Pilar Lana: la curiosa historia de la empresaria que introdujo la máquina de vapor en Zaragoza para hacer corsés

Una exposición en el Centro de Historias recuerda la prácticamente olvidada figura de esta emprendedora e innovadora que fundó a finales del siglo XIX en la capital aragonesa la primera factoría de corsés de España, donde luego fabricó hielo y chocolate.

Ni una foto. Ni un retrato. De momento no se ha encontrado rastro de ningún documento que nos permita saber cómo era físicamente Pilar Lana Sarto. Y, sin embargo, las pocas huellas que quedan de ella dan fe de unos logros que bien merecerían algo más que el olvido. 

Lana, procedente de Pina de Ebro, fundó en Zaragoza, a finales del siglo XIX, la primera fábrica de corsés de España, un hito empresarial que también lo fue tecnológico, pues, además de emplear a cientos de obreros, a través de esta industrial pionera llegó a la capital aragonesa la primera máquina de vapor.

El avance tecnológico la animó a diversificar el negocio, de manera que a los pocos meses Pilar pasó a manufacturar chocolate y hielo en su fábrica. O más bien habría que decir en sus sucesivas fábricas, porque de un pequeño taller que abrió en la calle de San Voto en 1875, poco después de quedarse viuda y a cargo de un hijo de apenas un año, pasó a regentar una fábrica de cuatro naves en el Camino de las Torres, otra después en la calle de Cinco de Marzo y la tercera y última, en la calle Costa, de la que disfrutó poco pues murió un año más tarde. Se trataba de un imponente edificio del reputado arquitecto Francisco Albiñana -masón como el marido y el hijo de Lana y fusilado nada más comenzar la guerra civil- que después ocupó el periódico 'La Voz de Aragón'

¿Pero cómo es posible que una empresaria tan rompedora haya pasado a la historia siendo prácticamente una desconocida?

Lo motivos son varios, según los estudiosos. María Pilar Biel, profesora e investigadora de la facultad de Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza, lo encuadra dentro de la desidia con la que en España en general y en Aragón en particular se ha tratado lo relativo el patrimonio industrial, su especialidad.

La catedrática de Literatura del Instituto Goya, Carmen Romeo Pemán, es en estos momentos la principal estudiosa e impulsora de la recuperación de la figura de Lana -de la que deja constancia en su blog 'Letras desde Mocade'. Añade alguna idea más sobre la escasa trascendencia histórica de esta mujer singular. 

Primero, Lana no debía de prodigarse especialmente a nivel social. "Bastante tenía con poner de pie semejante negocio en un mundo de hombres", apunta Romeo. Y añade: "Yo creo que influyó que solo tuviera un hijo y que este muriera sin descendencia". No obstante, le llama la atención que la empresaria "apareciera en publicaciones de la época casi como una heroína, pero su legado prácticamente haya desaparecido". De hecho, la propia Romeo se topó  con ella casi por casualidad. En realidad, la catedrática estaba investigando la presencia femenina en los albores de la Cruz Roja, a finales del XIX. Le llamó la atención la generosidad e ímpetu de Lana como benefactora de la entidad, pese a que no podía ser socia, pues entonces solo lo eran las mujeres de los militares.

"Pilar Lana es el modelo de mujer que hoy se querría sacar de las aulas de una facultad de Empresariales" 

Lana estaba muy comprometida en cualquier caso con la institución, en una época en la que Zaragoza se encontraba especialmente volcada con un hospital que se había levantado exprofeso para acoger a los soldados heridos en las guerras de Cuba y Filipinas. Lana donaba reseñables cantidades de corsés, que se rifaban, eran muy demandados y reportaban grandes cantidades de dinero a la Cruz Roja.

Romeo se 'enganchó' a Lana y empezó a rellenar los aún importantes huecos de una historia que habla de innovación tecnológica, hitos pioneros y comerciales, estrategias empresariales y laborales que resultan precursores de lo que predomina hoy en día. Pilar Lana fue, en muchos aspectos, una visionaria. "Es el modelo de mujer que hoy se querría sacar de las aulas de una facultad de Empresariales", defiende Carmen Romeo.

Viuda muy joven de un abogado (Daniel Mendiri y Gan), Lana se metió de lleno en un negocio entonces floreciente, el de la corsetería. No solo se puso a fabricar los muy demandados corsés en su taller de San Voto, sino que fue capaz de subirse a la ola de un sector creciente, en el que cada vez más mujeres aspiraban a ceñirse al cuerpo la ropa interior que lucían las más adineradas. Podría decirse que contribuyó a 'democratizar' el corsé.

La fábrica corsetera de Pilar Lana fue la primera a tal efecto que se abrió en España y sus productos llegaban a todo el país. Ya con la moderna fábrica del Camino de las Torres abierta (1899) y con la máquina de vapor a todo rendimiento, Lana comenzó a diversificar. Además de fabricar corpiños, también puso en el mercado su propio chocolate y continuó pegada a los adelantos de cada época ofreciendo hielo.

El ímpetu de Lana tuvo réplicas. En 1901, cuando se trasladó a la calle Cinco de Marzo, ya había en Zaragoza siete corseterías, tres de ellas regentadas por mujeres.

Para entonces, Pilar ya era una empresaria reconocida. En 1902, el periódico 'El Liberal de Madrid', con motivo de las Fiestas del Pilar, realizó un reportaje sobre la Zaragoza industrial en el que elogiaba la fábrica de Pilar Lana en estos términos: "Daría idea de su importancia, y que, no obstante, la enorme cifra de fabricación actual que constantemente va en progresión, se halla en condiciones y es susceptible de seguir produciendo mucho más, esto es, de servir cuantos pedidos se hagan, sea cual fuere estos".

La esquela de Pilar Lana, en la primera página de Heraldo de Aragón.
La esquela de Pilar Lana, en la primera página de Heraldo de Aragón.
Heraldo

En 1911 decidió construir otra fábrica de corsés y su vivienda en la primera planta, encima de los locales, en la calle Costa, 8, pero falleció el 22 de anril 1912. Su esquela apareció en lugar destacado en la primera página del Heraldo de Aragón. Su hijo, Daniel Mendiri Sarto, continuó con el negocio. Casado con Adela Gascón y Marín, falleció a los 67 años, sin hijos. Con él murió la historia de la fábrica y comenzó a difuminarse la historia de Pilar Lana.

En 1913, al año siguiente de la muerte de la empresaria, el 'Heraldo de Madrid' le dedicó un largo artículo: "Esta aragonesa de muy privilegiado talento supo demostrar la capacidad intelectual de la mujer para magnas empresas encumbradoras del buen nombre y progreso de su ciudad natal. Es la fábrica más antigua y de mayor producción de corsés en España. Trabajan las obreras y operarios en inmejorables condiciones, en pabellones amplios, con luz espléndida y disponiendo de la más perfecta y moderna maquinaria. Casa es la de Pilar Lana que hubiera ganado seguramente todos los certámenes de las más altas recompensas, pero enemiga de triunfos oficiales, prescinde siempre de presentarse a esas Exposiciones y sólo figuró en la Hispano Francesa de 1908"

La exposición '(in)Visible', que hasta el 19 de septiembre puede verse en el Centro de Historias de Zaragoza, se hace eco de los estudios de Carmen Romeo con la idea de recuperar y contextualizar la importancia de Pilar Lana en la historia social, económica y empresarial de Zaragoza.

 

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