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El hilo imaginario y la belleza de la vida: la mirada de Eva Armisén que cumple un sueño

La pintora plantea una exposición llena de vitalidad, energía y aspiración a la felicidad en la Lonja de Zaragoza: ‘Alegría’

Eva Armisén, ante su obra: pintura, dibujo y las piezas de cerámica.
Eva Armisén, ante su obra: pintura, dibujo y las piezas de cerámica.
Oliver Duch.

La identidad artística de Eva Armisén (Zaragoza 1969) queda revelada en su obra al poner al descubierto al ser humano, creando una relación entre causa y efecto que lleva a conectar desde lo individual, un sentimiento global. De ahí que su obra se sienta tan cercana. Bajo una apariencia de ingenuidad, la artista logra dar contenido a una experiencia visual capaz de sintetizar sensaciones y detalles pictóricos de concentrada emoción. Su trabajo, por tanto, se convierte en un potencial soporte para la imaginación.

Eva Armisén traslada a La Lonja la ilusión de la joven que se fue a Barcelona para formarse y que ahora vuelve con el reconocimiento internacional. Y lo hace con sencillez, con la naturalidad que imprime a su obra. Con un estudiado montaje que aporta vida y corporeidad al universo personal que funde pintura y vida.

La exposición reúne una colección de obras fechadas entre 2015 y 2021, aunque son mas numerosas las realizadas en los dos últimos años. El espacio ha sido dividido en distintas secciones que agrupan piezas caracterizadas por un mismo hilo conductor y que se inicia con ‘Pintar la Vida’. Es la carta de presentación de la autora, que la define e identifica como en ‘Autorretrato’ (2020). Simplicidad de líneas, planteamiento frontal de la figura, potente gesto en el tratamiento formal del dibujo y una declaración manifiesta de ternura en la provocación emocional.

Eva Armisén pone los mimbres de lo que va a ser el relato a lo largo de toda la exposición, como cuando titula ‘Tejer la vida’ (2020). Un enunciado que traspasa las propias dimensiones del cuadro para tomar forma en el espacio y abarcar el hilo imaginario que recorrerá los campos expresivos de su pintura.

La narración no se hace solo en solitario sino que se construye de acuerdo con la manera de vivir.

La narración no se hace solo en solitario sino que se construye de acuerdo con la manera de vivir. Y aquí aparece el segundo apartado dedicado al ‘Léxico familiar’. Lo extraordinario de lo cotidiano. El punto de vista incluye escenas en las que están representados los seres cercanos, como ‘Picnic’ (2020).

Habla de experiencias que se fundamentan en el sentimiento de compartir momentos en una mesa al aire libre, todos juntos, jugando, paseando o junto al mar. Imágenes visuales que hay que retener para que pervivan en el recuerdo. Escenarios de reunión, de encuentro y celebración. Y ese hilo que va cosiendo las vivencias se explaya con ‘Amor’. Así se denomina la tercera distribución en la que el hilo –representado al principio de la exposición– va tejiendo las prendas que unen el sentimiento y al mismo tiempo sirve de cohesión. Un amor personificado en un corazón rojo que sirve de ‘Alimento’ (2020) que se exhala al ‘Respirar’ (2021 o que hace ‘Perder la cabeza’ (2021).

La exposición también incluye una sección dedicada a los ‘Retratos del confinamiento’ realizados en 2020. Un mosaico de rostros realizados durante la pandemia a partir de fotografías que simbolizan la necesidad de relacionarse en un momento de incomunicación.

El recorrido continúa con ‘La lucha y la fragilidad’. En esta zona la artista pone de manifiesto la necesidad de no rendirse y lo hace con metáforas, como la necesidad de adaptarse a los cambios como si fuera una ‘Mudanza’ (2019) o de ‘Estar en construcción’ (2018). En este apartado los fondos no son tan ilustrativos y el dibujo no aparece tan perfilado, como si plasmara las inseguridades y los temores ante acontecimientos sobrevenidos. Además ha querido personificar esa fragilidad a través de una colección de cabezas de cerámica trabajadas en el taller de Toño Navarro, El siguiente apartado se centra en la Naturaleza y en la alegría que trasmite. Una manifestación en la que aparece mimetizada con el paisaje o refleja su ‘Vida interior’ (2020) en un colorido vital compuesto por un friso de flores. El último tramo esta dedicado a la ‘Celebración’. Un canto a la vida, optimista, con composiciones mas complejas de personajes en dos registros como en ‘La verbena’ (2021). Momentos de fiesta, con guiño incluido a Zaragoza en el óleo ‘Un día especial (Baturros)’ de 2021. Y el cierre que viene de la mano de la ‘Inspiración’ que vuelve a evocar el hilo del inicio para sacar ‘El lado luminoso’ (2017).

La exposición también cuenta con un espacio dedicado a las ilustraciones del libro infantil ‘Mamá y el mar’  (2017). Eva Armisén conoció en Corea del Sur a las Haenyeo (mujeres del mar). Una comunidad de la isla de Jeju que se dedica a la pesca submarina en apnea. La artista se centra en los dos personajes del título, en su entono marino, en su relación con las demás mujeres cuando por ejemplo flotan en el agua arraigadas a boyas redondas y salen a la superficie emitiendo un silbido que significa que están vivas. Unos dibujos que colaboraron para que este colectivo entrara en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

LA EXPOSICIÓN

'Alegría'. Eva Armisén. Comisaria: Dolores Durán Úcar. La Lonja. Hasta el 24 de abril.

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