FERIA DEL LIBRO / DIÁLOGOS DE AUTOR / 2

Angélica Morales: "Con la literatura quiero volar y que el lector vuele conmigo"

La escritora turolense, galardonada en narrativa y poesía, vive su mejor momento con la publicación de 'La casa de los hilos rotos' (Destino)

Angélica Morales ha recuperado la figura de la tejedora Otti Berger, que murió en un campo de concentración.
Angélica Morales ha recuperado la figura de la tejedora Otti Berger, que murió en un campo de concentración.
Guillermo Mestre.

Angélica Morales (Teruel, 1970) acaba de ser la pregonera de la Feria del Libro de Huesca. Poeta, narradora y dramaturga, además de actriz y rapdosa, 2023 está siendo su gran año: publicó ‘La casa de los hilos rotos’ (Destino, 2023), donde recupera a una artista de la Bauhaus: Otti Berger.

¿Qué le dicen las ferias del libro?

Las Ferias del libro me hablan de amor, de viajes, de emociones, de encuentros con compañeros, de intercambiar heridas o pedacitos de sol con los lectores. La feria es un lugar mágico, allí están todos esos tesoros en forma de libro que te llaman desde su silencio. Por encima de todo es la fiesta de los sentidos, la alegría de lo que vendrá, porque después de elegir un libro llega la intimidad con él, ese disfrute que supone su lectura y que es un momento único.

¿Cómo vive la Feria del Libro de Huesca y Zaragoza? ¿Qué le agrada y qué le desagrada, si hubiera algo que quiere destacar o ponderar o criticar?

Precisamente este año para mí, gracias a la publicación de "La casa de los hilos rotos" por Ediciones Destino está suponiendo una inmensa alegría. He tenido el honor de ser la pregonera en la Feria del Libro de Huesca y estoy peregrinando a muchas ferias, así que todo lo que te puedo decir es bueno. Lo que más me gusta sin duda es el contacto con los lectores y también recibir el apoyo de los libreros, como es mi caso. Sin ellos nada de lo que me está pasando sería posible. Además de las presentaciones se programan muchas actividades, conferencias, cuentacuentos, clubs de lectura… Le pondría un "pero" y es que duran poco. Sin embargo, son días intensos. Si tengo que criticar algo decir que debería darse más luz a los escritores de la tierra e intentar igualarlos más con los grandes autores. Sigue habiendo autores de primera y de segunda y aunque se entiende porque el número de ventas y lectores no tienen comparación posible, a veces los pequeños autores se sienten peces diminutos a su lado. Pediría que las librerías, a la hora de firmar, no pongan a grandes autores al lado de pequeños autores porque es muy frustrante ver cómo los grandes tienen una cola inmensa y los pequeños no firman ni el descosido del aire. Habría que ser un poco más empáticos en ese sentido.

¿Le convence el Parque Labordeta, en Zaragoza?

Sí, estuve el año pasado y me parece un lugar muy bonito, rodeado de naturaleza. Eso invita a un paseo calmado, lejos del ruido. Hace que se disfrute más de los libros. La prisa no da tantos mordiscos.

Recuérdenos una Feria del Libro inolvidable para usted como lector o como autor.

Para mí esta Feria del libro en Huesca, la 39 edición, va a ser inolvidable por dos cosas, porque he sido su pregonera y eso es un honor que se concede a muy pocos y yo lo he recibido como un auténtico regalo y porque este año mi novela ‘La casa de los hilos rotos’, publicada por Destino, está teniendo mucha aceptación entre los lectores. Es la primera vez que estoy con un libro tan potente y respaldada por una de las editoriales más importantes de este país, así que me siento afortunada. Por primera vez estoy firmando libros. (Deje que me ría porque al ser poeta eso no me ocurría en otras ferias, yo era de esas que se dedicaban a contemplar las grietas del cielo mientras otros firmaban la fiebre). Y un detalle, el otro día firmé un libro para una mujer de 96 años que había sido modista y era una ávida lectora. También me estoy encontrando con lectoras que me están dando las gracias por tratar la discapacidad de Otti con tanta naturalidad. Y dos señoras, que vinieron a que les firmara la novela porque también querían entrar en bucle como su amiga que se las había recomendado, me dijeron: "Angélica, es que X se la terminó y la volvió a empezar en el mismo momento, en bucle". Me hizo mucha gracia. O escuchar a tu espalda que susurren: "Mira, esa es Angélica Morales", cuando hace dos meses no me conocía nadie. También un señor que en la feria de Valencia vino porque la había visto recomendada en el telediario de la sexta. Cosas que hace un año eran para mí impensables.

Portada de la novela de Angélica Morales.
Portada de la novela de Angélica Morales.
Heraldo.es.

Se ha adelantado a la pregunta de qué iba a firmar. Explíquenos los motivos del libro y para quién está pensado.

Sí. Estoy firmando ‘La casa de los hilos rotos’ de Destino, que es la novela que acaba de salir hace unos meses, llevamos muy poquito rodándola pero con muy buenos resultados. De vez en cuando algún lector se interesa por mi poesía, sobre todo por ‘Mi padre cuenta monedas’ (Ediciones El Gallo de Oro), que fue Premio Gabriel Celaya. ‘La casa de los hilos rotos’ está pensada para todo tipo de lectores, mujeres, hombres, jóvenes, curiosos. Es una novela que habla de mujeres artistas que habían estado sepultadas en el manto del olvido y me estoy dando cuenta que ese hecho gusta y atrapa muchísimo, por lo injusto y porque Otti Berger era una figura muy importante de la Bauhaus y un personaje literariamente hablando muy rico. Es una joya, desde mi punto de vista. También es una novela que cuenta historias familiares, la incomunicación entre madres e hijas, abusos, todo lo sórdido que encierra la familia y de alguna manera eso siempre hace que el lector empatice e incluso se sienta identificado en algunos momentos. Además el contexto histórico es muy rico, Europa de entre guerras, movimientos de arte vanguardista, Bauhaus, feminismo, mujeres artistas, la Alemania de los cabarets, la crisis económica, el ascenso del fascismo en Europa, Auschwitz... Todo eso la convierten en una novela dinámica y muy atractiva. También diría que está escrita de forma sencilla, que todo el mundo puede disfrutarla , que el ritmo es trepidante y que engancha desde la primera página. Es una novela que no puedes dejar escapar. Pero, ¿qué quieres que te diga yo que soy la madre de la criatura?Lo que yo más deseaba al escribirla era darle luz a la figura de Otti Berger, y lo estoy consiguiendo. Hace dos meses nadie la conocía, ahora sale en un artículo de El País junto a otras artistas o en el telediario de la Sexta y la gente empieza a conocerla y a llamarla Otika con cariño. Muchos lectores me escriben para darme las gracias por haber rescatado del olvido su figura. Eso es lo que más me satisface y emociona.

¿Desde cuándo le importan los libros?

Me importan desde siempre. Mi tía Chon era socia de Círculo de lectores. Teníamos libros en casa gracias a ella. Luego en el instituto me aficioné al teatro, empecé a leer a Lorca, a Lope de Vega, a Dario Fo. Y también di mis primeros pasos como poeta. Luego, en la Escuela de Arte Dramático, descubrí que los libros, el teatro y la interpretación estaban unidos a mí y que en cierto modo yo había nacido para ellos, para ser actriz o escritora o las dos cosas al mismo tiempo. Es algo que tuve muy claro desde el principio, antes de los 14 años ya sabía que sería artista.

Un libro que me marcó fue ‘El marinero’ de Fernando Pessoa. También ‘La vieja sirena’ de José Luis Sampedro, para el que tuve el honor de actuar en Valencia y con el que merendé un día en Madrid, cuando estaba a punto de publicar ‘El amante lesbiano’. Era un hombre estupendo y con mucho sentido del humor. Luego descubrí a Agota Kristof y su ‘Claus y Lucas’ que me dejó patidifusa y al borde del delirio. Y de Annie Arnaux me gustan todos. Soy adicta a Agota y a Annie, la Premio Nobel.

¿Cómo se convirtió en escritora y qué le da la literatura ahora?

Escribía desde la EGB para mis compañeras, cuando había fiesta o no queríamos dar clase, yo escribía pequeñas piezas de teatro. También escribía telenovelas. Siempre he sido curiosa en cuanto a géneros. No me da miedo nada, me gusta lanzarme al vacío, explorar. Escribir para mí significa estar viva, no conformarme con este mundo y buscar otros. Mediante la literatura puedo ser todas las mujeres que llevo dentro, incluso las que ni siquiera sé que existen, mientras escribo a personajes como Otti Berger, aprendo de ella, de su trabajo, del contexto histórico. Escribir fomenta mi curiosidad, alimenta mi espíritu. Porque escribir va acompañado del acto de la lectura. No entiendo lo uno sin lo otro. Escribir me hace libre y cuando pienso en historias nuevas, me divierto, siento un placer muy íntimo, como si solo yo tuviera la clave de todos los misterios. Cuando creo juego a ser un dios de andar por casa. Me hago preguntas y me las respondo, empatizo con mis personajes y me pongo en su piel porque además el hecho de ser actriz me ayuda a dibujarlos y a que la gente los comprenda y los visualice con mayor facilidad. Yo con la literatura quiero volar y que el lector vuele conmigo. Disfrutar, divertirme, nunca perder la capacidad de reírme de mí misma. No quiero ser una autora de esas que se marchitan en el tedio y la importancia y que lo saben todo. Yo quiero ser una eterna niña, que la curiosidad y el hambre no me abandonen, ser inocente, brincar sobre los charcos de la lluvia y pisotear el corazón de Dios.

¿Cuáles son esos autores que siempre tiene cerca, que busca en una página, una cita, un instante, un libro? ¿Qué encuentra en ellos?

Siempre , siempre César Vallejo, Fernando Pessoa, Federico García Lorca. No puedo vivir sin ellos. Ellos me sacuden, me hacen caminar sobre el hilo de la incertidumbre y la belleza, me desordenan y al mismo tiempo saben colocarme en el lugar justo de una palabra, en su silencio más atronador.

Angélica Morales está viviendo experiencias insólitas con una novela que también tiene una huella española.
Angélica Morales está viviendo experiencias insólitas con una novela que también tiene una huella española.
Guillermo Mestre.

¿Cómo ve el fenómeno de las letras aragonesas en el siglo XXI?

Hay mucha actividad cultural, es cierto, los clubs de lectura, las bibliotecas, incluso los barrios programan cultura. Y eso es muy importante porque permite que los autores se muevan y resulten cercanos. Creo que en Aragón hay muy buenos autores y que las autoras están arrasando. Me estoy encontrando con autoras buenísimas que están elaborando una trayectoria literaria espectacular. Hay verdadera calidad y variedad. Pero diría que las mujeres son más atrevidas a la hora de abordar temas, a la hora de probar nuevas estéticas. Se tiran de cabeza a la piscina y eso es muy bueno porque nos ofrecen riqueza y diversidad. Tenemos mucho que contar en Aragón y creo que vamos a ser cada día más fuertes y potentes. Ya se está viendo en premios y editoriales de sellos importantes que están siendo copados por aragoneses. Y a mí me alegra mucho que así sea. Hay talento y también editoriales pequeñas e independientes con mucha calidad y que realizan verdaderos libros-Joyas. Eso también es importante, el incremento de editoriales de nuevo sello en Aragón, jóvenes editores que renuevan y fichan a voces muy, muy interesantes.

Los Premios de las Letras Aragonesas pasaban bastante inadvertidos. Se dice el nombre del premiado y se convoca un acto, y ahí acaba todo. ¿Qué propondría usted?

Pues en primer lugar hacer que el resto lo conozca, porque fuera del círculo literario apenas tiene repercusión el premio. Sería interesante poner más luz sobre su persona. Hacer una edición especial de su obra, por ejemplo. Mover al autor por Aragón, acercarlo a los lectores que la mayoría de las veces lo desconocen. Diría más, descentralizar. El problema de la cultura en Aragón es que se centraliza demasiado en Zaragoza, todo se queda ahí, sucede ahí, y Teruel y Huesca son provincias marginales. No debería ser así. Aragón somos todos. Yo propongo descentralizar, que no se lo coma todo el gran pez. Es lo mismo que te hablaba con respecto a grandes autores y pequeños autores.

Deberíamos darle más aire literario y cultural a Huesca y a Teruel. Yo soy una escritora de la periferia porque soy de Teruel y Huesca es mi patria sentimental. Toca descentralizar. Hacernos sentimentalmente más generosos para ser más grandes.

No sé si es mitómana. ¿Quiénes son los personajes de ficción que más le han marcado? ¿Qué busca en la literatura ajena?

No, no soy mitómana. Pero siempre he querido ser Ana Karenina o la protagonista de ‘El amante’ de Marguerite Duras, o el personaje de Milady de Winter, o Medea, o Lady Macbeth. En fin, mujeres atormentadas, que es lo que implica una mayor riqueza interpretativa y literaria.

Recomiéndenos de tres a cinco libros más o menos recientes para la Feria.

Empezaré recomendando ‘Limpia’ (Lumen), un libro reciente de Alia Trabucco Zerán y que tiene muchos ingredientes para gustar. Luego ‘ Una ciudad’ (Lumen) de Lara Moreno, que es un libro fantástico. También ‘Las malas’ (Tusquets), de una autora fascinante que hay que leer obligatoriamente: Camila Sosa Villada. Y no quiero dejarme a dos autoras aragonesas, una oscense que escribe novela negra y que acaba de publicar con Los Libros del Gato Negro una estupenda novela llamada : ‘La reunión’, de Camino Díaz Bello. Por último, quiero recomendar la apasionante novela de Clara Fuertes: ‘Todas las horas del día’ (Plaza & Janés), que habla sobre la vida, los amores y los tormentos de la gran actriz gallega María Casares y Albert Camus.

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