redes sociales

¿Aceptarías una encuesta de satisfacción tras una cita de Tinder?

La pandemia ha cambiado los encuentros a través de aplicaciones como Meetic, Badoo o Tinder. El distanciamiento social ha fortalecido unas redes, de las que también surgen curiosos proyectos artísticos como el de la zaragozana Victoria Ascaso.

El proyecto de Victoria Ascaso, su retrato con corazones y una vista de Tinder.
El proyecto de Victoria Ascaso, su retrato con corazones y una vista de Tinder.
Heraldo.es

Dos largos años de pandemia tienen sus consecuencias. También en el mundo de las citas, sobre todo, con las mascarillas, las restricciones de aforos y el ocio nocturno aún a medio gas. “Las reglas del mundo del ‘dating’ están cambiando”, dicen los responsables de comunicación de Tinder, la aplicación de contactos con más usos en España, pues se calcula que un 12% de la población la tiene descargada en su teléfono móvil. Esta aplicación es un lugar para ligar, buscar pareja, tener alguna cita esporádica e, incluso, hacer proyectos artísticos como el de la joven Victoria Ascaso (Zaragoza, 1986), que lleva tiempo investigando ‘Las intimidades millennials’, tema que fue objeto de su tesis en Bellas Artes.

“Identifico cuando algo es interesante porque me genera un conflicto: me fascina y me horroriza a partes iguales”, explica Ascaso, cuyas obras reflexionan sobre el uso de las redes, la exposición de la intimidad y las interconexiones personales a través de los dispositivos móviles. En uno de sus trabajos más celebrados se abrió una cuenta en Tinder con el nombre de Vic33 y decidió pasar una encuesta de satisfacción a sus citas de la red social tras conocerse por primera vez. Era una suerte de ‘review’ como de Amazon o Tripadvisor, pero sobre un ser humano, sobre sí misma, sobre la persona que el otro implicado en la cita acababa de conocer.

Victoria Ascaso y su sombra, en pleno selfi.
La artista zaragozana y  su sombra, en pleno selfi.
Heraldo

“Hubo sorpresas para bien y para mal. Hubo gente que se ofendió y otra que entró en el juego”, explica la artista, que expuso algunas de estas opiniones en salas, como si se tratara de un catálogo. Ascaso cuenta que se apoyó en la teoría del 'amor líquido' de Zygmunt Bauman, que viene a decir que “las personas ya no tenemos relaciones sino conexiones” y que “los vínculos son cada vez más frágiles, con un botón de encendido y apagado”.

De fondo, existe una reflexión sobre la intimidad contemporánea porque, a su juicio, se  ha generado un cambio de paradigma en lo que concebimos como espacio íntimo y vida privada. "A raíz del desarrollo tecnológico y plataformas en las que hiperexhibimos la idea que tenemos de nosotros mismos, se han ido disolviendo las fronteras y la propia vivencia de la intimidad está en el aire -explica Ascaso-. Mi hipótesis es que la idea de intimidad ya no es la misma con la que yo nací, el espacio en el que te construyes como sujeto, y te retiras del mundo para estar en contacto con tu yo emocional. Ya no tenemos esa necesidad cultural y por ello hay teóricos que se refieren a la extimidad".

Nuevas interacciones

En Tinder explican que la pandemia iniciada en 2020 provocó “una nueva fase en la intención de quedar con alguien, para encontrar nuevas formas de conectar y reunirse más”. No se sabe a ciencia cierta su fue ‘a pesar’ o acaso azuzados por el confinamiento doméstico que se vivió hace dos primaveras. “Las citas ya no se basan en las típicas etapas preestablecidas, sino que se han vuelto más fluidas”, explican los responsables de la aplicación, que advierten de que “las ‘quedadas’ digitales han llegado para quedarse”. Las restricciones de la covid y el no poder verse presencialmente disparó el uso del ‘videochat’ (Facetime), que se ha vuelto una herramienta habitual para la mitad de los usuarios que buscan pareja en Tinder. Según explican, muchos jóvenes -incluso- siguen sus citas en el mundo virtual del juego Animal Crossing (sus menciones se multiplicaron por 30 desde la pandemia) o ‘quedan’ para cenar juntos comida de ‘take away’ a través de Zoom. “El golpe que supuso el cierre de negocios y la cuarentena hizo que todos nos quedáramos sin los intercambios personales de cada día, esos que nos recuerdan que somos humanos: compartir un helado, hablar de la serie favorita, ir de compras...”, explican desde la agencia de comunicación de Tinder, sabedores de que en España hay unos 14 millones de solteros.

También sobre la relación con las pantallas y la disociación entre el yo real y el digital ha reflexionado Victoria Ascaso, que tiene muchos otros proyectos centrados, por ejemplo, en que extraños puedan acceder libremente a las galerías de imágenes de un móvil o puedan grabar durante un minuto la pantalla del teléfono. “En esta caso se analiza la figura del ‘stalker’, con la creación de una ‘app’ para personas que desean admirar y que no les importa ser admirados”, narra la artista, que crea así “un espacio de hipervigilancia entre iguales”, que cuenta con más de cien participantes activos. “Se accede a pequeños fragmentos de intimidades, que dicen mucho de nosotros”, añade la joven que a partir de junIo disfrutará de una residencia en Bilbao, en el Azkuna Zentroa, con un nuevo trabajo sobre cómo se vive con tristeza la disforia digital: "Tenemos la impresión de no pertenecer del todo a ninguna de las realidades", afirma. 

Las preguntas que enviaba Ascaso a sus citas a modo de cuestionario.
Las preguntas que enviaba Ascaso a sus citas a modo de cuestionario.
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De vuelta a Vic33 y a la evolución de las relaciones en perfiles como Badoo o Tinder, la obra “es un ejercicio que pone de manifiesto las mecánicas de las redes sociales y cómo y cuánto nos dejamos influir por las opiniones de los otros”, argumenta. El proyecto, que cuenta con web propia y se pueden ver los items con los que se analizaba la cita, aborda también otros temas como el devenir de los cuerpos en objetos de consumo y la sobreexposición de la intimidad. “Estuve un año mandando las encuestas a cada persona con la que quedaba, algunos lo sabían de antemano y generalmente en la primera cita lo comentaba. Eso no impidió que me sintiera muy vulnerable al ser juzgada”, explica Ascaso, que ahora está centrada en una propuesta autobiográfica (‘Amor con hambre no dura’ es el título), en la que rescata conversaciones reales de Whatsapp que luego transforma en cuadros. "Son  momentos vitales de confusión, miedo, angustia… Lo trato con mucho humor negro. Se trata de distanciarse y trabajar el trauma, lo que llaman en psicología sublimación", explica.

La urgencia de los abrazos y el debate de
las vacunas se cuelan en las aplicaciones

Con la pandemia, las aplicaciones móviles para unir medias naranjas también han ido cambiando, si bien conforme ha ido prolongándose la crisis sanitaria el tema de las mascarillas o la vacunación ha dejado de ser tabú. En Meetic, por ejemplo, surgió una ventana no obligatoria para informar sobre el estado de la pauta de pinchazos contra la covid, que aparece al lado de otras casillas que hablan sobre gustos o costumbres de los usuarios. Otra plataforma como es Adoptauntio explica que más del 53% de sus usuarios considera “casi indispensable” que la futura e hipotética pareja tenga respecto a la pandemia una percepción semejante a la propia. 

Algunas de las pantallas de la aplicación Tinder.
Algunas de las pantallas de la aplicación Tinder.
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También en Tinder manejan estadísticas que demuestran cómo el distanciamiento social hizo que el 60% de los miembros de la red se sintiera solo y que la motivación del 40% de sus usuarios fuera “conocer gente nueva y distinta”. La prueba es que en las ‘bios’ de los usuarios la palabra ‘abrazo’ creció un 23% y que las conversaciones en Tinder fueron un 30% más largas durante la pandemia”. Los temas, evidentemente, no fueron ajenos a la crisis sanitaria y el año pasado las menciones a la vacunación se multiplicaron por ocho en apenas unas semanas. Un término tan poco pródigo en webs de citas como es ‘anticuerpos’ también multiplicó por veinte su presencia. La red social cree que este revés sanitario está haciendo que desde ya mismo que los usuarios sean “más sinceros y auténticos”.

Un estudio de la consultora Ypulse evidencia que, en la actualidad, casi el 20% de los usuarios de Tinder mantiene una conversación previa sobre medidas de seguridad antes de conocerse en persona. Hablan sobre el uso de la mascarilla, la distancia social o, incluso, el consentimiento explícito para abrazarse o tocar físicamente a la cita. “Esto conlleva que las conversaciones avancen hacia cuestiones íntimas y servirá para tener citas más seguras y satisfactorias”, afirman. 

Los hay tan previsores que incluso se preguntan de antemano cómo deberían saludarse la primera vez que se encuentren y tampoco tienen tapujos en hablar de depresión y ansiedad, que han sido dos de los términos de los más utilizados en los dos últimos años. En las plataformas de citas, después de dos intensos años de actividad, aguardan ya con ansia la llegada del día de San Valentín, que es uno de los que tienen señalados en rojo en el calendario. Entonces, el Cupido digital parece que tiene faena, si bien curiosamente otra de las jornadas en las que más ‘matches’ se producen es en la celebración de Halloween.

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