Astroturismo: cielos cinco estrellas
Teruel es uno de los mejores lugares del mundo para observar el cielo nocturno. De la mano del astroturismo, paisajes, descanso y ciencia se concentran en un mismo instante.
El verano es una época de brillo. De estrellas fugaces y de pedir deseos: un trabajo mejor, más dinero, salud o un amor de verano. El fenómeno por excelencia de la temporada son las perseidas, la lluvia de estrellas también conocida como Lágrimas de San Lorenzo. Aunque su máxima actividad siempre ronda su festividad en el santoral, todavía son visibles hasta finales de agosto. Hasta el día 23 también puede verse el trazo de alguna fugaz perteneciente a la lluvia de las delta acuáridas.
Son fechas marcadas en el calendario para los amantes de la astronomía, que buscan el mejor lugar para poder verlas. Observar el cielo ha ganado ya cierta presencia como alternativa de ocio. El astroturismo tiene cada vez más seguidores en Aragón, uno de los territorios con mayor número de espacios idóneos para parar el tiempo, observar y "recuperar la tradición de mirar hacia arriba, como hacían nuestros abuelos", cuenta Alejandro Vera, guía Starlight y operador de telescopio en Galáctica.
El Centro de Difusión y Práctica de la Astronomía ubicado en Arcos de las Salinas (Teruel) vive su primer verano abierto al público de manera ininterrumpida, de miércoles a domingo, ofreciendo una primera parte de los contenidos previstos. Hasta el próximo 6 de septiembre el centro ofrecerá actividades, actuaciones y visitas. Durante el mes de julio, más de 2.200 personas lo han visitado, participando en observaciones solares y nocturnas, veladas galácticas, un curso de astrofotografía de paisaje o un taller en familia para conocer el paisaje lunar.
Este centro dedicado a la divulgación de la astronomía dinamiza una zona donde ya se cultiva desde hace años el astroturismo, una modalidad de ocio al alza que encaja a la perfección con ese turismo pospandemia que busca tranquilidad, naturaleza y amplios espacios.
Alejándonos del ruido y la luz de la ciudad, encontramos una tierra plagada de espacios para mirar al cielo. Así, lo corrobora la Fundación Starlight, que otorga hasta 16 distinciones a la comunidad, por la gran calidad de sus cielos, entre Parques Estelares, Alojamientos, Parajes, Destinos Turísticos y Reservas.
Esta fundación, vinculada al Instituto de Astrofísica de Canarias, tiene como principal objetivo la protección del cielo nocturno, la difusión de la astronomía y el desarrollo económico sostenible local a través de esta modalidad de turismo. Con esta misión, la organización creó el sistema de Certificación Starlight para impulsar los cielos de todo el mundo y poder valorarlos como patrimonio intangible.
Hasta 16 sellos en Aragón
La magia de mirar al cielo también se premia. La comunidad aragonesa es un territorio con una de las mayores extensiones con certificación del mundo, según señala la Fundación Starlight. En 2022, Aragón cuenta con hasta 16 de estos sellos tanto en territorios como alojamientos que corroboran la calidad de sus cielos y de espacios adaptados para su observación.
Entre ellas, destacan los tres lugares que cuentan con una doble certificación Starlight, la de Destino y Reserva, que otorga la categoría de Territorio Starlight a las comarcas de la Sierra de Albarracín, Gúdar-Javalambre y Cuencas Mineras. Esta denominación garantiza que se trata de un lugar ideal para la contemplación del cielo estrellado.
Otras nueve de estas certificaciones pertenecen a alojamientos, que se convierten también en divulgadores de este turismo a través de numerosas actividades.
Son muchas las experiencias mágicas que pueden vivirse bajo las estrellas. La empresa Teruel Celeste propone una velada en Mora de Rubielos en la que descubrir las constelaciones más importantes, ver el recorrido de los planetas y aprender a interpretar el cielo en cada época del año. Las Casas Rurales Moliniás, en Sobrarbe, invitan a realizar una cata de vino especial, probando el producto de sus propios viñedos, observando el cielo en la plataforma recién inaugurada para ello. Otra opción es ‘bañarse bajo las estrellas’ en el Monasterio El Olivar, en Estercuel, con veladas temáticas, en torno a la Vía Láctea o el tamaño del universo, para admirar y observar el cielo. También disfrutar de conciertos en directo y una cena bajo la cúpula celeste, como la que tendrá lugar el próximo 27 de agosto, o la observación del día 31, con la que despedir el cielo de verano.
Otra de estas certificaciones en las que destaca Aragón es la de Parque Estelar, pues cuenta con dos de los ocho que existen en España. Se trata de El Jabalón, en la Sierra de Albarracín, y Villar del Salz. Esta distinción acredita la existencia de lugares en pueblos y ciudades donde se respeten las condiciones mínimas para disfrutar del cielo estrellado, con infraestructuras permanentes que permiten desarrollar actividades de divulgación de la observación astronómica, explica la fundación canaria.
¿Qué es un cielo de calidad?
Son muchos los parámetros que se consideran para medir la calidad del cielo, "no solo hablamos de lugares con poca o nula contaminación lumínica", añade Maribel Aguilar, coordinadora del centro de Difusión y Práctica de la Astronomía Galáctica en Teruel, promovido por el Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (CEFCA), y guía Starlight. Entre otros factores a evaluar, además de analizar el brillo de cielo de estas zonas, también se tienen en cuenta, principalmente, el número de noches despejadas y la estabilidad atmosférica. Un clima "menos húmedo y zonas más elevadas son idóneos para hacerse con este sello de calidad del cielo", explica el guía Alejandro Vera.
Antes de hacerse con una certificación Starlight, se realiza un seguimiento llamado ‘campaña de cielos’, en la que se analiza el cielo de determinada zona en diferentes fechas del año para comprobar que cumple estas condiciones.
Una serie de características que por supuesto se encuentran en el Pico del Buitre, lugar donde se encuentra el Observatorio Astrofísico de Javalambre, a 1.957 metros de altitud, haciéndolo un lugar idóneo para estudiar el cielo.
Menos gente y más estrellas
En Aragón, Teruel es la provincia que con más distinciones Starlight cuenta. El cielo turolense es mucho más oscuro y limpio que en otros puntos de la comunidad. Entre otras causas, la despoblación, uno de los problemas que más preocupa en el territorio, en este caso, ayuda. Menos gente significa más oscuridad y, por lo tanto, más estrellas a la vista.
Además de cumplir con otras características, como el número de noches despejadas o la altitud, Teruel se libra del mayor enemigo de la observación astronómica: la contaminación lumínica. Esa que, en las ciudades, anula el cielo nocturno. En áreas menos pobladas, la oscuridad hace visibles los tesoros que pueden encontrarse en el cielo.
"Lo más fascinante que se puede ver en el cielo turolense es el arco completo de la Vía Láctea, desde un horizonte a otro. Es un lujo que en muy pocos lugares poblados puede contemplarse", explica la coordinadora de Galáctica.
"En el caso de Teruel, existen muchas zonas denominadas ‘desierto demográfico’, en las que viven menos de 12 habitantes por kilómetro cuadrado, por ello es un lugar tan apto para la astronomía", añade Vera.
En zonas de montaña con climas complejos y duras condiciones de vida que han ido perdiendo población, el astroturismo se convierte en una oportunidad de dinamización y vertebración del territorio. Además, el cielo de Teruel cuenta con unas características "medibles que se unen a todo el patrimonio con el que cuenta el territorio, es un lugar en el que se une el cielo a la tierra", asegura Aguilar.
Para todos los públicos
Esta modalidad de turismo cuenta con gran variedad de actividades para acercar la astronomía a todos los públicos. Además, experimenta un crecimiento progresivo, pues el hambre de espacios al aire libre provocado por la pandemia ha dado un pequeño impulso a la demanda que ya existía.
El perfil del astroturista es muy variado, cuentan desde Galáctica. "Cada época tiene su visitante. Durante el verano y las vacaciones es un público mucho más general, mucho más familiar; cuando se acerca el final de curso, son muchas visitas de colegios; mientras que el resto del año son aficionados a la astronomía", explica la coordinadora del centro turolense, en un verano en el que, solo durante el mes de julio, Galáctica ha recibido a más de 2.200 visitantes en sus instalaciones. "Muchos incluso repiten", apunta Vera.
A principios de septiembre tendrán lugar los últimos actos del primer verano de Galáctica, que cerrará hasta final de año para terminar el acondicionamiento de su musealización. Después, retomarán las actividades planteadas hasta ahora, aunque también se apostará por un público más especializado, "con especialistas del mundo de la astronomía o estudiantes de física que estén realizando algún tipo de proyecto", añade el guía.
Para acabar la temporada, los asistentes brindarán el próximo 27 de agosto con un ‘Astrocóctel’ acompañado por un concierto de música jazz y la observación del cielo con el telescopio GT80. Por último, el 30 de agosto, 4 y 5 de septiembre se celebrarán diferentes jornadas dirigidas a profesionales del sector turístico, con la finalidad de dar a conocer tanto las instalaciones del centro turolense como el potencial del astroturismo en nuestra comunidad.
Ciencia y ocio, de la mano
Si algo hace singular a Galáctica es su forma de conjugar el carácter didáctico y científico, por la existencia de telescopios profesionales para la observación -que convierten al propio cielo en ‘planetario’ natural- y por su vinculación con el cercano Observatorio Astrofísico de Javalambre.
Porque Teruel no solo destaca por la gran calidad de sus cielos, también cuenta con un "importante proyecto científico relacionado con la astronomía y la astrofísica", explica Aguilar. Además del Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón, en las instalaciones del observatorio de Javalambre operan telescopios con cámaras panorámicas de gran formato y conjuntos únicos de filtros ópticos para estudiar el universo.
"La cercanía del proyecto científico es muy importante para el público general que se plantea hacer estas actividades por primera vez. Además, es un factor clave para el posicionamiento del territorio", añade la coordinadora de Galáctica.
En estos momentos, el sueño de Teruel de convertirse en sede de la Agencia Espacial Española aglutina el respaldo de las principales instituciones autonómicas, provinciales y locales, así como de los agentes económicos y sociales, de la comunidad científica y de la industria aeronáutica aragonesa.
Más allá de criterios de ‘justicia territorial’, por sus condiciones demográficas, la candidatura de Teruel cuenta entre sus bazas con un cielo limpio y un entorno científico e industrial propicio. Con equipamientos científicos de primer orden en el Observatorio Astrofísico de Javalambre, que lidera proyectos internacionales de investigación astronómica, y con la plataforma aeroportuaria de Teruel, que ya es referencia en el ámbito aeroespacial.
El lema de la candidatura turolense, ‘De Teruel, al Cielo’, resume el que podría ser el deseo hecho realidad al paso de una veraniega estrella fugaz.
