cultura

César Muñío: "Un libro no es caro, lo que es cara es la ignorancia"

Es uno de los propietarios de la Librería París de Zaragoza, establecimiento que el próximo 10 de agosto cumplirá 60 años.  

Muñío, rodeado de razones negro sobre blanco.
Muñío, rodeado de razones negro sobre blanco.
Guillermo Mestre

El 10 de agosto de 1963 abrió la Librería París. Sesenta años contemplan esta referencia indiscutible en la cultural Zaragoza.

Felicidades, otra vez felicidades y sesenta veces felicidades.

Sesenta, no: infinitas gracias. Se acaba de jubilar mi cuñado, Ignacio Concellón. Quedan mis hermanos, Pablo y Ester, y yo. Tampoco querría olvidarme de los trabajadores que nos han acompañado y acompañan en este viaje tan bonito que inició mi padre, Pepe.

Lamentablemente, no todas las librerías alcanzan esta edad.

Es cierto que el comercio sufre. Nunca hemos tenido vacas gordas. Quizá por eso hemos sabido nadar en medio de la crisis.

Lloré el cierre de ‘Portadores de Sueños’.

Una librería cerrada es una tragedia. Un escaparate cerrado al libro es una puerta cerrada a la cultura, incluso a la libertad. Además, en las librerías hay un 50 por ciento de comercio, pero también otro 50 por ciento de vocación. Hay que luchar muchísimo para cumplir con todos los pagos, para seguir teniendo la tienda abierta. Somos ocho trabajadores ahora.

¿Una librería es una isla en un mar de ignorancia?

No estamos aislados, estamos bien acompañados siempre. Más que clientes, tenemos amigos.

¿También los jóvenes se embarcan en esta travesía apasionante de los libros?

Los jóvenes leen más de lo que se supone. Y no solo los jóvenes: gente de todas la edades. El que entra aquí no viene obligado. Todos transmiten su amor por los libros.

También tienen cómics.

Aunque alguna gente no lo crea, son muy importantes.

Nada le rebatiré yo…

Me encanta Mortadelo. Además, una lectura lleva a más lecturas. Aprendimos a leer con ellos. Por supuesto, son cultura.

Tienen también buenas marcas en instrumentos de escritura.

Somos mucho más libreros que papeleros, pero sí, lo intentamos. También es una tragedia cuando cierra una papelería: Crespo, Gambón, Barreiro Soria, La Reina de las Tintas y tantas otras.

Desde luego. Recuerdo que pasaba por aquí para comprar recambios de bolígrafo Inoxcrom para los exámenes de la universidad.

¿Recambios?

Sí. Les daba la vuelta y hacían las veces de bolígrafo. Me daban suerte en los exámenes… De chaval, también venía con mi tía a comprar los estilógrafos Rotring para Dibujo Técnico. Qué tiempo tan bonito, señor Muñío…

Hace mucho tiempo, sí. Aunque yo vendí el primer libro con diez años. Entonces molestaba en la tienda más que otra cosa… Respecto a los Rotring, aquí arriba tenemos a modo de recuerdo las cuentas de los clientes de cuando comenzamos. Qué esfuerzo hacían muchas familias para pagar los Rotring… Se pagaban a plazos. No solo ahora, siempre hubo que luchar para salir adelante.

Ya lo creo…

También tenemos la vieja máquina de escribir. Y, por supuesto, el ejemplar de Heraldo de Aragón del 10 de agosto de 1963.

Información del asalto al tren de Glasgow, se lee bien grande… ¿Recomendamos algunos libros para la clase política?

Perfecto.

¿Uno para Pedro Sánchez?

Por ejemplo, ‘A plena luz’, de J. R. Moehringer. Es la historia de alguien que en los años 20 se lo monta para sobrevivir como sea.

¿Otro para Feijóo?

No conozco demasiado a Feijóo.

¿Para Abascal?

‘El señor de las moscas’, de William Golding.

Una robinsonada para Abascal… ¿Y para Yolanda Díaz?

Sin duda, ‘Rebelión en la granja’, de George Orwell.

Grande, Orwell. Notable recado al totalitarismo comunista…

Sigue siendo vigente. Convendría leerlo ahora.

Se me ha olvidado una pregunta.

Dígame.

¿Considera caro el precio de los libros?

Un libro no es caro, lo que es cara es la ignorancia.

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