La Ofrenda de Flores brilla en Zaragoza con 350.000 participantes

La jornada ha estado marcada por una afluencia masiva a la plaza del Pilar y su entorno.

La calle de Alfonso I, a rebosar en las horas centrales de la Ofrenda de Flores, este jueves
La calle de Alfonso I, a rebosar en las horas centrales de la Ofrenda de Flores, este jueves
Guillermo Mestre

La Ofrenda de Flores ha vuelto a congregar este 2023 a más de 350.000 personas. En total han sido 15 horas en las que zaragozanos y visitantes han demostrado que la celebración todavía no ha alcanzado su techo. Según las estadísticas del Ayuntamiento, han participado un total de 145.000 oferentes, dejando miles de flores a los pies de la Virgen.

Los primeros grupos –las cinco familias de Aragón y La Rioja elegidas por sorteo el pasado mes de septiembre– han salido cuando aún era de noche. También ha desfilado de madrugada la Policía Local. Los primeros minutos han estado amenizados por la tuna de Ingerieros Industriales de Zaragoza, que ha inaugurado el escenario al pie del manto de la Virgen, en el que posteriormente han ido entremezclándose coros, grupos folclóricos y jotas.

La Ofrenda concluyó pasadas las 21.28 con los vecinos de Luceni, que dieron paso, como marca la tradición, al grupo de voluntarios, los últimos en pasar frente a la Virgen.

A las 10.30, momento en que se ha hecho el primer balance, ya habían pasado más de 35.000 oferentes con desfases "de entre cinco y diez minutos" que se iban recuperando poco después. La situación, sin embargo, se ha ido complicando con el paso de las horas. Pasado el mediodía, el número de personas que había depositado sus flores superaba las 50.000, contabilizándose una afluencia de más de 120.000 en la plaza del Pilar. Entonces ya había pasado un tercio de los grupos, pero la jornada iba a ser larga.

"El tiempo de espera está en unos 35 minutos en el caso de los oferentes individuales y de 45 o 50 en el de los grupos. Ha habido algún retraso importante en el entorno de la calle de Canfranc, pero en estos momentos ya se está recuperando", detallaba Raúl Ortega, de la unidad técnica de producción de Zaragoza Cultural.

La organización ha tenido este año una ayuda extra con los chips que se han colocado a unos 350 grupos para controlar los tiempos, pero a mediodía, los desajustes han sido inevitables. Ha habido colectivos que han tenido que esperar cerca de cuatro horas y media. Es el caso del grupo de Villafranca de Ebro y Pastriz, formado por unas 260 personas. "Teníamos que haber salido a las 9.28 de la plaza de Aragón", contaba la alcaldesa de la primera localidad, Volga Ramírez, a escasos minutos de las 14.00 sin haber podido dejar aún sus flores.

El enfado era más que evidente entre algunos oferentes, ya que, según criticaban, no se les había dado "ningún tipo de explicación o información". "En la plaza de España se han colado cientos de personas", decían, ya sin paciencia por semejante espera. No obstante, durante las primeras horas de la tarde se ha podido recuperar una cierta normalidad con un paso "fluido" por puntos como el paseo de la Independencia.

A las 18.30, en uno de los últimos balances que ha hecho el Ayuntamiento, ya habían pasado 723 de los 890 grupos y se habían contabilizado unas 230.000 personas por el entorno de la basílica.

"El tiempo de recorrido está en unos 50 minutos, pero vamos sobre el horario previsto", apuntaba el gerente de Zaragoza Cultural, David Lozano, que cifraba en 34 –con 13 traslados al hospital– las atenciones practicadas en el hospital de campaña de Cruz Roja, principalmente por desmayos por lipotimias y bajadas de tensión.

En lo institucional, los miembros de la corporación municipal han salido a las 11.30, puntuales a su cita, desde Ayuntamiento rumbo al Pilar. Cortar temporalmente el paso de los oferentes ha hecho que se escuchase algún que otro silbido, pero también ha habido aplausos tanto para Natalia Chueca como para el resto de concejales. La alcaldesa ha escogido para su primera Ofrenda al frente del Consistorio una vestimenta que hacía referencia "a las formas de vestir tradicionales de las clases sociales altas de Zaragoza en el periodo referencial de 1860 a 1870".

En la parte exterior llevaba una saya de color rojizo de buen volumen y buen material brocada con unos cestos en colores más claros, prenda que complementaba con un jubón con manga al codo, con generosas puntillas de buena manufactura y un pañuelo blanco sobre el talle.

Mientras, la portavoz del PSOE, Lola Ranera, ha lucido un traje de fiesta prestado por la asociación Mariano Lucas que constaba de un mantón antiguo, enaguas recuperadas de sábanas antiguas y venera del siglo XVII.

Este año, el cardenal Américo Aguiar ha sido el encargado de presidir la misa de las 12.00 en el Altar Mayor. Lo ha hecho en perfecto "portuñol" y en una basílica abarrotada en la que ha comparado la estructura de la Virgen con "una escalera al cielo hecha de flores" que unos transportan con alegría y otros, con lágrimas. "La vida también tiene momentos así, pero hay que seguir adelante", ha manifestado.

Aguiar ha admitido que era la primera vez que oficiaba una misa de estas características como cardenal, y ha dado las gracias a la Virgen y a los obispos por la amplia participación en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, a la que asistieron más de 6.000 personas. También ha pedido "por todos los jóvenes", ha recordado a los fallecidos en los incendios de Murcia y ha instado "escuchar" al prójimo.

Durante su homilía ha llamado a la paz en Ucrania, en "la tierra de Jesús" y en los pueblos que viven todo lo contrario a la luz del Evangelio, terminando con vivas a la Virgen del Pilar, Zaragoza, España, Portugal y la Hispanidad. El cardenal ha conseguido arrancar el aplauso de los presentes con sus palabras y ha invitado a los jóvenes a soñar. "Yo visité la basílica como seminarista en los 90 y jamás pensé regresar así. No tengan miedo de hacerlo. Buen almuerzo y buen viaje de regreso. Nos vemos por ahí, en el cielo o en cualquier lugar", ha dicho minutos antes de iniciar la procesión con la imagen de la Virgen por el exterior del templo.

Aguiar ha vuelto a repetir el mensaje en la plaza, donde ha dado las gracias a los presentes por su "testimonio de fe" y ha pedido para todos la bendición de la Virgen del Pilar.

La Ofrenda ha hecho gala un año más de la tradición y las costumbres aragonesas, pero también ha habido quien ha querido darle un toque de modernidad, lo que ha permitido ver a grupos folclóricos interpretando el ‘Flowers’ de Miley Cyrus.

Cada cual dejaba sus flores por un motivo. Isabela Moreno, natural de Colombia, lo ha hecho por su hija, que nació "con algún problemilla de salud", en la que era ya su sexta Ofrenda. Para otros, en cambio, era la primera vez. "Mira qué chuli", le decía un padre a su hija, que veía por primera vez el manto de la Virgen.

Entre los oferentes había desde bebés de apenas unos días de vida a personas en silla de ruedas que no han querido dejar pasar la ocasión. Lo que tampoco podía faltar de ninguna manera era el almuerzo. Con los bares de los alrededores sin mesas libres, muchos han optado por llevarse provisiones de casa. Ha sido el caso de Julio Palencia, que junto a su familia y amigos, procedentes de Zaragoza, Jaca y Cuenca, ah dado buena cuenta de generosos trozos de longaniza de Caminreal, chorizo de León y queso de Cuenca con vino de Cariñena y sidra asturiana.

25.000 personas a la vez

Dentro de la basílica, el trasiego ha sido constante. A mediodía se han alcanzado picos de más de 25.000 personas. Las había que, pañuelo en mano, no podían contener la emoción. Otros se reencontraban con el templo 25 años después de su primera visita. "Sé que había bombas de la guerra, pero ni siquiera me acuerdo de dónde estaba la Virgen", reconocía uno de los asistentes a la misa de las 12.00.

Fuera, los llamados ‘puntos selfie’ –otra de las novedades de esta edición– trataban de hacerse un hueco con una suerte desigual. Estaban pensados para que los oferentes se hiciesen fotos con la Virgen sin interrumpir el paso, pero aún así, muchos han seguido prefiriendo retratarse en aquellos puntos señalizados con un claro ‘no pare’ en el suelo.

En una jornada multitudinaria como esta también ha cobrado especial importancia el operativo de limpieza, con nueve brigadas que se han encargado de mantener un cierto orden en la plaza y su entorno y que, junto a los voluntarios y al personal del Ayuntamiento, han logrado que Zaragoza haya vuelto a aprobar con nota en su día grande.

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