Rosario Villajos: "La menopausia es como la adolescencia: los complejos vuelven con muy mala leche"

La escritora explora en su novela 'La educación física' las complicadas relaciones de una adolescente con su propio cuerpo en un mundo empeñado en infundirle miedo, culpa y vergüenza. 

La escritora Rosario Villajos.
La escritora Rosario Villajos.
Ruben Losada/FotografiArte

Recupera Rosario Villajos (Córdoba, 1978) su propia adolescencia para explicarse su presente. En 'La educación física' (Seix Barral), lo hace a través del personaje de Catalina, de su personalidad pero sobre todo de su cuerpo de 16 años, al que la escritora convierte en el rompeolas de un catálogo de "humillaciones" que la autora "necesitaba dejar por escrito". Algunas gravísimas, otras a menudo normalizadas e interiorizadas en la época en la que discurre la historia, el año 94, marcado, entre otras cosas, por el asesinato de las niñas de Alcasser. 

La culpa y el miedo están también muy presentes. "Quería escribir una novela de aventuras, solo que en las de los chicos hay peleas, van sin ningún miedo, se enamoran de mujeres mayores. Nuestras aventuras en la adolescencia eran cruzar un descampado a oscuras, que no nos violaran, no perder las llaves...", cuenta Villajos, quien sostiene que su historia no está escrita "desde lo lastimero sino desde el rencor, porque la protagonista, a su edad, tiene derecho a estar enfadada".

¿De dónde le nace la historia de este libro?Escribo este libro porque quería saber de dónde venía. Estoy viviendo la perimenopausia y me recuerda en muchas cosas a la adolescencia: han vuelto los complejos y con una mala leche espectacular. Si antes era que te salía el pecho y pensaba que no estaba preparada para eso, ahora no estoy preparada para las canas o las arrugas, pero ahí están y lo llevo como puedo. A la vez, estaba haciendo un ejercicio literario de inventar un diario adolescente, que yo nunca tuve, y de repente me di cuenta de que estaba muy feliz haciéndolo. Me enganché y decidí escribir con eso una novela.

¿Cómo llega a Catalina y por qué los 90?Busqué un personaje que pudiera representar y exagerar ciertas cosas. La situé en el 94 porque es cuando yo fui adolescente. No sé cómo es serlo ahora, pero el 'feedback' que me está llegando es que no hemos cambiado tanto. 

Esos complejos a los que alude, ¿son fruto de la presión externa o consustanciales a un proceso fisiológico?Vienen de lo externo seguro. Recuerdo perfectamente cuando me salió el pecho o cuando cambiaba mi cuerpo, los comentarios de todo el mundo. Era muy desagradable. No creo que eso suceda con los chicos, que vaya nadie a comentar nada de sus testículos. Creo que los complejos, si bien los chicos también los tienen en la adolescencia, se acrecientan en las chicas por las opiniones de fuera.

¿Y eso no está cambiando?No, porque no lo hace el lenguaje tampoco. Seguimos victimizando a la mujer, poniendo el foco en ella como responsable de lo malo que le pasa, en su ropa, en cómo tiene que ser su cuerpo. Incluso en el mundo masculino se está cogiendo lo peor de eso. Ellos también empiezan a tener preocupaciones que antes no tenían con respecto a su físico. Si tuviera la solución me la aplicaría a mí misma. De verdad. Pero no puedo decir 'voy a dejar de usar cremas antiarrugas'. No puedo, porque al final vivo en un sistema.

Catalina es adolescente, pero usted tiene 44. ¿La experiencia o el feminismo no sirven como herramientas para rebelarse ante ciertas cosas?Cuando hablo con otras amigas feministas de cuestiones como por ejemplo las retoques estéticos me dicen que bastante machacadas estamos como para sentir culpa por eso. Yo no le voy a reprochar a nadie que se tunee su cuerpo. Que cada una haga lo que pueda con este sistema que nos machaca.

"Las mujeres somos el primer animal domesticado de la historia".

"Hay muchas cosas del libro que mucha gente no las ha vivido como un drama, pero eso cambia al verlo por escrito".

Determinadas partes de nuestro cuerpo o procesos "biológicos incomodan en lugar de verse como algo natural".​

Plantea la adolescencia de Catalina como irrespirable, es una cárcel física y ambiental.Pero es que es una adolescencia femenina. Yo tuve que leerme 'El guardián entre el centeno' en el instituto y ahora quiero que la gente se lea 'La educación física'. Al protagonista de 'El guardián entre el centeno' tampoco le pasa nada bueno. La única persona que le quiere es su hermana.

Gran parte de la novela discurre con la protagonista esperando a que alguien la coja haciendo autostop. Parece como si quisiera autoagredirse, castigarse.Exacto. Ella busca hacerse daño para expiar algo de lo que la han hecho sentirse culpable sin serlo.

El miedo, la culpa y la vergüenza están muy presentes en la narración. Los sustancia, entre otras cosas, en el caso de la Niñas de Alcasser.No las nombro específicamente, ni a ellas ni al lugar porque bastante se les faltó ya al respeto en su momento. Tengo la misma edad que ellas tendrían ahora: imagínate cómo me pudo marcar aquello. En mi cabeza, hacer autostop equivale al suicidio. No porque alguien te vaya a matar, sino porque alguien te ha dicho que eres tú la que te expones a morir por eso. Con aquel caso se esmeraron en decirnos que estaban de fiesta, por eso en el libro quise plantear una agresión sexual a alguien que 'no está 'haciendo nada. En un entorno seguro sobre el papel, que al final es donde las estadísticas dicen que suceden con más frecuencia estas cosas. El peligro puede estar muy cerca. Para mí es un planteamiento tan obvio... 

Habla de obviedades, pero hay mujeres que  se han dado cuenta de mayores de que cosas que aceptaban de crías no eran en absoluto normales.Efectivamente, es que hay muchas cosas del libro que mucha gente no las ha vivido como un drama, pero eso cambia al verlo por escrito. Es lo que yo necesitaba: dejar estas humillaciones unas tras otras por escrito. No solo a las más graves que sufre la protagonista, sino otras más sibilinas. Lo he querido contar de forma que no sea lastimera, sino con rencor.

El rencor no está nada bien visto.La protagonista tiene 16 años, tiene derecho a estar enfadada. Yo misma lo estaba cuando era adolescente. Pensaba: "¿Por qué el mundo no está hecho para mí?" Las mujeres somos el primer animal domesticado de la historia.

Entiendo que para usted ha habido pocos referentes adolescentes femeninos.Escritos por mujeres, muy pocos. Pienso en 'Mujercitas', pero es otra época. Estuve buscando títulos al respecto de los 90, pero solo encontré una novela que a España llegó en forma de película, 'Inocencia interrumpida', que habla del consentimiento, pero de pasada. El libro, que va de una chica que es abusada por un profesor y mientras ella es encerrada, apenas tuvo repercusión en España. 

La película, sí.Pero porque fue trata de otra manera, como la amistad entre dos chicas. Del profesor no se habla apenas. Los personajes femeninos jóvenes han sido retratados desde la perspectiva masculina. Y faltaba cuerpo: ¿dónde están la piel, las sensaciones, los olores?

A veces son las propias mujeres las que evitan conocer su propio cuerpo o hablar de él, sobre todo de su genitalidad.Hay todavía mucha vergüenza a la hora de hablar abiertamente de la vulva o de nuestros flujos. Sin embargo, estamos hartos de ver representaciones de penes dibujados en las paredes. En el libro se trata mucho cómo a partir de la cultura clásica los genitales femeninos desaparecen de las representaciones. Y seguimos así: es archiconocido cómo en Instagram los pezones femeninos incomodan y los masculinos no.

Para que eso deje de ser así, ¿no queda otra que incomodar?Es que tus mismas palabras ya nos dicen el panorama. Determinadas partes de nuestro cuerpo o procesos biológicos incomodan en lugar de verse como algo natural. Eso creo que está cambiando, pero muchas habrán vivido cómo a veces han hablado de la regla y a su alrededor ha habido caras de disgusto o de asco. Sobre todo de chicos.

¿Si tuviera que elegir entre que su libro lo leyera una adolescente o alguien mayor?No sé. No sé si a una persona de 13 le apetece saber lo asqueroso que es el mundo, la verdad. Me encantaría ir a un instituto y que me dijeran que el libro no es verdad. ¡Cómo me alegraría! ¿Pero si tuvieras que dejar a tu hija o hijo solo con cinco desconocidos, lo dejarías antes con cinco hombres o con cinco mujeres?

Le dirán que no todos los hombres...Eso también está en el libro, hay un 'not all men': Catalina encuentra hombres buenos a lo largo de la historia, su padre, su hermano...

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