¿Sabías que la granada no es una fruta como tal? Descubre por qué

Este alimento es considerado como una fruta en términos nutricionales, pero desde la perspectiva botánica cambia todo, ya que carece de la típica pulpa carnosa de una fruta, por lo tanto, no lo es. 

Granada.
Granada.
Alexspdz, vía: Canva.es

La granada es un alimento muy apreciado y es especialmente ahora, en otoño, cuando florece. Desde septiembre hasta noviembre se puede disfrutar en España de la temporada de la granada y, a veces, se puede comer hasta en Navidad. Es muy famosa porque tiene numerosos beneficios y su versatilidad culinaria la hacen perfecta para miles de recetas: postres, zumos, salsas, guarnición, en ensaladas y muchas opciones más. Un alimento muy saludable, pero con la peculiaridad de que no es una fruta como mucha gente piensa. 

Para la botánica (la rama de la biología que estudia las plantas) la granada no es una fruta porque entienden que para considerarla así debe ser un fruto carnoso y comestible. Los frutos carnosos se caracterizan por un epicarpo fino, lo que comúnmente llamamos piel, y un mesocarpo carnoso, jugoso o suculento, que conocemos como pulpa.

Así que, la granada no cumple con esta definición porque cuando se abre, se encuentran tres capas diferenciadas, pero ninguna de ellas es carnosa ni jugosa. La capa más externa es la piel, que corresponde al epicarpo. Debajo se halla un mesocarpo delgado y fibroso, y luego, un endocarpo también fibroso que se extiende en el interior del fruto, dividiéndolo en varias cámaras y sosteniendo las semillas.

Así que, la parte jugosa de la granada son las semillas. Las cuales se encuentran dentro de una piel y albergan fluido (muy nutritivo) similar a los tejidos de reserva de nutrientes presentes en otras semillas comestibles como la nuez o la almendra. Así que, desde un punto de vista botánico, el fruto de la granada no tiene pulpa, sino que son las semillas las que ofrecen jugosidad.

La granada es un fruto seco

En botánica hay muchos tipos de frutos, pero principalmente se dividen en dos categorías básicas: los frutos carnosos y los frutos secos. Los carnosos contienen una pulpa jugosa y si un fruto no tiene ninguna de estas capas, entonces se le conoce como fruto seco. Lo que le sucede a la granda es esto último. 

En el caso de la granada, se clasifica como un fruto seco, y más específicamente, se conoce como 'balausta'. De todos los frutos comestibles, el fruto del granado (Punica granatum) es el único que pertenece a esta categoría de frutos secos. Su estructura botánica es singular, ya que se origina a partir de un ovario ínfero y es un fruto pluricarpelar sincárpico.

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