Entrevista

"El cine lo envenena y lo purifica todo"

Jonás Trueba presenta hoy, en el Paraninfo, su libro 'Las ilusiones' (Periférica) y este viernes, en la Filmoteca, su película 'Los ilusos'.

Jonás Trueba
Jonás Trueba
MAR DEL HOYO

¿Por qué dice que 'Los ilusos' es como si fuera su película cero?


Mientras rodaba 'Los ilusos' me he sentido como cuando rodaba cortos caseros en mi adolescencia, con mis amigos del barrio. Así ha sido de nuevo. Los actores y técnicos son mis nuevos amigos del barrio, y rodábamos en nuestras calles, bares y pisos... Después de 'Todas las canciones hablan de mí' (2011) no queríamos volver a pasar por el rodillo burocrático, administrativo de una producción convencional. Queríamos sentir que solo dependíamos de nosotros mismos.



¿Qué le debe esta película, de entrada, a su inconformismo y a sus dudas?


Partía de mi necesidad de hacer cine sin cortapisas, pero también de un sentimiento nuevo, que fue naciendo, acerca de las expectativas que generan las películas y de mis ganas de contradecir algunos clichés o convencionalismos que todos los espectadores hemos ido heredando en nuestra relación con el cine: de lo que se supone que es una buena película en función de cómo está escrita, interpretada, fotografiada... Quería cuestionar algunos de esos convencionalismos.



¿A qué se refiere?


Me doy cuenta de que los cineastas nos eximimos demasiadas veces de nuestra responsabilidad una vez terminamos de montar la película. La ponemos en manos de otros, los distribuidores y exhibidores, y nos desentendemos de ella. Pero creo que tenemos la obligación de acompañarla más y mejor, para que la película llegue al espectador de una manera más directa y menos engañosa. Eso es lo que estoy tratando de hacer con 'Los ilusos'.



¿Qué ha significado en su vida Rafael Azcona, qué significa?


Rafael Azcona es alguien al que vi pocas veces, pero tengo la sensación de haberlo conocido bien a través de mi padre. Desde que murió, mi padre no para de decir que Azcona ha sido quizá la persona más importante, o que más le ha influido, de todas las que ha conocido en su vida. Un día leí 'Los ilusos', su primera novela y me pregunté quiénes serían mis ilusos hoy. Los ilusos de la película son aquellos que generan ideas y posibilidades de vidas y películas. A todas esas especulaciones las llamo ilusiones. Así que los ilusos serían los generadores de estas ilusiones.



¿Qué hace un realizador como usted en su tiempo libre?


En realidad creo que no tengo tiempo libre. O todo mi tiempo es tiempo libre, depende de cómo se mire. Cuando trabajo, cuando ruedo, cuando escribo, cuando doy clases... es lo mismo que cuando estoy viendo una película o tomando algo con los amigos. Todo suma y es parte de lo mismo. Trato de vivir sin hacer esas diferencias entre trabajo y tiempo libre. El cine forma parte de la vida y las películas no hacen otra cosa que sumarse a esa vida, condensándola y devolviéndonosla varias veces multiplicada.



Cita varias veces a Julio Ramón Ribeyro, el autor peruano. Dijo él: "Nuestros estados de ánimo son frágiles". ¿Nace 'Los ilusos' de su propia vulnerabilidad?


Nace de una cierta crisis personal y profesional. Creo que en la película se intuye esa crisis, durante los primeros minutos, en los que nos exponemos a un cierto pesimismo y las secuencias apenas se desarrollan, se quedan en bocetos y tachones... Necesitaba poner todo sobre la mesa para al final llegar a contar la historia más simple, la misma historia de siempre. Necesité cuestionarlo todo. Y luego he decidido no borrar esa cuestionamiento de la primera parte de la película sino dejarlo ahí, como un testimonio valioso de esa crisis, que de alguna forma ilumina o hace más reveladora la segunda parte. Algo de eso tiene que ver con la frase de Ribeyro.



En un determinado alude a "una historia que encaje en la película que siento por dentro". ¿Cómo es su película ideal?


La película ideal es siempre la que te encuentras. Por eso trato de no imaginar demasiado de antemano, incluso prescindo de ese guión demasiado cerrado, para luego no frustrarme. El cine es ir al encuentro de las cosas.



¿Es cierto que el cine lo envenena todo?


Lo envenena todo y al mismo tiempo lo purifica. Es una sensación que me acompaña siempre. Porque forma parte de la vida. A veces siento que es una condena que arrastro todos los días: el no dejar de sentir el cine en cada conversación, cada paseo, cada cosa que miro... y a veces pienso que es el único verdadero refugio que tengo, a lo que siempre me puedo agarrar y nunca me va a fallar.



¿Qué lugar ocupan las mujeres en su cine?


Si el cine es ir al encuentro de las cosas, entonces es evidente que las mujeres tienen que formar parte de él. También el amor, el deseo y el sexo. Y añadiría la amistad, y algunos lugares en los que queremos estar, descansar, emborracharnos...



Cita a Camus, que dice: "Me burlo de mi personalidad". ¿Y usted?


Claro, siempre hay que burlarse de uno mismo, no tomarse demasiado en serio. En 'Los ilusos' tratamos de vernos a nosotros mismos como posibles personajes de ficción, actores y técnicos. Y ahí es inevitable y necesaria la burla, en el sentido más sano y lúdico. Me gusta bordear el ridículo y si hace falta, hacerlo.



¿En qué medida podríamos leer 'La ilusiones' (Periférica) como el guión no escrito de 'Los ilusos', y a la vez como una novela, un diario de rodaje o un dietario íntimo de sueños?


Tiene un poco de todas esas cosas y a la vez no acaba de ser ninguna de ellas. Es un libro extraño, escrito de forma muy inconsciente. No pensaba en publicarlo. Julián Rodríguez, escritor al que sigo y admiro y cinéfilo de verdad, lo leyó y quiso publicarlo en su preciosa editorial, Periférica. Pero además ejerció una verdadera labor de editor, sugiriéndome cortes y animándome a no hacer un libro fácil ni cómodo. Ha sido el último regalo inesperado de todo este proceso.



¿Qué significa Zaragoza en su vida?


Zaragoza es mi segunda ciudad. Aquí vive mi mejor amigo, el escritor Daniel Gascón, co-guionista de 'Todas las canciones hablan de mí'. Pero hay muchos otros amigos queridos: nombrarlos a todos sobrepasaría las páginas que dedica este periódico a la sección de deportes...



Recuerda a Félix Romeo, tan inolvidable para muchos...


En 'Los ilusos' hay una deuda muy fuerte con Félix Romeo, que murió dos meses antes de empezar a rodar, y con su amigo de juventud, Chusé Izuel, que se suicidó hace veintiún años, al que nunca conocí. Félix me habló de su historia con Chusé, de los relatos que dejó escritos y que él mismo publicó tras su muerte. Aquel libro póstumo de Chusé, 'Todo sigue tranquilo', es quizá la fuente de inspiración más importante para 'Los ilusos', porque allí se cuentan historias de personajes en la veintena, personajes que deambulan en un limbo inconcreto, cuando algo parece haberse roto dentro de ellos pero no se sabe muy bien a qué se debe. Aquellos genios o enamorados de los que hablaba Chusé Izuel tienen mucho de nuestros ilusos.