Mosqueruela y los barrancos llenos de árboles que sí dejan ver el bosque

La localidad turolense está en la comarca de Gúdar-Javalambre, y aúna el atractivo intrínseco de su arquitectura con parajes naturales de altura, que permiten disfrutar al máximo de las actividades al aire libre

Zona de represa en el barranco de las Truchas, a las afueras de Mosqueruela.
Zona de represa en el barranco de las Truchas, a las afueras de Mosqueruela.
Laura Uranga

Mosqueruela es uno de los pueblos mágicos de España; no todos van a ser bonitos oficiales, aunque sin duda muchos lo sean a primera vista. En este otro club de belleza rural al que también pertenece una docena larga de localidades aragonesas, este enclave de la comarca de Gúdar-Javalambre tiene sin duda argumentos de peso para lucir palmito. 

El paseo intramuros es un placer, arquitectónica y sensorialmente hablando; desde la calle de los Ricos Hombres hasta las casonas de piedra con madera ornamental en los aleros, pasando por la impresionante Casa Fuerte, la parroquia de la Asunción (que custodia el Archivo de las Aldeas de Teruel) o los restos del convento Priorato de Santa Ana. La muralla de Mosqueruela, por cierto, tuvo siete puertas de acceso; cinco siguen en pie, y la más conocida es la puerta de San Roque, antiguo torreón defensivo con una ermita en su primer piso.

Por si fuera poco, la riqueza del término municipal en cuestión de naturaleza y rincones con chispa es tremenda. El Pinar Ciego, que se alza sobre el pueblo en la partida de Valdelamadera a casi 2.000 metros de altura, es un paseo increíble en el que conviene no despistarse, por lo frondoso de su naturaleza. La palma se la lleva el hermoso barranco de Las Truchas, a nueve kilómetros del pueblo; se llega andando o por una pista transitable hasta el nacimiento del río, donde los pinares proporcionan un abrigo idóneo para mitigar la tiranía meteorológica de turno.

Entre el resto de la oferta natural de Mosqueruela también merecen comentario destacado otros dos barrancos, el de Valtuerta y el Gisbert, con pinturas rupestres declaradas Patrimonio Mundial de la UNESCO; están a unos 10 kilómetros de la población. Por otra parte, es territorio Starlight para la observación de la bóveda estelar. También se trata de un territorio setero;los aficionados a la micología deben hacer una visita previa a la web del Ayuntamiento o las oficinas municipales para acceder a la zona de recolección.

Un lugar icónico

El barrio de la Estrella es otra visita recomendable. No hay posibilidad de despistarse en el camino, porque la guardiana del desvío a pie de carretera es una gran estatua de la virgen, que da pie a 12 kilómetros de desvío. Solo vive allá una pareja de octogenarios; el aura del lugar ha atraído a anunciantes –Land Rover, poco antes de la pandemia– y cineastas: el multipremiado Rodrigo Sorogoyen lo barajó como escenario de su producción actual sobre la guerra civil.

En los últimos meses, Mosqueruela ha ido sumando activos a su bagaje turístico y cultural. La casa del ermitaño de la ermita de San Antonio, restaurada por un taller de empleo, se ha abierto como espacio cultural tras un cierre prolongado, debido al incendio que sufrió en 2010. En cuanto a la restauración, destaca un nuevo clásico de la zona, el Restaurante Existe, que cultiva la cocina de temporada con un menú único que cambia su naturaleza al ritmo que marcan las estaciones, un ritmo que en Mosqueruela es decididamente musical. 

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