Se acerca el día de San Valentín y, aunque tal fecha no obliga a nadie a nada, sí propicia los encuentros íntimos entre las parejas, ya sean estas formales o estén en vías de desarrollo. En el ambiente flota cierta presión por cumplir con las expectativas de la fecha, lo que lleva a muchos y muchas a materializar recetas que contengan alimentos con la etiqueta de afrodisíacos, aunque en muchos casos se trate solo de productos que favorecen un buen estado de salud, lo que en cualquiera de los casos repercute en el plano sexual.

Uno de los bocados con buena fama es el alargado espárrago. La hortaliza, que aunque lleva fama de navarra también se cultiva -y con mucho tino- en Aragón, aporta vitamina E y contienen folato, que promueve la producción de histamina, que supuestamente ayuda a mejorar la libido. Este versátil vegetal se puede integrar en muchas recetas: puede incluirse en un revuelto con jamón y huevo, formar parte de una quiché o servir de acompañamiento de un salmón al horno, entre muchas otras ideas.

También al aguacate se le atribuyen propiedades afrodisíacas. Es rico en ácido fólico, vitamina B6 y potasio, que favorecen un buen estado físico. ¿Alguna preparación para compartir con la pareja? Un tartar con atún o salmón son propuestas que, aunque puedan parecer complicadas, no lo son tanto. Basta con un poco de mimo y no muchos minutos.

No podemos pasar por alto las ostras, unos de los alimentos por antonomasia en las citas románticas -o, al menos, según el género cinematográfico que las representa-. La ciencia defiende que aumentan los niveles de dopamina. Esto, a su vez, tendría un impacto en la libido de hombres y mujeres. También promueven la producción de testosterona, básica en la potencia sexual de los varones. Una buena idea es comerlas en ceviche.

El chocolate y la canela también son considerados fundamentales en las citas del 14 de febrero. Más allá de sus propiedades, se trata de ingredientes que, como las fresas, ayudan a despertar la imaginación y que estimulan el buen humor de quienes los consumen. ¿Un postre? No nos volvamos locos: un bol de fresas con chocolate fundido y un toque de canela.

Un ingrediente menos habitual en la cocina mediterránea es el jengibre. Sin embargo, este condimento incrementa la circulación y la temperatura corporal. Dicen que, asimismo, hace lo propio con el deseo sexual y que incluso puede mejorar la experiencia compartida. Tiene cabida en cremas, en carpaccios con un punto cítrico, en ceviches o incluso como aderezo en un solomillo de cerdo.

Aquellos que no se quieran complicar la vida pueden echar mano de los plátanos, frutas con un alto contenido de potasio, o de los higos, a los que también se atribuyen características que, a la postre, podrían resultar muy disfrutonas.

Se recomienda también el uso de hierbas, flores y especias, que además de conferir exóticos aromas a los guisos, aportarían a sus consumidores efectos de alta tensión amatoria. Al menos eso estima el recetario popular. La albahaca, la menta, el romero, el tomillo y el cilantro son una buena muestra desde hace siglos.