Juan Echanove: “Lo más difícil para un actor es conseguir la credibilidad”

El actor madrileño regresa al Teatro Principal de Zaragoza para cuatro funciones de 'Ser o no ser' entre este jueves 15 de junio y el domingo 18

El actor y director Juan Echanove, este miércoles 14 de junio, en Zaragoza.
El actor y director Juan Echanove, este miércoles 14 de junio, en Zaragoza.
Oliver Duch

¿Qué es más complicado, hacer de bueno, de malo o de tonto? Joseph Tura tiene rasgos de todo eso en la obra que le devuelve a usted a Zaragoza.

Lo más difícil para un actor es conseguir la credibilidad. Sobre un escenario debe haber cierta verdad y deseo de conectar con los espectadores que han salido de casa para verte. En cuanto a los géneros, había hecho comedia clásica en mis comienzos: Lope de Rueda, Lope de Vega… y luego me he tirado muchísimos años interpretando dramas y personajes límite, tipos desasosegantes para quienes te ven. ‘Ser o no ser’ me ha proporcionado un año y medio de contacto especial con los espectadores, y me apetece hacer más comedia.

¿Es ‘Ser o no ser’ su película favorita de Lubitsch?

Sí. Es una de las grandes obras del cine. Hay otras magníficas películas que han bebido de Lubitsch, empezando por ‘1, 2, 3’ de Billy Wilder; ambas tienen la teatralidad de lo impensable. Los grandes directores de cine europeos que fueron a Estados Unidos dieron con la clave de una comedia ácida que era impensable hasta entonces. Supieron satirizar lo que ocurría a su alrededor. Eran películas muy complejas: no olvidemos a Chaplin con ‘El gran dictador’, hechas por genios.

Combatir el nazismo con la sátira no era fácil. Sigue sin ser fácil.

De hecho, no sé si hoy en día sería posible imaginar algo así, con tantas cortapisas a la hora de establecer las lindes del sentido del humor y la libertad de pensamiento, por encima del criterio censor. Traspasar ‘Ser o no ser’ al teatro, de hecho, ha sido una labor de micos, pero cuando tienes la dramaturgia clara, funciona.

Seguimos rodeados de catástrofes. ¿Cuál de ellas podría ser sujeto de una sátira?

Me pregunto qué haría Rafael Azcona frente a fenómenos como la invasión de Ucrania o el hundimiento de un edificio en Teruel, desgracias muy distintas. ¿Tenemos algún Azcona capaz de hacerlo? Me respondo: sí, hay, aunque alguien que tenga esa capacidad de Rafael para entroncar con el ciudadano medio, quizá no.

Primer plano perfilado de Juan Echanove.
Primer plano perfilado de Juan Echanove.
Óliver Duch

¿Qué opina de las ‘sitcoms’?

No me interesan mucho. Las he hecho, ¿eh? Pero no me interesan, son un recuerdo volátil. ‘Ser o no ser’ tiene un enorme elenco y un gran equipo, el público ha respondido… ¡qué más puedo pedir!

Cierran gira en Zaragoza, donde tiene buenos amigos.

Es un broche soñado, sí. Y tenemos ganas de celebrar. En cuanto pongo un pie en Zaragoza me voy al Tubo a Casa Hermógenes, a ver a mi amigo de m´s de y probar esparraguicos, tomate con ventresca, huevos rotos… estoy en casa. Tengo debilidad por la Bodega Aparicio, las anchoas en salmuera, la trenza de Almudévar, la longaniza de Graus… y no he olvidado un bocadillo de ternasco que probé una vez en el bar Cervino.

¿Cuándo sabe que esa familia en la que se convierte un elenco teatral va a dejarle ‘parientes’ permanentes, amistades estrechas y duraderas?

Decía José Luis Alonso que el 90 por ciento del éxito de una obra de teatro es acertar con el reparto. Un error se arrastra hasta el final. A este elenco lo tengo entero en el corazón. Cuando acabamos ‘La fiesta del chivo’ quería seguir con todo el mundo, prolongar esa sensación familiar. Por ejemplo, la segunda vez que trabajé con Lucía Quintana ya supe que seríamos grandes amigos. Cuando aparece un personaje que tiene que ver con ella, enseguida le pongo la cara de Lucía. También Marta Poveda y otras muchas actrices a las que admiro. Bueno, y un actor como Ángel Burgos: su trabajo es brutal.

¿Recuerda algún momento único sobre las tablas?

Me lo han preguntado hace poco. Pues mira, la última función de esta obra en Zaragoza cuando vinimos el pasado enero. Justo antes de empezar, nuestro compañero Eugenio Villota recibió la noticia de que había perdido a su pareja tras una larguísima y tremenda enfermedad… y aunque estaba roto de dolor, decidió hacer la obra. Es el mayor acto de profesionalidad que he visto en un actor; teatro en estado puro.

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