El restaurante de Aragón que fascinó a Aitana Sánchez Gijón

La actriz ha terminado de rodar en Aragón la película ‘Tierra baja' durante casi cinco semanas, pero le quedó tiempo para acercarse a comer a un exquisito establecimiento y mimar el paladar.

Preparación de uno de los platos del restaurante La Fábrica de Solfa en Beceite.
Preparación de uno de los platos del restaurante La Fábrica de Solfa en Beceite.
Laura Uranga

Beceite está de moda. El asunto no es de ahora; aunque muchos habitantes del Matarraña no estén muy contentos con el calificativo de la Toscana aragonesa para su comarca, las similitudes entre los territorios hacen que la comparación tenga sentido y, desde luego, atraiga visitantes por sí sola. Además, este pueblo de Aragón es bonito, tiene un entorno natural increíble con el agua y el monte como protagonistas y un camping de vistas espectaculares en el que se sirve una comida italiana deliciosa.

Restaurante La Fábrica de Solfa

La localidad tiene otro imán de turismo: La Fábrica de Solfa, con el joven chef local Kike Micolau al frente de los fogones. El restaurante y hotel situado en el centro de Beceite junto a un espectacular recodo del río se ha empeñado desde hace tiempo en el rescate del fesol de Beseit, una alubia autóctona. A ello han colaborado varios vecinos con el cultivo dedicado, y Micolau la aprovecha en diversas recetas, desde las tradicionales en cocido o ensaladas a las más atrevidas.

Aitana Sánchez Gijón, encantada en Teruel

De todo ello puede dar buena fe el equipo de la película ‘Tierra baja’, con Aitana Sánchez Gijón como protagonista. El rodaje en Belmonte de San josé y Alcañiz durante casi cinco semanas fue intenso y exigente, pero quedó tiempo para acercarse a La Fábrica de Solfa y mimar al sentido más goloso. 

Precisamente ahora, con el apoyo del realizador aragonés Jorge Nebra, La Fábrica de Solfa presenta nuevos retos encaminados a ir un poco más allá en sus planes de presente y futuro. El presente se asienta en un servicio de primera y otras delicias como el embutido de ternasco, sobrasada de fesol de Beseit, el tataki de ternera pirenaica o el atún salvaje con salsa de raspas tostadas, que le regala al plato un sabor impresionante. La trucha con apionabo, el vermú casero (muy cítrico) o la deliciosa combinación de amanita, azafrán y melocotón son para tirar cohetes, aunque siempre con cuidado y en zonas permitidas para la pirotecnia.

Otros platos que han ido brillando en la carta son la ensalada de bacalao con sardina de casco, hummus de berenjena, huevo a baja temperatura con callos de cordero y panceta de Agnei ibérico, romescu, encurtidos y oliva negra empeltre. En los postres, las petazetas de oro o la panacota de té de roca con helado de té de roca son geniales. La sorpresa está garantizada en el lugar, y que esa sorpresa será buena, también. 

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