La ópera 'Goyescas' de Granados llega al Auditorio en versión de concierto

La Orquesta Reino de Aragón y el Orfeón Pamplonés rinden un homenaje musical hoy al pintor de Fuendetodos.

Ricardo Casero, dirigiendo uno de los ensayos de la ópera
Ricardo Casero, dirigiendo uno de los ensayos de la ópera
Toni Galán

Enrique Granados escribió una suite para piano que es mundialmente famosa, 'Goyescas'. Y en ella se inspiró después para darle el tono, y el título, a una ópera menos conocida. Esa obra, que fue estrenada en 1916 en el Metropolitan de Nueva York, no es fácil de escuchar en escena, pero los melómanos zaragozanos van a tener la oportunidad de hacerlo este sábado en una producción del Auditorio y de la Orquesta Reino de Aragón (19.30, entradas a 25 euros).

La producción cuenta con las voces del Orfeón Pamplonés y de Maite Alberola, Sandra Ferrández, Javier Tomé y Javier Franco como solistas. A la batuta, Ricardo Casero.

"Es una obra compleja, que no siempre, pero sí en determinados momentos, se asemeja a la música de Strauss y de sus contemporáneos románticos -relata el director de orquesta-. Tiene un estilo inclasificable pero exquisito, y me he planteado darle una lectura ágil a la obra, con unos tempos muy ajustados a la partitura. Si Puccini es el Mahler italiano, Granados podría ser perfectamente el Mahler español".

La obra está ambientada en el Madrid de 1800 y gira en torno a un cuarteto de personajes (Rosario, Pepa, Paquiro y Fernando) en el que se tejen rivalidades y amores hasta que, al final, Fernando muere en duelo a manos de Paquiro.

La clave de toda ópera, estructurada en tres cuadros separados por el famoso 'intermezzo', está lógicamente en las voces, que tienen que ser versátiles y muy bien formadas. "Exige un nivel altísimo de solfeo y una gran técnica vocal -subraya Casero-, especialmente para el tenor y la soprano, pero también para el barítono y el coro. Granados decía que no era un músico, sino un artista, y ello se puede ver en su trabajo, con alto nivel de complejidad".

No va a ser una ópera escenificada sino en concierto, dadas las características de la sala Mozart. Pero será un acontecimiento musical. En un momento en el que las principales salas y orquestas europeas están saliendo aún del bache producido por la covid, cuando no hacen planes con muchos meses de antelación, el Auditorio de Zaragoza y la Orquesta Reino de Aragón han acometido un proyecto tan ambicioso como este, que subirá a escena a más de 150 voces e instrumentistas. Tanto en los ensayos (el orfeón los ha realizado con mascarillas) como en la función de esta tarde, se han respetado al máximo las medidas de prevención para intérpretes y público.

"Es una ocasión única para conocer esta obra, que no se programa habitualmente y que merece ser mucho más conocida", subraya Casero.

La producción, de momento, no se ha 'vendido' a otros auditorios. La Orquesta Reino de Aragón se sumergerá la próxima semana en otro de sus grandes proyectos. El 18 de diciembre, con los coros sénior e infantil de Amici Musicae, ofrecerá también en el Auditorio un programa con piezas de Tomás Bretón, en el que se incluye la cantata 'Aragón', estrenada en 1919 en la plaza de toros y que no había vuelto a sonar hasta ahora. 

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