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Tosferina en Aragón: "Estamos viviendo un pico de incidencia, sobre todo en Zaragoza"

El pediatra César García, miembro del grupo de Patología Infecciosa de la Asociación Española de Pediatría, explica la peculiaridad de este brote, que se ha dado en niños de 5 a 14 años.

El pediatra César García ausculta a un niño en el Centro de Salud de Sagasta.
El pediatra César García ausculta a un niño en el Centro de Salud de Sagasta.
Guillermo Mestre

"La tosferina es una enfermedad que tenemos controlada con las vacunaciones, pero que no ha desaparecido, ni con las vacunas actuales que tenemos pensamos que desaparecerá", resume César García, pediatra del Centro de Salud de Sagasta y miembro del grupo de Patología Infecciosa de la Asociación Española de Pediatría, al hablar de las "ondas epidémicas periódicas" que está causando esta enfermedad en Aragón y el resto de España. 

Según datos del último Boletín Epidemiológico, publicado este jueves, Aragón ha reportado en lo que va de año un total de 136 casos de tosferina, una cifra que se sitúa muy por encima del acumulado esperado (30 casos) en relación a los últimos 5 años. 

"El covid supuso un parón de todo, incluso de los picos habituales de tosferina, pero en 2023 en Aragón claramente estamos viviendo un pico de incidencia, sobre todo en Zaragoza capital y provincia", apunta este pediatra. 

El pediatra César García, miembro del grupo de Patología Infecciosa de la Asociación Española de Pediatría, explica la peculiaridad de este brote, que se ha dado en niños de 5 a 14 años.

Desde mediados de junio, que se detectó un brote en Zaragoza con al menos 24 afectados, esta infección respiratoria que provoca ataques de tos y es "muy contagiosa" -se transmite a través de pequeñas gotitas al estornudar o toser o a través de las manos contaminadas por las secreciones respiratorias-, no ha dejado de producir casos. "Hemos ido acumulando durante todo el verano, y aún colea alguno en septiembre y octubre", indica este pediatra. En total, se han registrado 136 casos a fecha 22 de octubre, lo que supone "un claro repunte", con una peculiaridad muy importante. "La tosferina cuando más nos preocupa es en el niño pequeñito, menor de 6 y 3 meses, y este brote ha sido fundamentalmente en niños de 5 a 14 años. Seguimos viendo tosferinas, pero en edades que nos preocupan mucho menos", tranquiliza este pediatra.

Vacunación a embarazadas

La razón de este descenso de casos de tosferina en lactantes se encuentra en la vacunación a embarazadas a partir de las 26-27 semanas de gestación, una estrategia que se empezó a implementar en toda España en 2015, a raíz de la alarma generada por el fallecimiento de varios bebés a nivel nacional. "En 2013, 2014 y 2015, empezaron a salir casos en la televisión… 'Un niño muerto en Castellón por tosferina, un bebé…'. Eso preocupaba mucho, pero lo hemos controlado muy bien. De los casos que llevamos este año en Aragón, ninguno era menor de 6 meses. Había 4 en menores de un año, pero eran todos de entre 6 y 12 meses de edad, lo que demuestra que esta estrategia ha funcionado. La tosferina, particularmente grave en niños pequeños, se ha conseguido controlar en lactantes con la vacunación de la embarazada, que fabrica anticuerpos y los traspasa al recién nacido, de manera que este nace ya protegido", explica este pediatra.

Según datos de la AEP, el 87% de embarazadas se vacunaron frente a la tosferina en España, lo que a juicio de este especialista es un "buen dato", dado que el 13% restante pudo no hacerlo por "despiste". 

"Probablemente son madres que se han olvidado y es su segundo embarazo; o que en el primero se la pusieron y se piensan que ya no se la tienen que poner… Pero, en general, para una vacunación es una buena cobertura", señala este pediatra. En niños, la primera dosis de la vacuna se pone a los dos meses; seguida de otra a los cuatro meses. No obstante, este especialista matiza que hasta que no han pasado 15 días de esta segunda dosis, los niños no desarrollan los anticuerpos suficientes para combatir la enfermedad, de ahí que esta infección respiratoria sea "peligrosísima" a estas edades. "Es cuando más grave es la tosferina y si no vacunábamos a la embarazada no nacía protegido. Ahora sí", puntualiza.

Qué hacer para frenar la transmisión de la tosferina

Además de la vacunación, que sin duda ayuda a frenar la transmisión de esta enfermedad, los pediatras recomiendan estar siempre "alerta" a si en el colegio ha habido casos, aunque no es lo habitual. "En los colegios no se extiende mucho porque todos están vacunados, y es una vacuna que tiene sus fallitos, pero protege a la mayoría. Si no estuviera la población vacunada tendríamos muchos más casos", apostilla García.

En cualquier caso, se trata de una infección fácil de reconocer por la tos que produce: la tos 'quintosa' o 'coqueluchoide'. "Los abuelos la conocen muy bien porque han vivido tosferinas en tiempos, y es una tos muy incómoda, muy molesta; el niño se agobia... y produce episodios muy agudizados con dificultad para tragar, sensación de ahogo", describe este experto.

El problema, según indica, es que la tosferina empieza con un cuadro catarral que hasta la semana de evolución o los diez días no empieza a derivar en este tipo de tos. "Como la tos típica tarda en darla, se suele diagnosticar cuando ya se ha contagiado media familia. De hecho, la media de tiempo de diagnóstico es de 11 o 15 días después del inicio de los síntomas", precisa.

Para diagnosticarla, se emplea actualmente una técnica de PCR similar a la de la covid. La toma se realiza en los centros de salud, posteriormente se envía a laboratorio y en el plazo de 24 a 48 horas se conocen los resultados. 

Otra ventaja a la hora de abordarla, explica este pediatra, es que salvo en bebés de menos de 6 meses, la enfermedad en niños y en adultos tiene buen tratamiento.

"La tosferina, si no la diagnosticas y la tratas, es una tos de hasta tres meses de evolución. Pero una vez establecido el tratamiento, con un antibiótico administrado 5 días, mejoran parcialmente los síntomas y sobre todo se limita la transmisión. Eso sí, es importante tratar al paciente y a todos los que conviven con él. La tosferina hay que tratarla a todo el entorno para cortar el brote, porque es bastante contagiosa", concluye García.

En caso de brote, las autoridades de Salud Pública recomiendan también aislamiento domiciliario del caso que ha dado positivo durante cinco días y tratamiento de los contactos estrechos de esa persona, tengan o no síntomas. "El que no tiene síntomas no hace falta que se aísle, pero desde luego el padre o la madre del niño con tosferina tiene que tomar el medicamento", subraya García.

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