Manuel Vilas: "El amor es el único sitio donde el hombre brilla de verdad"

El autor de 'Ordesa' y 'Alegría' vive un gran momento: ayer presentó su antología poética 'Una sola vida' (Lumen) en la librería Antígona, con Eva Cosculluela, un volumen que reordena su lírica e incluye textos inéditos.

Manuel Vilas dedica poemas a los coches, al de su tío, al de su padre, al suyo, o a este en Zaragoza.
Manuel Vilas dedica poemas a los coches, al de su tío, al de su padre, al suyo, o a este en Zaragoza.
Guillermo Mestre

Su percepción de la poesía ha cambiado mucho, ¿no?

Estoy de acuerdo. A los veintitantos años empecé con un sentido de la poesía y hasta los treinta y algo estuve condicionado por los poetas que admiraba y quería. En un momento determinado te das cuenta de que tienes que escribir la poesía que te toca el corazón y la que te retrata en el tiempo histórico en el que vives. Y ahora mi visión de la poesía es diametralmente opuesta. Antes tenía un sentido muy romántico...

... y maldito, ¿no?

Sí, sí. Estaba muy influido por el XIX francés, Baudelaire, sobre todo, era un sarampión muy fuerte el que me cogió y el paso del tiempo me ha curado.

¿Cuándo inició ese cambio?

Creo que fue con 'El cielo', un libro del año 2.000, lo había escrito con 36 y 37 años. Ahí giro y empiezo a hacer una poesía narrativa, empiezo a contar historias en los poemas. Expreso mi mundo a través de relatos.

A veces, en esa mudanza, en sus poemas está su yo dentro y a menudo conviviendo con el personaje central o protagonista. Pienso en 'Caravaggio'…

Es un poema inédito. Efectivamente sale un yo, sale un contexto, sale el amor a Caravaggio en un mundo contemporáneo muy dislocado. Yo soy muy fan de Caravaggio y su sensibilidad.

En algunos poemas, extremados, también se retrata a un 'alter ego' de Manuel Vilas, extremado, seductor, bebedor… Ahí está ese autorretrato suyo que luego aparece en 'Ordesa', ese modo de maltratarse e insultarse a sí mismo ya.

Ese es el yo poético. Los pasadizos que hay entre la novela y la poesía no son muy matemáticos. Las relaciones entre 'Ordesa' y mi poesía sé que existen, pero a veces no sé muy bien cómo funcionan. Por ejemplo, hay un poema que es quicio en el libro, el poema que le dedicó a mi madre, y que es quicio de 'Ordesa'. En la narrativa es distinto, la autoficción y la autobiografía son identificables; en la poesía el yo es muy abstracto. Pero yo me tengo a mí mismo por un gran vitalista.

El escritor Manuel Vilas, este lunes en Zaragoza.
El escritor Manuel Vilas, este lunes en Zaragoza.
Guillermo Mestre

Eso se nota a partir del año 2000 e incluso más adelante...

Sí. Hasta el 2000 podía escribir algún verso decente pero no era más que un aprendiz de poeta. Algún saber he ido acumulando con la edad. Y ahí aparece un vitalismo que es fundamental. En Walt Whitman vi un amparo literario tremendo. Me dije: este enamoramiento feroz de todo cuanto existe ya ha habido otro poeta al que le ha pasado lo mismo.

¿Eso es lo que lo define: ese enamoramiento feroz del mundo?

Sí, sí. De esta mesa, de esa señorita, de usted, de la gente que pasa por la calle, de esa flor, de los cuerpos. Yo vivo y siento una especie de adhesión al milagro de la vida. Lo que pasa es que esta adhesión a veces es irónica, contiene humor, zonas oscuras, zonas más violentas de la condición humana, pero a mí la energía de la creación poética me viene de la contemplación del milagro de la vida. Estoy fascinado y sigo fascinado, y todo lo que pasa a mi alrededor me parece fascinante. Estoy enloquecido. Muchas veces eso me lleva a un cierto desasosiego. Hombre, había otro poeta español, un poco perdido en la noche de los tiempos, que es Jorge Guillén, poeta del 27...

Aludía al "mundo bien hecho" y lo recordó titulando un libro 'Aire nuestro', como otro suyo.

Él era muy académico, pero a mí me gusta más la formulación de Walt Whitman, que es una exaltación constante de la vida. Por muy deprimido que estés, antes de dormirte lees un poema de Whitman y el mundo resplandece otra vez.

Al lado de la vitalidad, descubre el amor. Titula así las ediciones de su 'Poesía reunida' en Visor.

Yo ya tengo unos años. El amor es el único sitio donde los seres humanos brillan de verdad, donde no hay intereses bastardos, donde no hay alienación, donde las relaciones y las emociones son puras. El amor es el territorio al que los seres humanos están llamados y donde resplandecen.

No teme que a veces digan que Vilas es cursi o un poco moñas…

Ja ja ja. En 'Los besos' lo decía el narrador y matizaba: "Prefiero parecer cursi a no estar enamorado". Ja ja ja. Curaba la cursilería así. Si era cursi era porque estaba enamorado. Por tanto, vale la cursilería. Hay una cursilería aceptable que es la del iluso, del inocente, la del bondadoso o la del enamorado. Es muy difícil que al enamorado no se le escape un detalle así. Forma parte de ese estado.

El escritor Manuel Vilas, este lunes en Zaragoza.
El escritor Manuel Vilas, este lunes en Zaragoza.
Guillermo Mestre

¿Por ha titulado esta antología, que en el fondo es como un libro nuevo, o en cierto modo inédito, 'Una sola vida' cuando parece contener tantas vidas?

Esa era la intención máxima que yo tenía. Gracias. Me di cuenta de que mis poemas, reordenados desde otro punto de vista, parecían un poemario nuevo, ordenados con los días de la semana. Y desde un orden temático y temporal daba como resultado un libro inédito. Aquí, además, hay muchos poemas inéditos en todos los capítulos, que tienen una estructura especial...

¿Cuál es la razón de que haya elegido los días de la semana para la ordenar 'Una sola vida'?

Elegí la semana por la idea de la temporalidad. Quería trasladarle al lector la idea del tiempo de una manera humilde y cotidiana, que son los días de la semana. La semana es aterrizar en el tiempo, es un tiempo muy concreto.

¿Por qué una 'Una sola vida'…?

Desde luego que hay muchas vidas pero solo vivimos una vida y una vez. Y ‘Una sola vida’ también tiene mucho que ver con la cita de Walt Whitman, "contengo multitudes". Hay cantidad de vidas dentro del libro pero como ser humano yo tengo una sola vida. Quería recordarle al lector la necesidad de vivir la vida que tiene, que es única, e invito al placer, a la felicidad, al amor. La única solución que yo doy es la misma que dan más de dos milenios de literatura: vive la vida y haz algo con ella. 'Carpe diem'.

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