Según vaticinan los expertos, la sofocante ola de calor que ha padecido prácticamente toda España, con temperaturas de más de 45 grados, va a provocar posibles plagas de mosca negra, especialmente en las riberas de los ríos, zonas húmedas o cursos rápidos de agua, lugares donde se reproducen. Según la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), se va a producir un aumento desmedido de estos simúlidos, lo que hará que se multipliquen exponencialmente sus ataques.

“Las altas temperaturas son uno de los factores principales para que se produzca un pico en el volumen de población de mosca negra”, explica el director general de ANECPLA, Jorge Galván. “Su ciclo de vida, que puede completarse desde unos días hasta varios meses, puede llegar a reducirse a la mitad cuando hace mucho calor, como ocurrió la semana pasada, produciéndose así un boom demográfico y, consecuentemente, un aumento de picaduras”, añade Galván.

Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana o Madrid son solo algunas de las comunidades más afectadas por esta plaga en España. En Aragón, la mosca negra es abundante en la zona de regadíos de los Monegros y el bajo río Ebro. Además, habitan en las zonas de montaña y sierras como el Pirineo y el Sistema Ibérico y su área de expansión alcanza a la zona de Mequinenza y Cinca Medio entre otros puntos de interés como el Monasterio de Piedra o los Balnearios de Jaraba. En estos entornos se llevan a cabo tratamientos preventivos y paliativos y son muy visitados por los turistas en verano. 

El pasado mes de junio en la Comunidad sufrió un repunte de atenciones por picadura de mosca negra en Zaragoza, con foco en la ribera de los ríos y las zonas de vegetación. Incluso se dejó ver en el centro de la capital aragonesa, haciendo estragos en la piel de personas y animales. Esto sucede porque su radio de acción es muy amplio, de 12 a 20 kilómetros desde el lugar de cría, pudiendo las hembras desplazarse hasta 50 kilómetros en busca de víctimas por su necesidad hematófaga. Se llevó a cabo un tratamiento con drones en el río Ebro, pulverizando larvicida entre los puentes de Piedra y de Santiago. Una actuación que se extendió a diferentes zonas como Juslibol y la Expo. Un mes antes, los técnicos del Instituto Municipal de Salud Pública realizaron inspecciones y tratamientos contra la mosca negra tanto en el Ebro como en el Gállego.

Cómo prevenir o curar las picaduras de la mosca negra

La mosca negra puede causar dolores de cabeza, procesos febriles y cansancio generalizado, síntomas que pueden confundirse con otro tipo de procesos. Según explica ANECPLA, la mosca negra no pica, muerde. Su mordedura rasga la piel y es extremadamente dolorosa. Este insecto es de apenas 6 mm. de longitud, pero muy agresivo, puede llegar a matar a ratones o pájaros y, en el caso de las personas, su ataque suele provocar hinchazón y heridas que pueden llegar a durar más de una semana.

El mejor modo de prevenir la mordedura es emplear insecticidas formulados con imidacloprid que actúan como repelente de moscas. También es buena idea vestir con colores claros en zonas de alta incidencia de la plaga, evitando los tonos demasiado llamativos que puedan atraer a los enjambres, y preferiblemente con mangas y pantalones largos. Conviene evitar los paseos por las zonas de mayor incidencia como son los ríos o zonas cercanas, especialmente a última hora de la tarde. Es aconsejable instalar mosquiteras en puertas y ventanas en las zonas de mayor riesgo y evitar acumular agua en el exterior de las viviendas. 

Si todas estas medidas no han conseguido evitar la mordedura lo aconsejable es: