Los 11 pueblos bonitos de Teruel donde mejor se come

Mezclar turismo y gastronomía en estas localidades es un lujo al alcance de todos los que deseen disfrutar de una jornada única.

Plato del Restaurante El Batán.
Plato del Restaurante El Batán.
Laura Uranga

La prestigiosa publicación ‘National Geographic’ lleva años enamorada de la provincia de Teruel, y no lo disimula. El hecho de tener siete pueblos en el club oficial de los más bonitos de España llama la atención, pero la revista va más allá y desmenuza sus encantos en apartados tan diferentes y compatibles al mismo tiempo como las maravillas naturales, los hoteles con magia y la restauración. En este caso propone 11 pueblos turolenses donde comer de lujo, con posibilidades para todos los bolsillos.

Dónde comer en Valderrobres

Su primera parada es en la capital del Matarraña. No es la única representante comarcal en este listado, cosa que se entiende al visitarla. Aquí se detienen en el modo de tratar la huerta local y la caza menor que exhibe el restaurante Baudilio, de la argentina Fabiana Arévalo.

Estrella Michelin en Tramacastilla

No podía faltar en este repaso la única estrella Michelin de la provincia turolense, que mantiene desde hace años en Tramacastilla (Sierra de Albarracín) María José Meda, al frente de los fogones de El Batán. La chef trabaja de maravilla y con imaginación los productos de kilómetro cero, y domina ese equilibrio tan complicado entre la innovación y el cuidado de las tradiciones.

La Torre del Visco en Fuentespalda

La atención en este caso (segunda parada en el Matarraña) se centra en el único Relais & Chateaux de la provincia, La Torre del Visco, con la británica Jemma Markham al frente. Su restaurante se nutre de huerta propia: el chef Rubén Catalán, merecedor de una Estrella Verde Michelin, es un bastión de la cocina sostenible de vanguardia.

Dónde comer en Calamocha

Desde la curiosidad de hallar un restaurante de Carlos Arguiñano (con C: es familiar lejano del cocinero de Beasain) hasta otros puntos célebres de la capital del Jiloca, como el Restaurante Mariano (famoso en su día por una increíble cesta navideña, y muy activo en los menús), Calamocha es además un punto de referencia para el jamón de Teruel: hasta museo dedicado tiene el delicioso producto turolense.

Dónde comer en Mosqueruela

La presencia de Mosqueruela en el listado se debe al restaurante Existe, un alarde de riesgo y acierto en este hermoso paraje del Maestrazgo, que también cuida al máximo la cocina cinegética.

La Fábrica de Solfa en Beceite

Otra vez el Matarraña, ahora con un protagonista muy principal: La Fábrica de Solfa y el joven chef Kike Micolau, que ha llevado a la excelencia el rescate de un producto muy particular de la zona: los fesols de Beceite, unas alubias de extraordinario sabor que prepara con crestas de gallo y almendra, además de una salsa a base de hierbas silvestres como la saduricha; hay más recetas con fesols, incluso dulces.

Restaurante para comer en La Fresneda

Un hermosísimo pueblo en cuesta (sí, del Matarraña) con un templo de la cocina y el hospedaje, El Convent 1613, favorito de Arguiñano (con K). Ahí destaca (entre otras muchas cosas) el tratamiento de las carnes, desde la ternera al ternasco, las setas y los quesos de la tierra, servidos a la vasca con membrillo y nueces.

Las tortas de alma de Alcañiz

La referencia culinaria de esta ciudad famosa por la Moto GP, las carreras de coches en circuito urbano, su espectacular parador en las alturas o el curioso Museo de la Magia es el Meseguer, clásico entre los clásicos, con las judías con perdiz o el guiso de pintada como banderas. ‘National Geographic’ recomienda no perderse el factor dulce de las tortas de alma.

Ofertas gastronómicas de Albarracín

El pueblo donde todo parece magia tiene varios establecimientos de interés en cuanto a lo gastronómico, pero quizá sean Señorío de Albarracín (faceta más clásica) y La Peculiar (más original) las referencias en alza actualmente. Tampoco hay que perderse El Portal Albarracín.

La Fonda de Alcalá en Calaceite

La Fonda de Alcalá está considerado como uno de los mejores restaurantes de cocina familiar de España, con una imbatible relación calidad-precio. Otra razón más para visitar el Matarraña. La cassolada o los fesols en sardina destacan en su carta. En las panaderías locales se recomienda el cóc en primentró, una torta de tomate, pimiento y atún.

Dónde comer en Monroyo

Sí, el Matarraña también cierra la lista. Monroyo tiene el hotel de cinco estrellas Torre del Marqués y su restaurante Atalaya del Tastavins. Allá destacan las setas y mariscos, el ternasco, los arroces… todo un derroche en la amplitud de carta, con criterio muy selecto en la obtención y tratamiento de las materias primas. 

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