AGUA. OCIO Y CULTURA

José Ramón Marcuello: “Lorenzo Pardo tenía puestos los ojos en el Ebro desde niño"

El periodista y escritor, biógrafo del 'genio del agua', da una conferencia sobre el ingeniero que fundó la CHE y que fue presidente de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza.

José Ramón Marcuello, biógrafo de Lorenzo Pardo, lo recordará en Calatayud.
José Ramón Marcuello, biógrafo de Lorenzo Pardo, lo recordará en Calatayud.
Inmaculada Domínguez.

Manuel Lorenzo Pardo (1881-1953) fue ingeniero, fotógrafo, melómano y una persona capital en la política española hidráulica. Aunque nacido en Madrid, vivió más de dos décadas en Zaragoza y analizó y proyectó, como pocos, las aguas del Ebro; más tarde haría lo propio con El Tajo. A él se le debe la fundación de la Confederación Hidrográfica del Ebro. En la exposición de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza, que se exhibe en la Casa de los Morlanes, está presente con varias obras como fotógrafo. Además, en el Jardín Botánico de Madrid se le rendirá un gran homenaje. Su biógrafo José Ramón Marcuello Calvín (Jaca, 1948) es el autor del prólogo del catálogo, y el martes 9 de mayo, a las 18.00, imparte una conferencia sobre él en la sala Baltasar Gracián de Calatayud. Con él conversamos sobre este personaje que definido como “el genio del agua”.

Publicó en 1990, en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos una biografía de Manuel Lorenzo Pardo. ¿Qué le llevó a investigar su figura?

Pues, esencialmente, mi asombro por la total ausencia de una biografía, siquiera parcial, de un personaje tan inconmensurable, irrepetible y decisivo como lo fue el gran ingeniero de origen aragonés. A finales de los 80, le propuso abordarla a la delegación aragonesa del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y su entonces presidente, José Luis Cerezo, no dudó ni un segundo en aceptar mi propuesta. El libro aparecería finalmente en el año 1990.

¿Dónde y cómo está su archivo, sus pertenencias, la memoria de su obra y de su vida?

Toda la documentación de su gran obra, el Pantano del Ebro en Reinosa, se custodia en un arcón especial en la sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro en Zaragoza, así como la de otras obras de menor entidad, esencialmente en La Rioja y Lérida. Pero todo su patrimonio personal –y, esencialmente, su ingente biblioteca y sus cámaras fotográficas- fue objeto de reparto entre sus cinco hijos y su viuda, María Blanc, según me confesó personalmente su yerno José Ramón Fernández Bugallal, casado con Pilar, nacida en Zaragoza, como todos los hijos del gran ingeniero.

¿Qué descubrió curioso, literario o subyugante en su infancia y adolescencia madrileñas?

Lorenzo Pardo guardó siempre un gratísimo recuerdo de sus abuelos maternos, Manuel Pardo Bertolini y Romualda Puertas, nacida en Gelsa (Zaragoza), como años después su madre, Luisa Pardo Puertas. Esta circunstancia permitió o hizo que el niño Manuel Lorenzo pasara a orillas del Ebro prácticamente todos sus veranos infantiles, circunstancia que, según el mismo, le marcaría para siempre. En cuanto a su adolescencia y juventud en Madrid, el futuro estudiante de Caminos sintió muy tempranamente una gran pasión por la música clásica y por la fotografía, dos pasiones que años después darían sus mejores frutos en Zaragoza.

Uno de los retratos más conocidos de Manuel Lorenzo Pardo.
Uno de los retratos más conocidos de Manuel Lorenzo Pardo.
Archivo Familiar Lorenzo Pardo.

Perteneció a una generación ilustrada que en la II República estaba en plena madurez, ¿quiénes fueron sus amigos y maestros?

Lorenzo Pardo siente una temprana atracción por el Regeneracionismo y, de modo especial, por Joaquín Costa. Pero uno de sus primeros y más influyente amigo fue el periodista y diputado bilbilitano Darío Pérez García, quien sin duda influyó en la orientación ideológica del ingeniero. Y en los tiempos de la Escuela de Caminos, su gran amigo fue el vasco Juan Uriarte, prematuramente fallecido, autor del proyecto del Pantano de Bolarque y, curiosamente, el rígido director de su centro de educación superior, Rogelio de Inchaurrandieta quien, precisamente, llamó a Lorenzo Pardo a colaborar con él en la finalización de las obras del gran Canal de Aragón y Cataluña, inaugurado por Alfonso XIII en 1906. Y el otro gran maestros fue el celebrado científico e inventor Leonardo Torres Quevedo, con quien colaboró durante un año

"Y entre sus muchas e importantes aportaciones, la principal fue, sin duda, la concepción y puesta en pie de la Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro el 5 de marzo de 1926, con la decisiva colaboración del ministro de Fomento, su amigo y compañero Rafael Benjumea, Conde de Guadalhorce"

Estudió Ingeniería de Caminos y pronto llegaría a Aragón. ¿Qué aportó, qué le interesó?

Aunque Lorenzo Pardo tenía puestos los ojos en El Ebro desde niño, aún tuvo que pasar por otros destinos (lo que él mismo denominó “baldío aspirantazgo”) a pesar de ser el número uno de una cortísima promoción de siete titulados. la de 1903. Barcelona, Madrid (al lado de Torres Quevedo, con la ayuda de José de Echegaray), el Canal de Aragón y Cataluña y Guadalajara preludian su añorado y decisiva llegada a la llamada División de Trabajos Hidrológicos de la cuenca del Ebro en febrero de 1906. Y entre sus muchas e importantes aportaciones, la principal fue, sin duda, la concepción y puesta en pie de la Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro el 5 de marzo de 1926, con la decisiva colaboración del ministro de Fomento, su amigo y compañero Rafael Benjumea, Conde de Guadalhorce.

Escribió varios libros, publicados en su mayoría por HERALDO DE ARAGÓN, en los que formulaba su visión y sus proyectos en torno al Ebro. ¿Qué le interesaba, qué aportaban esos libros?

El apoyo de HERALDO y, de modo especial, del gran periodista José Valenzuela Larrosa, fueron, junto al respaldo de Darío Pérez, del influyente empresario y político cheso Manuel Marraco Ramón, de la Academia de Ciencia de Zaragoza (creada en marzo de 1916 y que, de la mano de Lorenzo Pardo, traería a Zaragoza a Albert Einstein los días 12 y 13 de marzo de a1923) fueron, entre otros muchos, esenciales y decisivos.

Se cumple un siglo de la creación de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza. En la Casa de los Morlanes se han colgado algunas fotos de él. ¿Se conservan recuerdos personales de él?

Es un extremo que ignoro aunque no así su protagonismo esencial, junto al capitán Requejo, el ingeniero Francisco Rived y el farmacéutico Gabriel Faci, entre otros, en la creación de la Real Sociedad, nacida, como es sabido, en el seno de la famosa tertulia del café Gambrinus. Pero es que Lorenzo Pardo no solo está en la génesis de esta sociedad, sino que, junto a Paulino Savirón o Antonio Lasierra Purroy, es uno de los principales promotores de la Sociedad Filarmónica de Zaragoza, que inicia su andadura el 2 de marzo de 1906 y que consigue traer a Zaragoza a músicos del nivel de Ataúlfo Argenta, Maurice Ravel o nada menos que la Orquesta Filarmónica de Berlín

En estos momentos de sequía y de cambio climático, ¿qué nos puede sugerir o enseñar la figura de Lorenzo Pardo?

Esta pregunta no es de fácil contestación. Lorenzo Pardo luchó denodadamente en favor de la regulación, sobre todo en cabecera, de los cursos hídricos de España, pero, al tiempo que consiguió materializar el principio de unidad de cuenca en la que se basan todas las confederación, no es menos cierto que fue el primer ingeniero en proponer el trasvase Tajo-Segura en el marco del Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933.

Manuel Lorenzo Pardo, de pie, entre dos amigos.
Manuel Lorenzo Pardo, de pie, entre dos amigos.
Archivo Familiar Lorenzo Pardo.

¿Por qué fue finalmente a morir en Fuenterrabía?

Manuel Lorenzo Pardo, que pudo regresar a España tras la Guerra Civil pese a su pasado político de corte republicano al lado, primero, de Manuel Marraco y de Lerroux, después (fue diputado en Cortes por Las Palmas), fue paulatinamente víctima de su notable adicción al tabaco (de hecho, es difícil encontrar fotos suyas en las que no aparezca fumando) y ya a finales de la década de los 40 y comienzos de los 50, se retiró, enfermo, con su familia a su casa veraniega de Fuenterrabía, donde murió, sin llegar a ver terminada su gran obra, el Pantano del Ebro, el 26 de agosto de 1956.

El Jardín Botánico de Madrid prepara una exposición suya. ¿Qué nos puede avanzar?

Al principio se iba a inaugurar en enero de 2023. Yo he hecho el prólogo del catálogo que cuenta con un texto del finado Eloy Fernández Clemente. Y sé que habrá bastantes materiales que tenemos aquí en la Confederación Hidrográfica del Ebro como su baúl o algunos planos espectaculares de sus proyectos.

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