Gastronomía

Siete platos que aterrizaron el año pasado en Zaragoza para quedarse

Varios locales con distinto enfoque abrieron sus puertas en 2021 y otros incluyeron nuevas recetas en sus cartas.

Siete de los nuevos platos que aterrizaron el año pasado y que hay que probar (al menos) una vez.
Siete de los nuevos platos que aterrizaron el año pasado y que hay que probar (al menos) una vez.
Heraldo

Pese a lo complicado del año pasado para la hostelería -en rigor, ya van casi dos años de anomalías-, varios hosteleros se decidieron a lanzar nuevos proyectos o a potenciar otros ya existentes, recuperando esa tendencia prepandemia marcada por las novedades constantes en el sector. Un ámbito empresarial siempre busca dejar un buen sabor de boca, el mismo que proporcionan algunos de los platos que aterrizaron el año pasado en Zaragoza y que, debido a su éxito, tiene toda la pinta de que no se moverán de las cartas.

Uno de los nuevos locales que arrancaron en 2021 y que vienen pisando fuerte en la capital aragonesa es Origen 1952 (paseo de la Constitución, 6), heredero de Casa Lac. El establecimiento, en el que las verduras y hortalizas también juegan un papel irremplazable, despliega en su menú distintas raciones y platos para compartir. Entre los degustados por un servidor, destacaría el tataki de solomillo de bellota macero con boniato a la brava.

Tataki de solomillo de bellota macerado con boniato a la brava.
Tataki de solomillo de bellota macerado con boniato a la brava.
Origen 1952

No muy lejos de ahí se encuentra el restaurante Paraninfo Flor (plaza de Basilio Paraíso, 4), que reabrió el año pasado bajo la batuta de Carmelo Bosque en el icónico edificio de la Universidad de Zaragoza. Cuenta con la cocinera Diana Roitegui, quien tras formarse en algunas de las cocinas más prestigiosas de España ha liderado las cocinas de La Granada y el Quema. En su carta, que va rotando periódicamente, hay un plato que debido a su éxito se mantiene. Hablamos de una versión de los langostinos en gabardina más delicada que la habitual.

Langostinos en gabardina del Paraninfo Flor.
Langostinos en gabardina del Paraninfo Flor.
Paraninfo Flor

Nos desplazamos hasta el barrio Jesús para visitar La Maldita (paseo de Longares, 35). Este gastrobar se ha sumado a una zona en el que la hostelería está muy viva, especialmente los fines de semana a mediodía. En su carta de raciones brillan las albóndigas glaseadas con seta de hoja de roble o los calamares con alioli negro y lima. Pero si lo que buscamos es un plato contundente tenemos que inclinarnos por la Hamburguesa 'Black Jack' con pan de carbón activo y probióticos, cheddar, beicon, cebolla caramelizada y tomate confitado.

Hamburguesa con pan de carbón activo y probióticos, cheddar, beicon, cebolla caramelizada y tomate confitado.
Hamburguesa con pan de carbón activo y probióticos, cheddar, beicon, cebolla caramelizada y tomate confitado.
La Maldita

De vuelta al centro, tenemos que hacer una parada en Gonzo Bitter Bar (plaza de los Sitios, 9). El local importó en la recta final del año pasado una receta ganadora del 'Miglior Piatto 2021' del Festival Parmigiano Reggiano. Se trata de la Parmigiana, un nombre que tradicionalmente alude a una lasaña de berenjenas, pero que se ha interpretado con un concepto más cremoso de parmigiana, añadiendo sifón de parmesano, pesto de albahaca, mozzarella de búfala atemperada y polvo de tomate.

Parmigiana, el último plato en aterrizar en Gonzo.
Parmigiana, el último plato en aterrizar en Gonzo.
HERALDO

Otro de los alegres fichajes que disfrutamos el curso pasado fue el del ramen bar Senbazuru (calle Heroísmo, 39). Y aunque es complicado conseguir mesa, su caldo elaborado a fuego bien lento y la pasta fresca de la sopa bien merece una visita a La Madalena. El ramen de este local es de tipo chuka soba. Lleva chashu (panceta), huevo marinado y trocitos de borraja marinada.

Senbazuru: el ramen que te haría una abuela japonesa
El ramen chuka soba de Senbazuru.
José Miguel Marco

Seguimos en el casco histórico, pero cambiamos de tercio. De una tasca nipona pasamos al restaurante Papagayo (calle de Santa Cruz, 21), del que esta pasada semana dimos buena cuenta. En él ofrecen una cuidada carta con producto de calidad y un menú degustación con nueve pases. En ambas opciones está disponible (en la segunda con un extra de 5 euros), la ostra en ceviche con pepino y granizado de wakame. Es sabrosa y muy refrescante. Merece una oportunidad, ya que convence incluso a quienes no son muy amigos de este molusco.

Ostra en ceviche con pepino y granizado de wakame del restaurante Papagayo.
Ostra en ceviche con pepino y granizado de wakame del restaurante Papagayo.
Restaurante Papagayo.

Dejamos para el final un proyecto muy especial, el restaurante Syriana (calle de Miguel Servet, 104), que emprendieron hace unos meses dos jóvenes refugiados sirios en el barrio de Las Fuentes. En la carta despliegan varios platos procedentes de su país y del entorno: falafel, humus, o los kebba alepo, un plato que definen como "una especie de croqueta". El último en incorporarse es un mutabal rosado, elaborado con salsa tahine, remolacha y yogurt, perfecto para untar.

Mutabal rosado, de Syriana.
Mutabal rosado, de Syriana.
Restaurante Syriana
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