Paula Ortiz: "Escribí el final de ‘Teresa’ para el claustro de San Juan de la Peña, sin saber si sería posible rodarlo aquí"

La directora aragonesa concluyó este martes la fase de rodaje de su cuarta película en el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña y este miércoles grabará las últimas escenas en Jaca.

Rodaje de la película Teresa, de Paula Ortiz.
Rodaje de la película Teresa, de Paula Ortiz.
Verónica Lacasa

La película ‘Teresa’, de la directora Paula Ortiz, ha unido en el cine a Blanca Portillo y Asier Etxeandia, que ya habían trabajado previamente en el teatro. Y lo ha hecho en un largometraje que la realizadora aragonesa describe como “un viaje sensorial por las experiencias de Santa Teresa”

El rodaje finalizó este martes en el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña, un lugar “mágico, muy cinematográfico y que tiene un misterio alucinante”, según ambos actores. Una localización que no conocían previamente, como Jaca, donde han quedado asombrados por los atardeceres de la peña Oroel. Ambos son viejos conocidos, ya que desde 2007 han coincidido en tres obras de teatro. "Pero estar en un medio en el que no habíamos trabajado juntos ha sido como redescubrirse, como cuando te reencuentras con una pareja después de muchos años, ha sido importante en tu vida, lo redescubres en un entorno distinto y te vuelves a enamorar”, reconoció la actriz.

‘Teresa’ es la cuarta película de la directora zaragozana y está basada en la pieza dramática ‘La lengua en pedazos’, de Juan Mayorga, distinguido con el Premio Princesa de Asturias de las Letras, y que estuvo en el último día de rodaje en San Juan de la Peña. Participó en la escritura del guion y ha estado en diálogo permanente con Paula Ortiz y Javier García, cámara y coguionista. "Esta ha sido la primera vez que acudía a la grabación de un texto suyo, quedando “muy contento con lo que he visto", admitió. “No se trata de la filmación de una obra de teatro, sino de una obra de arte autónoma, de una creadora muy imaginativa, excepcionalmente productiva como es Paula Ortiz y con unos actores estupendos, formidables”, manifestó.

Los dos actores se consideran “mayorgueros”, y en el caso de la actriz, da la casualidad de que a la vez trabaja con Mayorga en el teatro, con ‘Silencio’. “No me había pasado nunca y es una cosa muy especial, porque los textos que he hecho de Juan han sido dirigidos por él y ahora es uno suyo dirigido por una mujer y en un medio distinto”, señaló.

El claustro de San Juan de la Peña se ha envuelto estos días en un silencio sepulcral, roto solo por los textos del siglo XVI de Teresa de Ávila. Secuencias de hasta nueve minutos, con textos “tan difíciles y complejos que te ponen en un lugar de vértigo importante”, según Portillo. Los dos actores reconocen que han pasado "miedo" porque les importaba mucho lo que estaban contando, y se ha creado un ambiente “muy especial”. “Terminar tu monólogo y ver a parte del equipo llorando es porque se crea algo muy mágico”, añadió Etxeandia. Y para Blanca, su mayor temor ha sido “no estar a la altura de lo que la directora ha soñado. Trabajas para cumplir lo que ella ha soñado y este era un sueño muy especial”. Por estos motivos, no ha sido un rodaje sencillo, “nunca lo es”, aclaró. Ha sido “duro, titánico y muy apasionante”.

Tras el rodaje durante cuatro semanas en Cataluña y dos en San Juan de la Peña, este miércoles se grabarán las últimas escenas en el entorno de Jaca. Este monasterio tan emblemático de la historia de Aragón no ha sido una localización elegida al azar. Sino que la realidad es que Ortiz escribió el final de la película para el claustro de San Juan de la Peña "sin saber a ciencia cierta si iba a ser posible”, reveló. Por ello, ha sido todo un “privilegio” poder rodar ahí. También imaginó a los actores desde el principio. “Juan me habló de Blanca casi desde que escribió la obra, yo ya había trabajado con Asier y desde el primer momento se imaginó el texto para ellos”, asegura.

La película, que se prevé estrenar en otoño de 2023, es un combate entre Teresa de Ávila y un inquisidor que nunca existió, “pero que la somete a un juicio, a un duelo, que le obliga a poner en cuestión todas las facetas de su vida”, explicó la directora. Es una obra “sobre la duda y la capacidad de la imaginación de crear mundos y de cambiar el mundo que es lo que hacía Teresa”. 

Un personaje que ha acompañado a Paula Ortiz durante toda la vida, ya que de muy joven, leyó los poemas de Teresa. “Tiene una palabra tan tensa y brillante que era capaz de iluminar contradicciones de mi propia alma que no había leído jamás”, aseguró. Y su relación con Aragón tiene que ver con esa “voluntad de buscar la experiencia espiritual con la naturaleza, con el espacio, con la experiencia sensorial y vital”. Es por tanto “un viaje sensorial por las experiencias de Santa Teresa y para eso eran muy importantes las atmósferas en todos sus sentidos”. Ortiz destacó un momento “muy bonito, intenso y hermoso” que se produjo este martes por la mañana: cuando Teresa dice “la lengua estalla en pedazos y es solo el amor quien habla”.

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