El presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán, ha optado por la continuidad en la gestión, con los cambios justos y destacados en Presidencia, Educación y Hacienda. Con un equipo de gobierno de marcado perfil político, que todavía se acentúa más con la vicepresidencia del aragonesista Arturo Aliaga, que llevará las áreas de Industria y Energía; con la Consejería de Ciencia y Universidad en manos de la podemista Maru Díaz: y con el Departamento de Vertebración del Territorio, que dirigirá el líder de CHA, José Luis Soro. La presencia de Carlos Pérez en Hacienda es una declaración de intenciones, sobre todo para determinados sectores del partido.

Tampoco es casualidad que ponga al frente de Educación a Felipe Faci, clave en el desarrollo del modelo y del sistema de enseñanza aragonés desde 1999 y que ha sido relevante en la materia en todas las administraciones. Aunque tiene un perfil técnico, su criterio político es incuestionable. Pese a que tendrá que lidiar con la convivencia con la concertada.

Lambán ha optado por la política y por las necesidades de diálogo entre los cuatro partidos que conforman el Ejecutivo. Veremos si es posible, pero la intención no deja lugar a dudas. De hecho, el pacto de gobierno es una suma de voluntades más que de programas. Otra cosa es que salga bien.