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Jonás Trueba: "Merece la pena ir al cine y se nos está olvidando. Siempre te devuelve algo"

Tras el éxito de 'Quién lo impide', de 22o minutos, el director explicaba en los Aragonia su película 'Tenéis que venir a verla', de una hora justa

JONAS TRUEBA, DIRECTOR DE CINE EN LAS SALAS DE CINE ARAGONIA DE ZARAGOZA / 23-06-2022 / FOTOS: FRANCISCO JIMENEZ[[[FOTOGRAFOS]]]
Jonás Trueba estrenó ayer su película de amor y amistad: 'Tenéis que  venir a verla'
Francisco Jiménez.

Jonás Trueba (Madrid, 1981) bien podría ser aragonés (tal como proclamó Félix Romeo en un artículo), y más aún, zaragozano. Aquí es seguido y querido: tiene muchos amigos y una antigua complicidad con escritores, artistas y cineastas. Ayer en la sala 10 de los cines Aragonia presentaba su nueva película, ‘Tenéis que venir a verla’, el relato de dos parejas que vuelven a encontrarse un tiempo después. Una película de una hora; por los 220 minutos de ‘Quién lo impide’ recibió el premio Goya. Jonás es un joven sabio, refinado, original, sensible y reflexivo, y tiende a desafiar con dulzura a la industria.

¿De dónde nace su cine?

Pues casi siempre del mismo lugar… De conversaciones con los amigos, de cosas que están ahí en el aire, en la pequeña atmósfera que tenemos cada persona. Al final son conversaciones, canciones que escuchamos, libros que leemos, los miedos, las incertidumbres. Casi todas las películas que he hecho hasta ahora yo diría que están hechas de eso. Cada película ha ido siempre como una foto en movimiento de un momento muy concreto de personas y hechos.

"Cada película ha ido siempre como una foto en movimiento de un momento muy concreto de personas y hechos"

¿Es una provocación, una ironía, una broma, pasar de hacer la película más larga, de tres horas, a la más corta, de apenas una hora?

Me apetecía mucho hacer una película más corta porque venía de hacer una larga, que había sido un proceso bastante agotador para mí, de muchos años, de muchos horas de brutos, de montaje, y quería hacer una película rápida. Ha sido muy placentero para mí hacer una película en ocho días, con pocos días de montaje, pero luego la película en sí si la ves también tiene algo de provocación en otro sentido; la duración de una hora es algo que sentía: quería la peli tenía que ser muy breve, casi fugaz y un poco como inconclusa. Como algo que no se cierra y te deja una cierta perplejidad.

Si alguien dice que usted es un cineasta experimental, ¿le parece bien, lo asume?

Me encanta todo el cine. Intento ser, ante todo, un espectador abierto. Lo que se conoce por cine experimental siempre me ha gustado, pero yo no me considero un cineasta experimental. Soy más clásico, para bien o para mal, aunque me gusta probar cosas en cada película y no atenerme a esta cosa tan típica donde todo es demasiado sistematizado, igual, todo el rato.

Hay dos temas muy claros siempre en su obra. El primero sería ese núcleo permanente de la amistad.

Sí. Sí. Yo diría que es la más inagotable de todas. En esta película la amistad de plantea de una manera inquietante también porque habla de cómo muchas veces vas perdiendo a los amigos, vas como sintiendo que ya no tienes de pronto la misma sincronía o a veces los mismos intereses. A veces sientes que tus amigos toman decisiones que te agreden, cuando en realidad no es así. La película, al final, demuestra que siempre hay un núcleo ahí muy fuerte de la amistad que reaparece en cualquier momento.

JONAS TRUEBA, DIRECTOR DE CINE EN LAS SALAS DE CINE ARAGONIA DE ZARAGOZA / 23-06-2022 / FOTOS: FRANCISCO JIMENEZ[[[FOTOGRAFOS]]]
Jonás Trueba, bajo el cartel de su película puramente tipográfico.
Francisco Jiménez.

El otro asunto es el amor. Una y otra vez le da vueltas y vueltas, casi como si le erotizase.

Ja ja ja. ¿El amor, dice? Sí, sí, sí. Pero aquí el amor está tratado, sobre todo en la pareja que hacen Vito Sanz e Itsaso Arana, como un amor de pequeños gestos, un amor gastado, cotidiano, no es un amor que esté empezando ni un amor que esté terminando, sino muy del día a día, cuando hablas sin mirarte, cuando basta un pequeño roce. Y sí he trabajado mucho con ellos para mostrar un amor de pareja como más contenido y menos efusivo pero reivindicado eso.

"Es muy bonito ver a Vito Sanz y a Itsaso Arana: tienen una especie de extrañísima y sorprendente afinidad. Les gusta mucho trabajar juntos porque son dos actores muy distintos y se hacen bien el uno al otro"

Ellos, Vito e Itsaso, ya son casi pareja de hecho en su cine. Ya lo hacían en ‘La virgen de agosto’.

Volver a trabajar con los mismos actores es muy bonito por que genera siempre algo. Les propuse repetir pero de una forma muy distinta. Es muy bonito verles: tienen una especie de extrañísima y sorprendente afinidad. Les gusta mucho trabajar juntos porque son dos actores muy distintos y se hacen bien el uno al otro.

Es usted fiel a sus actores.

Total. Claro. Eso te da mucha tranquilidad, mucha seguridad, te da hasta alegría trabajar con actores con los que vas envejeciendo: Francisco Carril, Vito Sanz, Itsaso Arana, Isabel Stofer… En algunos casos ya llevo trabajando más de diez años. Y sientes que trabajamos juntos, que crecemos, que evolucionamos, que nos vamos conociendo, que tenemos un lenguaje común, e incluso le diría una ética. Mis películas respiran mucho a través de los actores y de los personajes, casi se escriben con ellos en el plano por su manera de ser y de estar, y de contar con poco.

¿Por qué tenemos que ir a ver su película?

Me hace mucha gracia porque el título lo tenía desde el principio. Y cuando me preguntan por qué hay que ira a verla, digo: “No lo sé”. Estoy muy feliz de haber hecho una campaña donde no estamos diciendo es la mejor película del año, o la más graciosa, sino simplemente porque es una película y eso debería bastar. Sé que es una idea totalmente idealista y casi suicida, parece que a cada película le tienes que buscar mil excusas o argumentos. Cada espectador debería encontrar sus razones para ir a verla. Y esas razones tienen mucho que ver con vencer la pereza y que si vas al cine casi siempre te devuelve algo. Siempre merece la pena ir al cine y se nos está olvidando.

"Estoy muy feliz de haber hecho una campaña donde no estamos diciendo es la mejor película del año, o la más graciosa, sino simplemente porque es una película y eso debería bastar. Sé que es una idea totalmente idealista y casi suicida"
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