el patio de mi recreo

Eva Armisén: "Me enamoré perdidamente de John Travolta"

La pintora aragonesa cuenta recuerda su infancia y juventud en Zaragoza y su marcha a Barcelona para estudiar Bellas Artes.

Eva Armisén con su hermana Cristina en Zaragoza, con 8 y 7 años.
Eva Armisén con su hermana Cristina en Zaragoza, con 8 y 7 años.
HA

Pintora e ilustradora, de gran proyección. Nació en Zaragoza, donde vivió hasta los 18 años. Reside en Cataluña desde que fue a Barcelona a estudiar Bellas Artes. Premio Artes Plásticas en los Artes&Letras de 2020. Hasta el 24 de abril se puede contemplar en la Lonja su exposición ‘Alegría’

¿Recuerda su infancia como una época feliz?

Muy feliz.

¿Qué le hizo reír por primera vez?

Mi padre nos leía las aventuras de Guillermo Brown. Nos hacían gracia, pero lo que de verdad nos hacía reír era verle a él. Lloraba de la risa y no podía seguir. Era contagioso.

¿Qué era en el patio del colegio?

Un poco de todo, dependiendo del día y de la compañía. La rara, la líder, la seguidora, la empollona, la gamberra, la tímida…

¿Se sentía rara, especial?

Me encantaba vestirme diferente. Desde muy pequeña llevaba ortodoncia y mi abuela me hacía unas bolsitas de punto con mi inicial para guardar el aparato cuando me quedaba a comer. Las combinaba con la ropa.

¿Recibió algún castigo que le dejara huella?

Muchos de los castigos tuvieron que ver con el aparato de los dientes. Lo perdía constantemente. Un día de vacaciones en Galicia estábamos pescando cangrejos con mi hermana y teníamos que ir a comer. Los cangrejos estaban entrando en mi retel y no quería irme. Como no hacíamos caso mi abuelo tiró del retel y yo vi como un cangrejo que estaba entrando se quedaba fuera. Grité tan fuerte que el aparato de la boca salió disparado. Mis padres me hicieron buscarlo en la ría toda la tarde, cuando bajó la marea. Me daba terror.

¿Qué es lo que más le gustaba hacer cuando no estudiaba?

Salir con amigos.

¿Tenía algún complejo que le amargara?

Me creció el pecho muy rápido y me daba muchísima vergüenza.

¿Cuál fue la calle de su infancia?

Un descampado que cruzábamos cada día entre el Clínico y la Romareda para ir al colegio mi hermana y yo. Por el camino nos íbamos encontrando con los amigos antes de entrar a clase.

"No me gustaba cruzar el descampado los días de cierzo. O volábamos o no avanzábamos, recuerdo el frío. Me gustaba vivir en una torre muy alta, para mi un rascacielos, y tener muchos vecinos"

¿Qué es lo que más y lo que menos le gustaba de Zaragoza?

No me gustaba cruzar el descampado los días de cierzo. O volábamos o no avanzábamos, recuerdo el frío. Me gustaba vivir en una torre muy alta, para mi un rascacielos, y tener muchos vecinos.

¿Cuál es el episodio que con más frecuencia vuelve a su memoria?

Las vacaciones en Ramallosa, un pueblo de Galicia donde veraneábamos. Allí viví muchas primeras veces.

¿Echa de menos haber hecho algo en su infancia?

Nunca lo he pensado. Debe ser que no.

¿Tenía mucha conciencia política?

No.

¿Qué imagen tenía de Francisco Franco?

Era pequeña. Recuerdo la fiesta cuando se murió y ver muchos dibujos animados con mi hermana.

¿Era religiosa?

Iba a misa con mis padres cada domingo. ¿De qué modo le hizo sufrir el sentido del pecado, la sensación de mala conciencia? Esa sensación la he notado de adulta. En mi infancia viví todo con mucha naturalidad. No recuerdo sufrimiento, cuando tocaba nos confesábamos y seguíamos con lo nuestro.

¿Qué fobia forjó en esos años?

Durante muchos años me dieron un asco tremendo los caracoles. No entiendo cómo ni por qué en el comedor de nuestro colegio nos daban patatas con caracoles. No sé cómo los cocinaban, pero se quedaban tiesos con los cuernos fuera flotando en una sopa aguada.

¿Cuál fue su primer contacto con la muerte?

Fue en casa de mi mejor amiga. Su abuela había muerto y la velaban en casa. No entiendo cómo yo me quedé a dormir en su casa aquella noche. Me dio mucho miedo que se levantara, no pegué ojo.

"Soy incapaz de memorizar una canción entera. No lo he conseguido nunca. Hubo una chica en el colegio que me obligaba a cantar 'Érase una vez un barquito chiquitito' cuando salíamos al patio"

¿Cómo ganó su primer dinero?

De adolescente trabajaba de camarera en el Omapile, un bar de Doctor Cerrada.

¿Cuál fue la primera estrella de cine que le fascinó?

Me enamoré perdidamente de John Travolta cuando vi 'Grease'. Soñaba con él y no tardé en ir a una peluquera en el Portillo a que me hiciera la permanente como a Olivia Newton John. El resultado fue tremendo y tuve que lidiar con él durante meses.

¿Y la primera persona que, en la vida real, le provocó una emoción inolvidable?

Mi hermana Cristina. Siempre hemos tenido una relación especial.

¿Cuál fue la primera canción que memorizó?

Soy incapaz de memorizar una canción entera. No lo he conseguido nunca. Hubo una chica en el colegio que me obligaba a cantar 'Érase una vez un barquito chiquitito' cuando salíamos al patio. Recuerdo que me daba miedo y la cantaba bajito, pero nunca entera porque no la sabía.

¿Qué libros le deslumbraron?

En la adolescencia devoraba las novelas de John Irving.

¿Había alguna persona que conociera –que no fuera de su familia– a la que admirara de un modo especial?

A Izaskún Arrieta. Mi profesora de pintura en el colegio.

¿Quiénes fueron sus grandes amistades? ¿Cuál es el recuerdo más poderoso que le ha quedado de ellas?

Mi primer amigo, novio, 'marido', fue Francisco Bello. Cada patio nos casábamos. Éramos tremendamente felices juntos, je, je. No lo he vuelto a ver. Mis dos amigas del alma del colegio Vicky y Ana siguen estando cerca, recuerdo una escapada memorable con ellas a Calafell.

De todo lo que le enseñaron sus padres, ¿qué es lo que caló en usted con más fuerza?

"Mi gran alegría, dedicarme a lo que me apasiona. Mi gran tristeza, saber que hay mil cosas que no podré hacer, la falta de tiempo"

El respeto a los demás y el valor de la independencia.

¿En qué momento pensó a qué dedicar su vida?

No recuerdo el momento, pero lo tuve claro. Disfrutaba pintando, era como mejor me sentía. Por eso estudié Bellas Artes. Tuve el apoyo de mi familia siempre. En ese momento no lo valoré, pero fue importantísimo para mí.

¿Hay algún defecto o debilidad que detectara en su infancia y que aún no ha logrado superar?

La tozudez y el querer hacerlo todo sola.

¿Cuál fue su gran alegría? ¿Y la gran tristeza?

Mi gran alegría, dedicarme a lo que me apasiona. Mi gran tristeza, saber que hay mil cosas que no podré hacer, la falta de tiempo.

Si pudiera viajar en el tiempo y regresar a sus primeros años durante un día, ¿a qué día volvería?

A un día de verano en Playa América, en Ramallosa.

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