LETRAS ARAGONESAS. OCIO Y CULTURA

José Mª Tamparillas: “Quería abandonar el terror más puro sin desligarme del todo de él”

El escritor zaragozano publica 'Lucífugo' (Pregunta), una novela sobre la videncia, la memoria y el olvido, que se presenta en librería Cálamo

José María Tamparillas huye de la luz y se encuentra con la sombra y lo turbio.
José María Tamparillas huye de la luz y se encuentra con la sombra y lo turbio.
Pablo Calahorra.

El escritor José María Tamparillas, autor de libros como ‘Zaragoza turbia’ (Pregunta) o ‘Pancracio, el niño batracio’ (Libros de Ida y Vuelta), publica un nuevo libro, la novela ‘Lucífugo’, que define como “una historia a caballo entre el pasado y el presente, plegada entre la geografía urbana y la rural, con olor a leña quemada, humo de bar, sangre y tierra”. La presenta el viernes 24, a las 19.00, en la Librería Cálamo de Zaragoza.

¿Hay en usted una búsqueda de asuntos un poco esquinados, negros, sombríos, o es solo una sensación? Es autor de libros como ‘Zaragoza turbia’ (Pregunta, 2018).

Quizá sea un subproducto (o evolución) de esa primera querencia en la creación por la literatura de terror. O quizá sea que los asuntos sombríos y esquinados (me gusta el término) tienen para mí un atractivo natural, por lo que nos expresan de una parte de la condición humana.

¿Cómo nace ‘Lucífugo’, que alude a la definición “el que huye de la luz”?

Por la improvisación de la primera frase del primer capítulo: “Mi padre se ganaba la vida fotografiando vivos, pero su especialidad eran los muertos”.

Impresiona y la que viene luego no le va a la zaga: “Mi madre, una mujercita tísica y crédula, iba cada pocos días al matadero a beber sangre fresca de caballo que aliviase su mal”.

Ja, ja, ja. ‘Lucífugo’ surgió como un fogonazo, como un reto: ¿era posible crear un universo, una narración, con su trama, geografías y sus personajes, a partir de un párrafo de tal turbiedad?

Arranca con una muerte o dos. Y qué muertes. ¿Quería que el protagonista y el lector no pudieran olvidarse fácilmente de la tragedia?

Ahora que lo dices, es muy posible. Con el protagonista era una necesidad creativa: la primera muerte es la que lo marca y lo define en cierto modo; es un torcido rito de paso que le obliga a abandonar la infancia y que trastoca, de un modo sombrío, su relación con la realidad, con el mundo y, sobre todo, con aquellos que lo rodean. La segunda muerte, la de su amigo, es la rúbrica que le hace ver (a él, y espero que al lector) que lo de su 'don' no es un simple juego o una mera anécdota. La posesión de un don así trae consecuencias; muestra que la ruptura de las reglas de la realidad tiene un reverso poco amable e imprevisible. 

¿Por qué la videncia, de dónde sale el interés por este asunto?

¿La videncia es una forma inconsciente con la cual el protagonista trata de sojuzgar al 'don', de restarle algo de su intensidad oscura y devastadora?, me pregunto. La videncia es probablemente un sustitutivo. Es peculiar que esta videncia de pega aparezca cuando el ‘don’ ha sido acallado por la muerte de su esposa... Quizá sea que lo echa de menos sin ser consciente de ello y usa dicha videncia como un remedo, un siamés domado e inofensivo: ¿metadona para un síndrome de abstinencia...?

"Quería experimentar con la escritura en dos tiempos, con dos narradores. Alargar la narración en extensión, en objetivos y retos. Jugar algunas veces con el lenguaje", dice José María Tamparillas

No sé si ha contestado, si ha dado más bien claves de su novela o algunos rodeos.

Personalmente, así como ciertos aspectos del mundo, llamémoslo sobrenatural, siempre me han producido curiosidad de ‘voyeur’, curiosidad por lo que de disparadores narrativos pudieran tener (y por lo que me decían de la condición humana y su necesidad de obtener ciertas 'verdades' del modo que fuera); el de la videncia nunca me ha llamado demasiado la atención más allá de los mecanismos que usa para hacerse con la confianza de los 'usuarios'.

¿Qué buscaba, entonces, con esta novela?

Tenía claro que quería abandonar el género de terror más puro sin desligarme del todo de él. Quería experimentar con la escritura en dos tiempos, con dos narradores. Alargar la narración en extensión, en objetivos y retos. Jugar algunas veces con el lenguaje.

"La importancia debía residir en la historia en sí y, sobre todo, en los personajes, y su relación con los hechos, su propia interacción, sus diálogos y silencios, sus impresiones.a

¿Diría que además de ser una novela sórdida, en muchos aspectos, también es una novela fantástica?

¿Sórdida? Nunca lo había pensado: suciedad, malicia... No sé. Oscura, sincera y turbia sí.

Bueno, andamos por un campo semántico un tanto paralelo. ¿Es ‘Lucífugo’ una narración con elementos fantásticos?

Hay un sustrato fantástico innegable, aunque mi intención no era la de que dominara la novela. Debía estar ahí, entremetido, casi disimulado, sin adquirir apenas importancia. Pues la importancia debía residir en la historia en sí y, sobre todo, en los personajes, en su relación con los hechos, su propia interacción, sus diálogos y silencios, sus impresiones.

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