiento con la irrupción no solo de numerosas féminas sino además de glorias inmarcesibles: desde los grupos femeninos manufacturados por Spector (Ronettes, Crystals…) o los de la Motown (Supremes, Marveletts, Vandellas…) así como The Shangri-Las, Shirelles, Chiffons, Chantells… a una inabarcable lista de figuras: Mary Travers, Joan Baez, Cher, Nancy Sinatra, Janis Joplin, la lideresa, pero, junto a ellas, Carol King, Carly Simon, Emmylou Harris, Grace Slick, Joni Mitchell, Sandy Denny… 

Desde entonces hasta hoy mismo, todo un oceánico mar de nombres: Nico, Patti Smith, Tina Turner, Suzie Quatro, Crissie Hynde, Debby Harry, Siouxsie, Madonna, PJ Harvey, Alaska, Cat Power, Courtney Barnett, Amy Winehouse, Lady Gaga…, o la más reciente y completa, Grace Potter.

El heavy metal también ha tenido y tiene numerosa presencia femenina en un género tan viril y hasta machista como este: Sharon den Adel (Within Temptations), Simone Simonds, Tarja Turunen (Nightwhish), Floor Jansen (ReVamp, Nightwhish), Amy Lee (Evanescence), Cristina Scabbia (Lacuna Scoil)… Por no esquinar, claro, las de grupos exclusivamente femeninos como The Runaways, The Slits, Go-Go's, Girlschool, Bangles, The Raincoats, Hole… o aquí Hinds o las polémicas Vulpes, que hoy quizá no pasarían el control de calidad feminista (‘Me gusta ser una zorra’).

Fue y sigue siendo, sin embargo, el pop el género más caudaloso en el mundo musical femenino. De Francia llegaron las primeras yeyés, aportando un nuevo colorido y una estética liberadora que impregnó a muchos otros países. Françoise Hardy, Sylvie Vartan, France Gall, Marie Laforêt, Jane Birkin… y hasta la misma Brigitte Bardot abrieron las mentes y los cuerpos de las jóvenes de su tiempo, adoptando vestimentas locuaces, voces sugerentes, canciones luminosas y hasta autogestión en su trabajo, como fue el de la Hardy, la primera yeyé que compuso temas propios (óigase el delicioso LP ‘Ma jeneusse fout le camp’) y hasta fundó su propio sello discográfico.

Brigitte Bardot.
Brigitte Bardot.
HA

Italia no se quedó atrás en este aluvión pre y post yeyeísta. Desde Mina a Patty Bravo, Rita Pavone, Gigliola Cinquetti, Iva Zanichi, Nada, Ornella Vanoni… la nómina es también inabarcable. Fueron, precisamente, todas estas figuras francesas e italianas las que inundaron el panorama musical español de los primeros sesenta, sonando continuamente sus voces en los programas de radio más populares, especialmente aquel refulgente ‘Disco Manía’ que con tanto salero y rigor presentaba el chileno Raúl Matas en las mañanas de la SER. Entretanto, en Inglaterra brillaban Marianne Faithfull, Petula Clark, Dusty Springfield, Sandy Shaw, Cilla Black…

De allí a un salto inédito en España: el batallón yeyé de los sesenta. La dictadura seguía apretando, la mujer tenía un destino claro: el hogar, el cuidado de los hijos y la satisfacción de sus maridos. Pura doctrina eclesial impartida entre rayos de amenazas y perturbaciones desde los púlpitos de iglesias y escuelas. Pero no hubo manera de poner compuertas a aquella riada de jovencitas españolas que, de repente, e inesperadamente, desde mitad de los sesenta, impregnaron de color la vida gris del mundo juvenil. Ivana, Adriángela, Betina, Silvana Velasco, Rosalía, Gelu, Luisita Tenor… hasta llegar al gran icono del yeyeísmo que fue Karina

Licia.
Licia.
HA

Aquí, por cierto, en Zaragoza tuvimos a Licia, si bien tuvo que emigrar a Barcelona para hacerse un lugar en el mundo musical femenino. Por amor, se retiró muy pronto, a los 21 años, pero eso fue en general moneda corriente. Salvo brillantes excepciones, tanto ellos, y más ellas, quedaba amortizados en apenas un lustro. 
A finales de la década y principios de la siguiente, no quedaba una, ni uno. El pop era un simple ejercicio de diversión, frívolo e intrascendente, sin futuro, o así se contemplaba en la sociedad de su tiempo.

Hoy, naturalmente aquellas corrosivas visiones han quedado desterradas y los artistas, tanto masculinos como femeninos, cubren sus carreras según su valía, prevalencia ante el público, modas y exigencias de estos tiempos mestizos. El panorama musical ya no es un mundo exclusivamente de hombres, aunque estos sumen más presencias y número (asunto sobre el que reflexionar en otro momento). Pero a nadie se le cierra la puerta, por su género, afortunadamente.

Escucha | El machismo, muy presente en las canciones

La música ha sido a través de las décadas un reflejo de las actitudes machistas existentes en la sociedad. Basta con atender a las letras para certificar esta lacra. Ni siquiera bandas como los Rolling Stones o los Beatles se libraban de transmitir en ocasiones una visión de la mujer distorsionada y de inferioridad.

DE LOS 60 AL 2000

Un buen ejemplo es la canción ‘Stupid girl’, que forma parte del disco ‘Aftermath’ de los Rolling Stones, editado en 1966. Mick Jagger canta lo siguiente: “No importa si se tiñe el pelo / o el color de los zapatos que lleva / Ella es la peor cosa del mundo / Mira a esa chica estúpida / Cállate, cállate, cállate”. En otra estrofa sigue a la carga: “Como una dama en espera de una reina virgen /Mira a esa chica estúpida / Ella se queja de cosas que nunca ha visto / Mira a esa chica estúpida”.

Jimi Hendrix tampoco escapó a esta visión masculina de la realidad con unos versos escandalosos. Como en el tema ‘Hey Joe’, del disco ‘Are you experienced’ de 1967. “Hola Joe, ¿dónde vas con esa pistola en la mano? / Voy a bajar a dispararle a mi dama / Sabes que la pillé jugando con otro hombre”.

Terminó una década y comenzó otra, pero la tónica se mantuvo. En 1974 Gaby, Fofó y Miliki, los payasos de la tele, popularizaron ‘Los días de la semana’, una canción que perpetuaba los roles asignados a la mujer. “Lunes antes de almorzar / Una niña fue a jugar / Pero no pudo jugar / Porque tenía que planchar / Así planchaba, así, así”, decía. Y proseguía: “Martes antes de almorzar / Una niña fue a jugar / Pero no pudo jugar / Porque tenía que coser”. La enumeración continuó con barrer, cocinar, lavar y tender.

En 2008, Los Chichos actuaron en las fiestas del Pilar.
En 2008, Los Chichos actuaron en las fiestas del Pilar.
Archivo HA

‘Ni más ni menos’, uno de los himnos de Los Chichos en 1976, es todo un canto a la ‘pureza’ femenina.
“El cristal cuando se empaña se limpia y vuelve a brillar / Ni más, ni menos, ni más, ni menos / La honra de una mocita se mancha y no brilla más / Se mancha y no brilla más cuando un hombre se la quita / Ni más, ni menos, ni más, ni menos / El cristal cuando se empaña se limpia y vuelve a brillar”. Huelgan los comentarios.

Las cosas tampoco mejoraron en los 80. The Police, con su ‘superhit’ ‘Every breath you take’ ensalzaron el acoso y la ‘posesión’ de la mujer en favor del hombre. “Cada movimiento que haces / Y cada voto que rompes / Cada sonrisa que finges / Cada reclamo que apuestas / Te estaré vigilando”, proclamaba Sting.

Todavía más lejos fueron en 1987 Los Ronaldos con ‘Sí, sí’. Así comienza: “Estás haciendo mal al dejarme pasar / estás haciendo mal y no sé lo que va a pasar / Tendría que besarte, desnudarte, pegarte y luego violarte / hasta que digas sí, hasta que digas sí”, entonaba Coque Malla. No se detenía aquí: “Mírame el ojo derecho, niña, y dime que ves en él / seguro que hay ansia y fuego, muchas pagarían por él / El día más claro pronto llegará / ajústate los pantalones y vamos a bailar.

Completa este muestrario de los 80 ‘Used to love her’ de Guns’n’Roses. Resulta aterradora:
“Yo la amaba pero tuve que matarla /
Solía amarla, oh sí, pero tuve que matarla / 
Tuve que ponerla seis pies bajo tierra /
Y todavía puedo oírla quejarse”.

Gun n'Roses en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza.
Gun n'Roses en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza.
José Miguel Marco

Con la irrupción de los 90, el ritmo no bajó. La banda granadina Los Planetas, epítome del indie español, decían lo siguiente en una de sus primeras canciones, ‘Mi hermana pequeña’. “Se acerca mi hermana pequeña / De algún modo siempre tengo que acabar cuidando de ella / Sonríe a todos los tíos que encuentra / Eso, me desespera / Ten cuidado si vas a acercarte a ella / Yo la quería golpear y ahora no sé donde está / A veces me haré enloquecer y entonces /No sé que hacer”.

Otro ejemplo es el neoyorquino Willie Colón, gran maestro de la salsa, que en 1995 lanzó ‘Talento de televisión’. De nuevo, aflora el machismo: “No tiene talento, pero es muy buena moza / Tiene buen cuerpo y es otra cosa / Muy poderosa en televisión / Tiene un trasero que causa sensación”.

de 2000 a 2023

Entrados los 2000, las letras machistas seguían protagonizando las fiestas de día y de noche. Cantar al unísono ‘Soldadito Marinero’ o ‘Quiero montarme en tu velero’ en la orquesta del pueblo era más que habitual durante el verano. Y lo sigue siendo. Abrazados con los colegas de la peña, no hay quién se corte en decir a los cuatro vientos: “Soldadito marinero conociste a una sirena. De esas que dicen te quiero si ven la cartera llena. Escogiste a la más guapa y a la menos buena”. Tampoco hay nadie que se quede quieto con ‘Quiero montarme en tu velero’ -siempre han estado los que veían su evidente significado sexual y los que defendían su carácter inocente-.

Los murcianos de M Clan en el año 2001
Los murcianos de M Clan en el año 2001
Archivo HA

También irrumpieron en el panorama nacional temas como ‘Putita’ de Babasónicos, ‘Mariposa traicionera’ de Maná o ‘Carolina’ de M-Clan
Algunos se siguen escuchando con nostalgia, al igual que las canciones de los 80 y los 90. En especial el tema de Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez, que se comparte de generación en generación. Aunque ya haya superado su veinte cumpleaños, los adolescentes de hoy no solo la reconocen, sino que también cantan su pegadizo estribillo.

Ante una historia musical repleta de letras sexistas protagonizadas por artistas de todos los géneros, a principio de siglo, el dúo aragonés Amaral hizo su denuncia pública contra la violencia de género con ‘Salir corriendo’. “Si tienes miedo, si estás sufriendo. Tienes que intentar salir. Salir corriendo”. Son algunas de las estrofas del grupo zaragozano que quiso mostrar una realidad que sufrían y sufren decenas de mujeres. Sin duda, los himnos feministas, ‘Abre tu mente’ de Merche o ‘No soy esa mujer’ de Paulina Rubio, cobraron importancia, aunque seguían abundando los mensajes misóginos. En español y en inglés. ‘Love the way you lie’ De Rihanna y Eminem esconde mensajes, reproducidos por la artista, como “solo vas a quedarte ahí y verme quemar. Pero está bien, porque me gusta como duele”.

Ya en 2010, incluso antes, el reggaetón se convirtió en un indispensable en las discotecas y pubs. Desde un principio, fue un género juzgado por sus mensajes sexistas. Cierto es, aunque esta cuestión, viene de antes. Con estribillos pegadizos y especialmente bailables, ‘Tacatá’ de Tacabro, ‘Danza Juduro’ de Don Omar o ‘Señorita’ de Abraham Mateo, entre otras muchas, se han bailado tantas veces como reproducciones registran en Youtube.

Abraham Mateo actuó en las fiestas de San Lorenzo de 2014.
Abraham Mateo actuó en las fiestas de San Lorenzo de 2014.
Archivo HA

Poco tardó en entrar con fuerza también la bachata de Romeo Santos (y sus mensajes que cosifican a la mujer). ‘Eres mía’ o ‘Propuesta indecente’ hicieron que los jóvenes se aficionasen a los cuatro pasos básicos de este baile dominicano sin pensar lo que decían sus letras. Algunos con más ritmo que otros, pero nadie se quedaba parado al escuchar “no te asombre si una noche entro a tu cuarto y nuevamente te hago mía”.

Mientras, C. Tangana y Maluma no dejaban de lanzar temas sexistas, que terminaban por ser polémicos. ‘Cuatro babys’ y ‘Mala mujer’ fueron bailadas, pero también criticadas. Bad Bunny apareció con canciones como ‘Safaera’, pero ahora pretende desmarcarse de los mensajes misóginos tras lanzar un amplio repertorio con frases despreciables hacia las mujeres.

Nathy Peluso visitó Zaragoza en las Fiestas del Pilar de 2021.
Nathy Peluso visitó Zaragoza en las Fiestas del Pilar de 2021.
Francisco Jiménez

La lucha feminista nunca cesó ni cesará en la música. Y cada vez con más fuerza. ‘La Puerta Violeta’ fue un homenaje de Rozalén al calvario de los malos tratos con una metáfora visual de la Sierra del Segura después de un incendio. Más tarde llegó ‘Hoy la bestia cena en casa’ de Zahara, ‘La tirita’ de Belén Aguilera y Lola Índigo, ‘Business Woman’ de Nathy Peluso, ‘The man’ de Taylor Swift, ‘Calla tu’ de Danna Paola, ‘La bichota’ de Karol G, ‘Ay mama’ de Rigoberta Baldini o ‘Cuando te fuiste’ de Aitana y Natalia Lacunza. Son solo una corta lista de canciones que pretenden empoderar a la mujer. Algunas muy recientes y otras menos. Pero todas con un gran mensaje.

Textos: Joan F. Losilla (Entrevistas y selección de canciones), Paula Lobaco (Cantar sin saber que cantas y selección de canciones) y Matías Uribe (Mujeres en un mundo de hombres); Diseño e infografías: Kristina Urresti; ​Fotos: Archivo HERALDO