¿Cómo pueden llegar a afectar a nuestra salud general algunos de los problemas que empiezan en nuestra boca?

Mantener una buena salud bucodental es clave para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades bucales y generales que suponen un claro impacto negativo en la calidad de vida de las personas.

Está demostrado, con un número cada vez mayor de evidencias, que una boca sana y periódicamente revisada reduce el riesgo de desarrollar y de agravar enfermedades generales aparentemente no relacionadas como dolores articulares y musculares, problemas circulatorios y cardiovasculares, respiratorios, digestivos, diabéticos, degenerativos …. Una óptima salud bucodental tiene una importancia mucho mayor de la que creemos y conseguirla es el motivo fundamental por el que prestar atención a tu boca.

¿Por qué es tan importante mantener una boca sana?

Nuestra boca tiene una gran cantidad de bacterias que se mantienen controladas cuando cuidamos a diario nuestros dientes y encías, mediante unos hábitos de higiene adecuados, y acudimos a las revisiones periódicas con nuestro dentista de confianza.

Centro Dental Torres

El problema llega cuando descuidamos esta atención y comienzan a aparecer caries, gingivitis o periodontitis, causadas por bacterias que, de no ser tratadas, pueden llegar al torrente sanguíneo y, además, provocar un estado inflamatorio crónico. Esta actividad inflamatoria, en algunos pacientes, afecta a órganos como el corazón, el cerebro, o las articulaciones, agravando patologías previas o contribuyendo a su aparición.

Por eso es tan estrecha la conexión entre las enfermedades bucodentales y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, renales, cerebrales, algunos tipos de cáncer (como el de boca) e incluso, en un menor grado –aunque sigue siendo objeto de estudio-, Alzheimer.

Por otro lado, el bruxismo (el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes durante el sueño) desemboca en consecuencias directas y más comunes, como dolores de cabeza, cuello, espalda y oídos, además de aumentar el riesgo de facilitar el desarrollo de trastornos como la retracción gingival. Con toda probabilidad, el primer profesional que detecte un problema de bruxismo y podrá aliviarlo será nuestro dentista.

Higiene bucal y revisiones periódicas para evitar complicaciones

Una vez vista la relación entre la salud de nuestra boca y del resto del organismo, la buena noticia es que es posible mantener una boca sana y cuidada, reduciendo la posibilidad de desarrollar patologías más graves.

Como punto de partida, es clave mantener una correcta higiene bucodental a diario mediante el cepillado de dientes (dos veces al día como mínimo), limpieza interdental mediante seda dental o cepillos interdentales, o el uso de antisépticos orales, individualizando para cada sujeto los medios a utilizar. También es importante seguir una dieta equilibrada y evitar el consumo de tabaco o alcohol. Pero sin duda, la mejor alternativa es contar con un plan de higiene a medida, aconsejado y pautado por un profesional.

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Las visitas periódicas al dentista son fundamentales para la detección temprana de cualquier enfermedad bucodental y ponerle remedio cuanto antes. De esta forma, no sólo evitamos las consecuencias que estas patologías tienen para la boca, sino que adquirimos una conducta preventiva ante la aparición de enfermedades graves en otras partes del cuerpo.

Así, podríamos decir que una boca sana es la puerta de entrada a un cuerpo sano y sinónimo de una elevada calidad de vida.