Así era la mítica sala de Zaragoza donde empezaron muchos grandes de la música

En los 80 nació en la capital aragonesa un espacio cultural único en el que no solo se programaban conciertos sino que había también un mercadillo e incluso, una peluquería.

Concierto de Enrique Bunbury en la sala M-TRO de Zaragoza.
Enrique Bunbury y Santi Rex en la sala M-TRO de Zaragoza el 22 de enero de 1988
Santi Rex

La música en Zaragoza ha ocupado siempre un lugar destacado en la vida cultural de la ciudad. Prueba de ello es el gran número de salas de conciertos y de espacios que ofrecen actuaciones musicales de grupos y solistas locales, nacionales e internacionales.

Esta circunstancia no es algo nuevo y, ya a finales del siglo XX, la capital aragonesa formaba parte de un importante circuito musical alimentado por las salas y promotores locales. En ese contexto, nace en 1986 un espacio que fue referente de muchos posteriores: la M-TRO. Una sala situada en la calle de Casa Jiménez número 8, muy cerca de paseo de la Independencia, en un local que en la actualidad alberga un restaurante italiano. 

En ese momento, la M-TRO nació como una cooperativa que buscaba convertirse en un espacio cultural que fuese más allá de la programación musical y que tuviese “un gran componente de implicación social”, según explica el codirector de Aragón Musical, Sergio Falces. El espacio estaba dividido en dos plantas: la planta calle disponía de tiendas y mercadillo, entre ellas, había también una peluquería, mientras que en la planta inferior se ubicaba la sala de conciertos, con una capacidad para 300 personas, según escribía el periodista Pedro Zapater en un especial de HERALDO sobre los templos de la música aragonesa.

No era una sala muy grande, sin embargo allí tocaron muchos grupos míticos de los 80”, recuerda Falces. “El grupo que tuvo el honor de inaugurarla fue Pécora Jarris -interludio de Distrito 14– con Mariano Chueca a la cabeza. Ese día, la sala estaba de bote en bote, hasta tal punto que hubo que esperar en la puerta parcialmente a que fuese saliendo personal para poder entrar”, recuerda Ignacio Cristóbal ‘Coco’, uno de los grandes animadores de la Zaragoza musical de los 80, en el libro ‘Perdidos en los 80’, editado junto Ramón Rojas y Justo Peña.

“Por su escenario pasaron, entre muchos otros grupos: Héroes del Silencio, Mestizos, Más Birras, IV Reich, Furtivos, La Frontera, Los Nikis, The Meteors, Tijuana in Blue, Desperados, Dogo y los Mercenarios, Coyotes, Ana Curra, Potato, Tahures Zurdos, Los Negativos, Freddy Fingers Lee o Wilko Johnson”, enumeraba Zapater.

Pero la actividad cultural de la sala fue más lejos y la M-TRO “también albergó exposiciones, proyecciones y representaciones teatrales”. Por desgracia su historia se truncó en junio de 1989 “cuando comenzaron los problemas con los permisos para organizar conciertos en directo en el local. Ya en los 90, solo quedó la planta de arriba, que durante un tiempo funcionó como cafetería hasta que finalmente cerró sus puertas”, escribía el periodista de HERALDO.

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