música

Canciones de paz por Ucrania: señalar la sinrazón y apaciguar el corazón

Este listado aúna los cantos a la paz, la denuncia de la injusticia y la música diseñada para templar los ánimos o, simplemente, alegrar la existencia

John Lennon y Yoko Ono en la cama de su habitación del Queen Elizabeth Hotel en Montreal, en 1969, cantando 'Give Peace A Chance'.
John Lennon y Yoko Ono en la cama de su habitación del Queen Elizabeth Hotel en Montreal, en 1969, cantando 'Give Peace A Chance'.
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Por muy extraño y absurdo que parezca, el planeta Tierra contempla actualmente un escenario de guerra a gran escala en el corazón de Europa, no muy lejos de una de las llamadas cunas del mundo. La amenaza bélica no es extraña a la vida cotidiana, y se desarrolla por numerosos puntos del globo por conflictos vecinales, luchas de poder, oscuros intereses económicos de los grandes grupos de poder -solo hay que seguir el dinero, como decían Bernstein y Woodward en el caso ‘Watergate’ y, décadas más tarde, en los manejos de la Fundación Trump- o, como en este caso y sin perjuicio de que confluyan otros factores, la megalomanía de un líder como Vladimir Putin. El presidente ruso ya había dado muestras sobradas en el pasado de su carácter autoritario y pocos escrúpulos, rasgos multiplicados ahora con las insultantes justificaciones de su ofensiva militar, indiscriminada y cruel, con múltiples bajas civiles.

En esta contingencia, cualquier consuelo es bueno para las víctimas. Obviamente, los bienes de primera necesidad y el refugio son más valiosos que las buenas palabras y los gestos efectistas, pero todo aquello que pueda levantar el ánimo y dar un poco de paz a quienes temen a diario ser objetivo de un misil es alimento espiritual. Tampoco es mala cosa escuchar los versos y oír las notas de quienes se manifestaron a favor de la libertad y repudiaron la violencia, o solazarse en las ocurrencias de artistas que saben cómo llegar al corazón y mecerlo adecuadamente. En estas cuarenta piezas musicales se repasan muchos estados de ánimo, pero priman el sosiego, la reflexión, la esperanza, la alegría y la paz.

John, Yoko y Violeta

Para empezar, un himno aireado en 1969, que sirvió de emblema en las protestas pacifistas contra la implicación de Estados Unidos en la guerra de Vietnam. La composición del ‘beatle’ John Lennon se hizo también famosa por la imagen que le mostraba junto a su esposa Yoko Ono en la cama.

Violeta Parra fue un símbolo de la lucha por los derechos sociales de los más desfavorecidos en su Chile natal. Aunque su vida concluyó trágica y abruptamente en 1967, su música (y la de su compatriota Víctor Jara, torturado hasta la muerte y también presente en esta lista) materializó la lucha contra el totalitarismo del sátrapa Pinochet en las dos décadas siguientes. Por su parte, Ely Guerra es una de las cantantes y compositoras mexicanas más respetadas de las últimas tres décadas, lo mismo que ocurre con la enigmática Fiona Apple en Estados Unidos.

La lista salta de la pausa colorida y el trote sonoro de Josh Rouse al grito de Silvio Rodríguez en ‘Ojalá’, también dirigida a Pinochet. Dos compositores excelsos como Neil Hannon o Juan Luis Guerra (con su ‘Palomita blanca’) dan paso al dios del reggae Lee ‘Scratch’ Perry y a los mexicanos Café Tacvba, que estarán en septiembre en Zaragoza con motivo del Vive Latino. El británico Tricky, fanal del triphop desde Bristol, y el puertorriqueño Residente aportan sus imágenes de observación del conflicto y revisión de prioridades, Gary Clark habla de navegar por la vida y Draco Rosa, del latido de la madre Tierra.

Disparidad sin disparos

U2 recuerda el domingo sangriento irlandés con el deseo implícito (y explícito en algunos versos) de que nunca se repita, y el argentino Gustavo Cerati se alía con el guitarrista de The Police Andy Summers en la revisión de un clásico de Sting. La bellísima voz de Elisabeth Fraser al servicio de Massive Attack dibuja una lágrima en el aire, y Eva Amaral le canta a la revolución.

La británica Laura Mvula se fija en la luna para sus trinos, el maestro Kiko Veneno nos recuerda que la vida es dulce, Ludovico Einaudi hace hablar a su piano y Pablo Milanés desnuda el alma desde su cubanía irredenta; Michael Stipe habla de lo relajante que es nadar de noche, y la simpar Silvia Pérez Cruz revisita a Leonard Cohen; a continuación, Johnny Cash, Jorge Drexler, Chris Cornell y Aute conforman un atípico cuarteto de mus en el que los cuatro (solo Drexler sobrevive) espantan sus demonios con aires muy distintos.

En la recta final del listado asoman los Tribalistas desde Brasil, en clave de saudade por los tiempos inocentes de la infancia, y el gallego Xoel López apostando por la tierra como lienzo de sueños cumplidos. Al amor moderno de David Bowie le secunda una canción-tirita de Álex Ferreira, y Bob Dylan hace un uno-dos con Jairo ‘Depedro’ Zavala gracias a 'Blowin in the Wind' y la 'Máquina de piedad'. Kate Bush habla de la esperanza de que algo bueno va a pasar y la dupla mexicano-colombiana de Natalia Lafourcade y Esteman se deleita en la belleza del caos. Paulinho Moska reflexiona desde Brasil sobre las actitudes ante lo inevitable y el cierre, porque toca, lo pone la Glocal Orchestra con su interpretación del himno nacional de Ucrania

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