Si te gusta el picante estás de enhorabuena: vivirás más años

Dicen que el picante es un placer solo apto para los más valientes, pues hay que tener un paladar muy resistente para disfrutar de recetas y platos donde se incluyen guarniciones a base de chile picante, pimienta roja, tabasco o wasabi. La boca ardiente, el sudor, el moqueo de nariz y los ojos llorosos son algunos de los efectos que produce su consumo, aunque hay quienes han llegado a sufrir riesgos mucho mayores: en abril de 2018, un hombre que participaba en un concurso de chiles picantes sufrió una constricción de las arterias cerebrales.

Pero este suceso puntual no debe ser un impedimento para aquellos que disfrutan con recetas de este tipo, pues un estudio realizado por un equipo de científicos de la Universidad de Vermont, en Estados Unidos,  apunta que el consumo de ciertas variedades de pimientos picantes reduce un 13% y 14% la mortalidad en fallecimientos relacionados con accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiacas. En 2015, otro estudio de la Universidad de Pekín ya relacionó la longevidad con el consumo de picante, y siempre se ha considerado beneficioso para tratar patologías como la artritis y prevenir la inflamación. 

Según los investigadores del estudio, la capsaicina, sustancia que hace que los alimentos piquen,  actúa en los mecanismos celulares y moleculares que previenen la obesidad y modulan el flujo sanguíneo coronario y posee propiedades antimicrobianas que pueden alterar la composición de la microbiota intestinal.

A pesar de las investigaciones, conviene tomar los productos picantes con moderación, especialmente aquellas personas sensibles a sufrir acidez de estómago, gastritis o úlceras estomacales. Si se deciden comprobar los resultados de estos estudios, pero la sensación de ardor se convierte en insoportable, recuerden: beber agua no es buena idea. Los lácteos, que contienen otra sustancia capaz de disolver la capsaicina, le ayudarán a pasar el mal rato.

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