salud

Dolores de espalda y cervicalgias... ¿Puedo tener un problema en la boca?

El fisioterapeuta zaragozano Guillermo Ibáñez insiste en la importancia de un buen diagnóstico para poder tratar estas dolencias.

Guillermo Ibáñez, fisioterapeuta zaragozano, atiende a un paciente en su consulta.
Guillermo Ibáñez, fisioterapeuta zaragozano, atiende a un paciente en su consulta.
H. A.

Detrás del dolor de cuello y de espalda, dos de las molestias más comunes entre la población, puede esconderse también un problema de boca.

Patologías como el bruxismo, dolores que modifican la postura del cuello, la presencia de acúfenos o unas muelas del juicio con una mala posición pueden llegar a ser síntomas de alerta en casos en los que el dolor de espalda o de cuello es recurrente y no remite por muchos tratamientos o masajes de espalda que uno se dé.

"No puede ser que el 90% de los pacientes que acuden a la consulta con dolores de espalda, de cuello o en la parte de atrás de la nuca vengan a darse un tratamiento de cervicales y tengan que venir dos o tres sesiones para que al cabo de las mismas el paciente sufra de lo mismo y se achaque siempre a la postura de trabajo. Ahí es donde entra el tema de la boca, los dolores orofaciales, la posición de los dientes, el sueño, que va muy relacionado con los dolores de cuello… A la mayoría de pacientes con dolor cervical se les trata directamente la parte posterior, pero no hay una valoración completa de la parte anterior, que también puede ser la causa", alerta el fisioterapeuta zaragozano Guillermo Ibáñez, especialista en ATM (articulación temporo-mandibular). 

A juicio de este especialista, que se formó en el tratamiento de estas patologías durante una estancia en Finlandia, lo importante en estos casos es "perder tiempo en la valoración del paciente" para tener clara cuál es la sintomatología y poder pautar después un buen tratamiento. 

Según los expertos, la disfunción o trastorno de la articulación temporomandibular (ATM), aunque desconocida para muchos, es muy común y afecta en torno al 30% de la población. La fisioterapia para tratar este trastorno, que se realiza en colaboración con dentistas y ortodoncistas, es un campo todavía en auge en la capital aragonesa. 

"En Zaragoza, es una terapia a la que ahora, al igual que ha cobrado importancia en los últimos años la fisioterapia de suelo pélvico para mujeres, parece que poco a poco se le presta un poquito más de atención. Pero cuando empecé no lo hacía prácticamente nadie, y aquí estaremos dos o tres compañeros especializados en este tema", apunta Ibáñez. 

Síntomas de alerta 

Para identificar esta patología, este especialista recomienda estar atento a algunos síntomas de alarma como la dificultad o molestia al morder o masticar, el chirrido al abrir o cerrar la boca, un dolor facial sordo en la cara, dolor recurrente de oído o de cabeza y sensibilidad o bloqueo de la mandíbula

"Hay pacientes, por ejemplo, que van al dentista y no pueden mantenerse con la boca abierta mucho rato durante la intervención. En estos casos, si les van a sacar una muela del juicio, también se les aconseja que vayan a tratarse para relajar la musculatura antes de una intervención", explica este fisio. 

El desconocimiento de estas terapias por parte de la población general hace que muchas veces estas dolencias no se traten de la forma adecuada al ignorar la vinculación que pueden tener las caries, el bruxismo y otros problemas en la boca con la migraña o los dolores de cuello y espalda. 

"La boca va mucho más allá de la musculatura de los mofletes. Con la deglución y el movimiento de esta articulación actúan más de 40 músculos diferentes. Toda la musculatura que va desde el pecho y parte de las clavículas hasta los ojos cuando muerdes trabaja, cuando tragas trabaja, cuando bebes o cuando sonríes trabaja, y esa musculatura no la tratamos. Uno siempre que va a la camilla del fisio se tumba boca abajo y se te trata la parte de atrás, pero hay que hacer una buena valoración para saber si el problema viene de la parte anterior, de la posterior o de las dos, porque si no muchos pacientes te vienen y se pueden hacer 20 sesiones y no verlo", añade este fisioterapeuta. 

El lado positivo es que los tratamientos para la disfunción o el trastorno de la articulación temporomandibular (ATM) suelen ser "muy agradecidos" desde el punto de vista terapéutico, ya que una vez diagnosticados el paciente mejora con "pocas" sesiones, asegura.

"Como son patologías que vienen de tiempo atrás, al preguntarles y hacerles el diagnóstico e informarte de la terapias que han realizado antes, vas haciendo criba para descartar y poder acudir a la causa. Ahí entra también la experiencia del profesional, el trabajar en equipo con el dentista, como es mi caso", concluye este fisioterapeuta, quien aconseja a aquellos pacientes que se puedan sentir identificados con estos síntomas a preguntar a su fisioterapeuta o a su dentista de confianza para que les puedan realizar un tratamiento o acudir a un sitio especializado.

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