FERIA DEL LIBRO. GALARDONES AEDITAR

José Luis Acín, la librería Anónima y Ángel Guinda, premiados por los editores de Aragón

El restaurante La Rinconada de Lorenzo acogió los galardones Aeditar y se recordó a Eloy Fernández Clemente, José Luis Rodríguez y a Chefo

Chema Aniés agradece el galardón para Anónima. A su izquierda, Marta, Ana Mora y Sandra Araguás; detrás, José Luis Acín y Chusé Aragüés.
Chema Aniés agradece el galardón para Anónima. A su izquierda, Marta Bosque, Sandra Araguás  y Ana Mora; detrás, José Luis Acín y Chusé Aragüés.
A. C./Heraldo.

Anoche, en el restaurante La Rinconada de Lorenzo, se celebra la fiesta de la V edición de los premios Aeditar de los editores aragoneses. Se reunían editores, libreros, impresores, ilustradores, escritores y periodistas para rendir homenaje a los galardonados: el premio a la Trayectoria profesional recayó en la figura de José Luis Acín Fanlo, director del Centro del Libro de Aragón y coordinador durante años de publicaciones del Gobierno de Aragón; el premio a la Difusión cultural fue para la librería Anónima de Huesca, y se otorgó el premio con carácter póstumo a un editor: se reconoció la labor de Ángel Guinda, al frente de Porvivir independiente y la revista ‘Malvís’, y se recordó también a un puñado de grandes trabajadores y editores de la cultura como Eloy Fernández Clemente, José Luis Rodríguez García y José Luis Acín Fanlo, ‘Chefo’, que además era primo del director del Centro del Libro de Aragón, que expresó de modo muy especial su pesar por su muerte.

El ambiente fue estupendo. La asociación de editores vive un período especialmente apacible y creativo, se perciben las ventas, los lectores, el interés que suscitan sus publicaciones. El presidente Rafael Yuste, responsable de Prames y poeta, dijo que el Día del Libro había sido magnífico y que las ferias de Huesca y Zaragoza también, que estaban satisfechos y que el domingo se haría balance. 

Cada premio fue glosado por un miembro de la junta o invitado: Chusé Aragüés, editor de Gara d’Edizions, recordó que era amigo de José Luis Acín desde 1978, cuando era ya un activista sindicalista, pese a su juventud, y recorrió su carrera, su pasión por los libros y por el patrimonio, sus propios libros -entre ellos, se fijó especialmente en ‘Paisajes deshabitados del Alto Aragón’ y en los ‘Cuentos aragoneses’, que publicó con José Luis Melero y que tuvieron dos volúmenes y varias ediciones-, alabó su generosidad y su entrega, y recordó que había hecho y hace una labor impagable. No es necesario, sugirió, pedirle favores ni recordarle lo que tiene que hacer: en su cabeza está el mundo del libro en su totalidad. José Luis Acín dijo que no se lo esperaba, que estaba emocionado, tuvo palabras de cariño para los editores finados, y subrayó que “no tengo ningún mérito. He hecho lo que tenía que hacer. Cumplo con mi deber”.

Tras la presentación de Mariela Cisneros, de Hola Monstruo, la escritora Sandra Araguás recordó que ella había escrito apenas un folio con letra gordica para glosar los innumerables méritos de la librería Anónima, que lleva 35 años. Dijo que Chema Aniés (Dios), Ana Mora (Jesucristo) y Marta Bosque (el Espíritu Santo) conforman una suerte de Santísima Trinidad y llegan a todo: a poseer un fondo impresionante -dijo que le parece que debe haber un pacto secreto con J. R. R. Rowling para ensanchar el espacio sin que nadie se percate-, a buscar cualquier libro, por esquinada o esquiva que sea la referencia, por su constante sentido de la actualidad, y por supuesto por la política de exposiciones. Chema Aniés se mostró agradecido y conmovido, y tuvo palabras de recuerdo para el editor Charles Merigot, galardonado el año pasado, con carácter póstumo.

Carlos Serrano tomó la palabra para anunciar el último galardón. Trinidad Ruiz Marcellán, editora de Olifante y primera esposa de Ángel Guinda, glosó su figura, desde que los dos eran unos adolescentes, y contó cómo Ángel Guinda (Zaragoza, 1948-Madrid, 2022) escribía en las paredes sus poemas. Recordó los 70, a impresores y editores como Guillermo Gúdel, Luciano Gracia y Julio Antonio Gómez, y pormenorizó los trabajos y los días y la pulcritud de Ángel Guinda como editor. A la vez recordó algunos de sus heterónimos, cuyos versos podía meter en periódicos, antologías o libros como si fueron poetas auténticos. En nombre de Raquel Arroyo Fraile, que mandó un discurso de gratitud, recogió el premio Agustín Porras, que acaba de publicar un poemario, ‘La tarea del poeta’ (Olifante), donde conversa con Ángel Guinda.

Curiosamente, ayer, a una hora semejante, J. Benito Fernández participaba en el ciclo ‘Noche de juglares’: el autor de biografías de Panero, Sánchez Ferlosio y Benet está trabajando en una biografía del autor de ‘Vida ávida’ y ‘Aparición y otras desapariciones’.

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