artes y letras. ocio y cultura

La noche más inolvidable de Reyes de 13 artistas: triciclos, teatrillos, caballitos de cartón, un columpio...

Recuerdos y objetos de una jornada mágica donde mandan las sorpresas y quizá hasta las profecías, como le sucedió a Mariano Anós y Chema Bello

Los niños contemplan en Zaragoza la Cabalgata de Reyes.
Los niños contemplan en Zaragoza la Cabalgata de Reyes.
Toni Galán.

Uno de los textos más conmovedores que se han escrito sobre las ilusiones y desilusiones de la noche de Reyes lo firmó Miguel Hernández y lo cantó Joan Manuel Serrat en el segundo álbum que le dedicó al cantautor: ‘Las abarcas desiertas’, que también es una descripción de la pobreza del medio rural: “Me vistió la pobreza”. Hemos pedido a trece aragoneses vinculado con el mundo de las artes y las letras, y de la creación en general, que recuerden el regalo más inolvidable de una noche de Reyes. Ellos son Luis Alegre, Mariano Anós, Chema Bello, Blanca BK, Carmen Barrantes, Lita Cabellut, Patricia Esteban, Isabel González, Manuel Micheto, Rafael Ordóñez, Fernando Sanmartín, Gabriel Sopeña y Juan Villalba Sebastián.

LUIS ALEGRE ( ESCRITOR ) / 29/07/2020 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]][[[HA ARCHIVO]]]
Luis Alegre evoca el triciclo que le regalaron en su infancia.]
Oliver Duch.

LUIS ALEGRE. Cinéfilo y profesor. El triciclo

Quien lo conoce lo sabe: el cinéfilo y profesor Luis Alegre es el cronista de la infancia y la complicidad con los padres. También lo es en esta ocasión: “Cuando yo tenía 5 años, los Reyes Magos me trajeron un triciclo. Me hizo mucha ilusión por mí pero, también, por la ilusión que les hizo a mis padres. Años más tarde comprendí mejor su alegría: ellos eran los Reyes Magos y poder comprarme el triciclo, con lo justos que íbamos siempre, era toda una conquista”.

Mariano Anós compartió su teatrillo con sus hermanos.
Mariano Anós compartió su teatrillo con sus hermanos.
Guillermo Mestre.

MARIANO ANÓS. Actor, dramaturgo y poeta. Un teatrillo.

El destino parece escrito en el azar. O algo así le ocurrió al actor, dramaturgo y poeta Mariano Anós, que burla con elegancia el paso del tiempo y sigue trabajando. A él le dieron una feliz sorpresa: “Un regalo inolvidable (y profético) para mí sería un teatrillo de cartón, con sus decorados y sus personajes movidos con alambres desde los laterales. Fue un regalo compartido, como debe ser el teatro, con mis hermanos Joaquín y Javier”.

Chema Bello recibió un jersey de portero y una guitarra.
Chema Bello recibió un jersey de portero y una guitarra.
Archivo Bello.

CHEMA BELLO. Cantautor y veterinario. Equipaje de portero.

Chema Bello conoce el mundo rural como nadie. Es veterinario y además es compositor y cantante. El pasado diciembre presentaba su libro ‘Carne de canción’, que cobra aún más actualidad tras las declaraciones del ministro Garzón. Se trata de “un ensayo que trata sobre diversos aspectos que han creado una imagen distorsionada de la ganadería y de la producción de alimentos (sobre todo de orden animal)”. Dice Bello: “Uno de mis regalos inolvidables fue una equipación de portero del Real Zaragoza. Tenía once años y la camiseta era muy similar a la que vestía entonces mi referente en la portería del equipo de mis amores: Manolo Villanova. Desde luego, los Reyes hicieron un gran trabajo: la camiseta se me quedó pequeña pero la ilusión no hubiese cabido en toda La Romareda. Otro regalo inolvidable, recibido ya en edad más adulta, fue mi primera guitarra. Aún la conservo, porque ella me enseñó a no dejar escapar los sueños para transformarlos en versos y sonidos”.

Blanca BK recibió un libro de Perrault, que inclinó su vocación.
Blanca BK recibió un libro de Perrault, que inclinó su vocación.
Jesús Aznar.

BLANCA BK. Ilustradora. Cuentos de Perrault y un peluche de gato.

La ilustradora Blanca BK, ilustradora entre otros títulos de ‘Mia’ (Los libros del gato negro), evoca un obsequio que le marcó: “Mis reyes más especiales fueron cuando tenía seis años. Me dejaron un libro ilustrado precioso de cuentos de Charles Perrault y un peluche de un gato blanco con las patitas de tela de color azul. Marcaron mis dos grandes pasiones y gracias a Perrault comencé a dibujar sin parar”.

Carmen Barrantes recibió un inesperado obsequio.
Carmen Barrantes recibió un inesperado obsequio.
Pepe Añón.

CARMEN BARRANTES. Actriz. Una ecografía 

La actriz oscense, a la que veíamos hace poco de nuevo en ‘Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban)’ y en el corto ‘Cardelinas’, ha elegido un regalo sorprendente, de esos que no se pueden evaluar fácilmente. Revela: “Mi mejor regalo de reyes fue un año que dentro de una caja estaba la ecografía de mi futura sobrina Aurora. Me regalaron una maravillosa sobrina que ahora tiene diez años”.

LITA CABELLUT ( ARTISTA ) / 27/11/2018 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]]
Lita Cabellut en el Museo Goya de Zaragoza. Sus Reyes no eran magnánimos precisamente.]
OLiver Duch.

LITA CABELLUT. Pintora. Terrones de azúcar negro y un jersey.

Desde La Haya, la pintora de Sariñena, enfrascada en varios proyectos y una gran exposición que presentará el próximo mes de mayo en París, contesta por teléfono. Recuerda que Holanda está confinada por completo y que ella, en el fondo, no tanto la diferencia porque se siente un poco una anacoreta que se pasa más de media vida en el estudio. Confiesa: “La noche de Reyes no te trae buenos recuerdos. Nunca tuve regalos. Cuando vivía con mi madre y con mi abuela, alguna vez el único regalo que tuvimos fue una bolsita con algunos terrones de azúcar negro. Más tarde, cuando fui a vivir con la familia que me adoptó sí hubo regalos pero siempre me acordaré de que mi nueva hermana me trajo un precioso jersey de montaña de un viaje a Austria. Era azul clarito y también un poco blanco. Me ha acompañado durante años y era mi jersey favorito. Cada vez que pienso en él me emociono”, dice.

Patricia Esteban recuerda con emoción La Dulzona.
Patricia Esteban recuerda con emoción La Dulzona, una muñeca enorme.
Beatriz Pitarch.

PATRICIA ESTEBAN ERLÉS. Escritora. Una muñeca gigante: La Dulzona.

La profesora, escritora y columnista de HERALDO, que aún tiene fresco su libro de cuentos ‘Ni aquí ni en ningún otro lugar’ (Páginas de Espuma), recuerda una sorpresa muy especial. Dice: “Un regalo que recuerdo mucho, por inesperado, fue la Dulzona, una enorme muñeca, una especie de bebé monstruoso, cabezona, rubísima y con los pies más grandes que los míos. Era muy cara y la queríamos todas las niñas del barrio. Llevaba un vestido blanco con canesú y botitas rosa chicle. Era extraña, desproporcionada, como la hija de un ogro, pero me encantaba. No sé los malabares que tuvo que hacer mi madre esa navidad, las cuentas y el ingenio militar que desplegó para que la mañana de Reyes la niña del ogro estuviera esperándome, muy formal, dentro de su caja, en el comedor.  Nuestras madres eran expertas en multiplicar panes y peces, reinas magas capaces de hacer que la muñeca que simbolizaba todo el amor del mundo apareciera como por ensalmo, recién llegada del lejano Oriente”.

Isabel González y su hermana recibieron un columpio.
Isabel González y su hermana recibieron un columpio.
Isabel Wagemann.

ISABEL GONZÁLEZ. Escritora e infógrafa en ‘El Mundo’. Un columpio.

La autora de los cuentos de ‘Casi tan salvaje’, Isabel González, nacida en Ejea, acaba de entregar un nuevo libro de relatos a Páginas de Espuma, que saldrá en septiembre. Ella, en su respuesta, ha escrito un cuento: “Mi hermana y yo dormíamos en la misma habitación. Abrimos los ojos, corrimos a la ventana y en la ventana no había nada salvo nuestros zapatos sin paja y los vasos sin agua, muestra clara de que Reyes y camellos habían pasado por ahí, habían comido, habían bebido y se habían largado sin soltar prenda. No hubo tiempo para la decepción sin embargo porque nuestros padres nos indicaron que corriéramos al cuarto de los juguetes y ahí estaba: un columpio metálico enorme, brillante, con las patas rojas y el asiento azul. Completamente extasiada, miré entorno. La ventana, la puerta. ¿Cómo habían logrado entrarlo si no cabía por ninguna parte? Lo cierto es que no recuerdo haberme montado en él sino las posteriores indagaciones. La anchura de las ventanas, la altura de las puertas, los ejes de inclinación de la estructura. Resultaba imposible desplazar aquella enormidad por el pasillo, pero ahí estaba: en mitad de nuestro cuarto. La magia se había hecho realidad de una forma tan palpable que quizá ese fue el regalo: el hechizo hecho columpio. Asombro que aún permanece. Columpio que veo columpio que despierta en mí el impulso irresistible de balancearme. Por supuesto, no tengo ni idea del momento en que descubrí el truco del montaje y desmontaje mediante tuercas y llaves, como tampoco percibía ninguna contradicción cuando la misma Noche de Reyes, desde mi casa, veía cómo Sus Majestades acababan el desfile en el puente del río Arba, se bajaban de las carrozas, soltaban unas risotadas, se fumaban un cigarro y volvían a montarse apretujaditos con sus coronas y sus capas refulgentes en un Seat 127 camino del siguiente pueblo. Vivir de niña en las afueras, en ese espacio entre el campo y el pueblo crea herramientas invisibles capaces de ensamblar los opuestos. Los Reyes son los padres y los padres son los magos y los magos, ferreteros”.

Manuel Micheto ante la muestra 'La piel de Aragón'.
Manuel Micheto ante la muestra 'La piel de Aragón'.
Guillermo Mestre.

MANUEL MICHETO. Médico y fotógrafo. Una cámara de fotos.

El médico y fotógrafo bilbilitano, autor de la gran exposición ‘La piel de Aragón’, recibió un regalo que alumbró su vocación: “Mi mejor regalo de Reyes fue una cámara fotográfica mod. Canon demi, que me pusieron los Reyes Magos cuando tenía catorce años. Aún la conservo como parte de mi colección de cámaras (86 piezas). Y ahí comenzó todo”.

Rafael Ordóñez con su libro último dedicado a Pablo Gargallo.
Rafael Ordóñez con su libro último dedicado a Pablo Gargallo.
Toni Galán.

RAFAEL ORDÓÑEZ. Escritor. Un tanque de plástico y un juego de arquitectura.

Ricardo Ordóñez es historiador del arte, poeta y exjefe de servicio del Ayuntamiento de Zaragoza. Acaba de publicar un poemario de haikus y la monografía ‘Sobre Pablo Gargallo y su museo. 1982-2018’ (Ayuntamiento de Zaragoza), museo dicho sea de paso que dirigió en los años 80. Relata: “En mi familia, emigrantes andaluces que llegaron a Zaragoza a mediados de los cincuenta, nunca hubo regalos de Reyes durante nuestra infancia. Pero viviendo en El Grado (Huesca), donde mi padre trabajaba en la construcción del pantano, la empresa constructora (creo que era ENHER) regaló juguetes para Reyes a los hijos de los trabajadores. Me correspondió un rudimentario tanque de plástico verde y un sencillo juego de arquitectura (con sus piezas geométricas tintadas en rojo, azul, amarillo), que me entusiasmaron. Debía ser el año 1961 y nunca lo he olvidado”.

Fernando Sanmartín sintió la llamada del scalextric.
Fernando Sanmartín sintió la llamada del scalextric.
Aránzazu Navarro.

FERNANDO SANMARTIN. Escritor y gestor cultural. Un Scalextric.

Fernando Sanmartín, poeta y narrador y gestor cultural en Las Cortes de Aragón, siempre ha tenido una gran querencia por los objetos. Especialmente por los trenes. El autor de ‘Días en Nueva York y otras noches’, dice: “Mi regalo inolvidable fue un Scalextric. Aún lo conservo. Me gustaba conducir los coches y ensamblar la pista, ponerle puentes, alguna chicane, el cartel de meta. Mañana lo sacaré otra vez”.

Gabriel Sopeña recibió una Enciclopedia de Naturaleza que le impulsó a leer.
Gabriel Sopeña recibió una Enciclopedia de Naturaleza que le impulsó a leer.
Toni Galán.

GABRIEL SOPEÑA. Profesor y músico. Una enciclopedia de Ciencias Naturales.

Gabriel Sopena, que ultima disco y ofreció un concierto en la sala Galve el pasado día 29 de diciembre, recuerda un regalo vinculado al inicio de una de sus pasiones: la lectura. Dice: “Debía de tener yo nueve o diez años tal vez, y los Reyes Magos me pusieron una Enciclopedia de Ciencias Naturales, de Bruguera, yo no había escrito eso en la carta. Había pedido los juguetes típicos de entonces, pero no sé si escribieron la carta mis padres o mis tíos, que me malicio que fueron mis tíos, y me regalaron esa enciclopedia que me cambió la vida. Me aprendí todos los animales y todas las plantas. Todavía la conservo en casa, todavía, y el primer volumen era de Abedul a Centeno. Quizá fueran seis tomos. Era una enciclopedia verde, muy común, que quizá mucha gente conozca. Pero fue un regalo verdaderamente inolvidable. Excitó muchísimo mi afán de lector. Ese fue primer regalo inolvidable. Le podía decir mi primer scalextric, pero eso se lo dirán otros”.

Juan Villlalba recibió un caballo negro que le recordaba a 'Furia'.
Juan Villlalba recibió un caballo negro que le recordaba a 'Furia'.
Diego Estopiñán.

JUAN VILLALBA SEBASTIÁN. Profesor y escritor. Un caballo negro de cartón.

Juan Villalba es profesor de literatura y escritor y biógrafo. Su último libro, que presenta en Zaragoza el día 11, es una biografía de la soprano turolense Elvira de Hidalgo, maestra de Maria Callas. Recuerda Juan: “Mi regalo inolvidable de Reyes sería uno que tuve cuando tenía alrededor de ocho años. Recuerdo que fue un caballito de cartón, negro.  Aunque ya me tocaban los pies en el suelo, era un caballo grande y me hizo mucha ilusión porque entonces fue cuando yo empecé a ver por primera vez, en blanco y negro, la televisión y había visto una serie que se llamaba 'Furia' o algo parecido sobre un caballo negro. Y me hizo mucha ilusión”.

LAS ABARCAS DESIERTAS

Poema de Miguel Hernández

Por el cinco de enero

Cada enero ponía

Mi calzado cabrero

A la ventana fría

Y encontraban los días

Que derriban las puertas

Mis abarcas vacías

Mis abarcas desiertas

Nunca tuve zapatos

Ni trajes, ni palabras

Siempre tuve regatos

Siempre penas y cabras

Me vistió la pobreza

Me lamió el cuerpo el río

Y del pie a la cabeza

Pasto fui del rocío

Por el cinco de enero

Para el seis, yo quería

Que fuera el mundo entero

Una juguetería

Y al andar la alborada

Removiendo las huertas

Mis abarcas sin nada

Mis abarcas desiertas

Ningún rey coronado

Tuvo pie, tuvo gana

Para ver el calzado

De mi pobre ventana

Toda gente de trono

Toda gente de botas

Se rio con encono

De mis abarcas rotas

Por el cinco de enero

De la majada mía

Mi calzado cabrero

A la escarcha salía

Y hacia el seis mis miradas

Hallaban en sus puertas

Mis abarcas heladas

Mis abarcas desiertas

Mis abarcas vacías

Mis abarcas desiertas

Mis abarcas heladas

Mis abarcas desiertas

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