Clubes de lectura en Zaragoza: el placer de comentar un libro tiene lista de espera

Tanto las librerías de la capital aragonesa como las bibliotecas municipales ofrecen una amplia oferta, en gran parte temática: los hay cervantinos, africanos, juveniles y, pronto, en inglés.

Un momento de una de las sesiones del club de lectura cervantino que tuvo lugar el pasado miércoles en la biblioteca Santa Orosia de Zaragoza.
Un momento de una de las sesiones del club de lectura cervantino que tuvo lugar el pasado miércoles en la biblioteca Santa Orosia de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Todos llegan con el libro 'Cuarteles de invierno' entre las manos. Es la novela más importante del relativamente poco conocido escritor argentino Osvaldo Soriano y la que protagonizará esa sesión del club de lectura 'La vuelta al mundo en 13 libros' de la zaragozana librería Cálamo. La actividad forma parte del empeño de Ana Cañellas, su responsable junto a Paco Goyanes, de ir más allá del mostrador en su tarea prescriptora y de fomento de la lectura. En este caso, asomando a los lectores a libros que no forman parte del listado de lanzamientos anuales, pequeñas joyas al margen con el nexo común de pertenecer a escenas internacionales, mejor si son poco habituales, de ahí esa vuelta al mundo. Lo que empezó siendo una prueba ha acabado asentándose y añadiendo un grupo más. 

Cañellas está encantada con la experiencia, que tiene como maestra de ceremonias a la periodista y lectora compulsiva Concha Montserrat. Ambas destacan dos de las principales riquezas que genera esta fórmula. Por un lado, el hecho de que un libro tira de otro. Cañellas propone y la idea es que el lector disponga siguiendo su propio hilo de lecturas. En realidad, cada temporada se comentan 12 libros, pero ese libro 13 del título simboliza el que cada uno leerá según su criterio gracias, en parte, a los doce anteriores. 

Por otro, los clubes de lectura generan una atmósfera idónea para cotejar diferentes puntos de vista sobre un mismo asunto. Algo que destaca sobre todo una de las participantes, la periodista Patricia de Blas. También escritora (en 2022 publicó 'Sostika'), De Blas señala que para ella lo interesante es "conocer otra opiniones, la particular lectura que cada uno hace de un mismo libro, desde sus contextos vitales o profesiones".

El club de lectura viajero de Cálamo, en la sesión mensual dedicada a Osvaldo Soriano y su 'Cuarteles de invierno'.
El club de lectura viajero de Cálamo, en la sesión mensual dedicada a Osvaldo Soriano y su 'Cuarteles de invierno'.
H. A.

Comienza la sesión y las palabras de De Blas se escenifican. En una primera rueda de comentarios prácticamente todos coinciden en que la obra de Soriano les ha gustado mucho, pero por distintos motivos. Unos destacan su capacidad de desarrollar una historia vibrante en muy pocas páginas, otros su capacidad de observación de los resortes sociales en una dictadura, otro dice que el pueblo donde se desarrolla la acción le recuerda al suyo. Todos reconocen haber batallado, sobre todo al principio, con las particularidades del español de Argentina. Y una difiere: "Me ha gustado, pero no comparto vuestro entusiasmo, aunque es corto, nunca llegué a entrar plenamente en él".

Para Cañellas es precisamente el desacuerdo puntual lo que hace particularmente interesante un club de lectura. A veces, hasta la incomodidad. Siendo como es este club una ventana abierta al mundo, también lo es a sus problemas y, en ocasiones la realidad coincide o, incluso, atropella a las lecturas previstas. "Entre los libros propuestos para este curso había uno de una escritora israelí. Estalló entonces el conflicto en Gaza y nos lo replanteamos, pero al final por lo que abogamos es por el poder de los libros para ayudar a comprender".

En Zaragoza otras librerías tienen clubes de lectura. Por poner algunos ejemplos, en La Montonera hay de literatura contemporánea, en La Pantera Rossa, uno feminista -de nombre Raspas y Rabosas- o en El Gato de Cheshire otro dedicado a la literatura infantil.

El otro gran circuito de los aficionados a los clubes de lectura de Zaragoza son las bibliotecas municipales. La oferta es tan numerosa como variada, con una respuesta que genera listas de espera en la mayoría de ellos. Los hay genéricos, pero merece la pena destacar los especializados por su originalidad que, a tenor de la experiencia, en absoluto está reñida con un éxito de convocatoria. 

Además, la red colabora con la puesta en marcha del club de lectura Caesaraugusta, promovido por Zaragoza Museos y destinado a personas de más de 60 años. También con el club de Lectura Calpurnia, organizado desde la Zona Joven de Torrero y dirigido a jóvenes de entre 18 y 30 años. Eva Puyó, bibliotecaria responsable de la Biblioteca Fernando Lázaro Carreter (cuyo club de lectura es el más antiguo de la ciudad de Zaragoza), ha colaborado con la creación de este club de lectura. Ella asesora y ayuda en la selección de la programación, especializada en “lectura diversa”. Y llegan más: en marzo comenzará su andadura un club de lectura en inglés en la Biblioteca Andresa Casamayor.

De Cervantes a Chinua Achebe

Uno relativamente veterano es el que regenta Manuel Martín en la biblioteca Manuel Alvar de Las Delicias. Proveniente del mundo de la enseñanza, Martín es un gran aficionado y estudioso de la la literatura africana, un placer que desde hace unos años comparte con los demás. 

Rosa Santos es la directora de esta biblioteca y hace un balance más que positivo de esta iniciativa que costó poner en marcha un poquito más de lo habitual. "Para echar a rodar un club de lectura es fundamental tener los lotes de libros que se repartirán entre los participantes". En este caso contaron con el apoyo extra de la Junta de Distrito para reunir unos libros más complicados de conseguir. Aún así, la Manuel Alvar contaba ya con un importante fondo de esta temática. A estas alturas, el club africano no solo comenta libros sino que ha organizado actividades como cuentacuentos o ha participado en el Día de África, que se celebra en mayo.

En este tiempo, este club ha pasado de un grupo a dos. Y se ha asentado en el objetivo de Manuel Martín de despojar a la literatura africana de algunos prejuicios que la sitúan, dice, "como algo exótico o poco accesible". "Lo que sí hace es darle la oportunidad al lector de ver la vida desde otro prisma muy distinto, alejado del cientifismo, del querer explicarlo todo, las historias que nos llegan de África descansan muchas veces en la casualidad como motor, con la el papel de la naturaleza muy presente". Martín, además, destaca la juventud de esta escuela literaria, hasta los 50 eminentemente oral. "Podemos situar a 'Todo se desmorona', del nigeriano Chinua Achebe, como la obra fundacional de la literatura africana. Ahora hay muchos autores, algunos muy jóvenes y con muchas conexiones con Occidente, muchos son profesores de universidad o segundas o terceras generaciones de inmigrantes".

Y del continente africano y su cultura al corazón de la Europea a través del que indiscutiblemente es uno de los autores más influyentes (si no el más) de la literatura universal, semilla de lo que hoy se entiende como novela moderna : Miguel de Cervantes.

A su obra está consagrado el club de lectura cervantino que desde el pasado mes de octubre se ha puesto en marcha en la biblioteca Santa Orosia. Al frente de él esta Maite Sau, quien fuera profesora en la Universidad Popular y gran admiradora y coleccionista de obras de autor del Quijote. 

Laura Mañas, directora de la biblioteca, destaca el gran ambiente que desde el principio se ha establecido en el club que, como la mayoría, ya tiene lista de espera. "Yo misma me acerco a algunas de las sesiones porque son interesantísimas y me sirven de excusa para profundizar en la obra de Cervantes". 

Tras un comienzo de temporada con las novelas ejemplares, 'El Quijote' centra la actividad del club. "'El Quijote es el libro que todos tenemos en casa pero pocos han leído", apunta Maite. Su objetivo es sacar a los lectores de la idea de que esta obra universal es "difícil o pesada". Una manera es leerla en grupo y por partes, como en el club. De hecho, explica, "un error común es tratar de leer este libro del tirón, porque es muy intenso y acaba cansando". 

"En lugar de mensualmente, como la mayoría de los clubes de lectura, lo hacemos quincenalmente, a razón de seis capítulos por sesión". Ahora están con el de 'Los galeotes', "uno muy picaresco". Maite certifica que a "todo el mundo le encanta el Quijote, le engancha y le sorprende". Para Sau es un placer ver cómo cada uno de los miembros del club, además, se acerca a la obra desde sus propios mundos: "Es muy curioso cómo el que es sanitario se fija en cosas médicas o al que le gusta cocinar en la gastronomía". 

En 'El Quijote' está todo. Hasta Zaragoza. Y muchas veces. "Es el lugar que más se nombra en el libro, aunque al final, Don Quijote nunca llega a pisar la ciudad".

Apúntate a la newsletter La Descubridora de HERALDO y recibe en tu correo todo sobre nuevas tiendas, planes originales y distintos, redes sociales, series de televisión, moda y estilo.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión