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El oscense Vito Sanz da vida a un ingeniero en ‘A este lado del mundo’ de David Trueba

El filme aborda la inmigración en Melilla y el actor, de vis cómica, realiza un papel dramático

Vito Sanz protagoniza 'A este lado del mundo'.
Vito Sanz acudió al XXIII Festival de Málaga con David Trueba.
Jorge Zapata/Efe.

ZARAGOZA. "Este año en el Festival de Málaga ha sido un poco distinto. Ha habido un intenso protocolo contra la covid, menos gente, pero el entusiasmo de siempre. Las ruedas de prensa se hacían en los hoteles. Coincidimos con Jordi Evolé, que presentó su documental; de hecho, en la película ‘A este lado del mundo’, de David Trueba, aparece en una secuencia de su famosa entrevista con el Papa", dice el actor oscense Vito Sanz (Huesca, 1985), que es el protagonista de esa película, "pequeña, sensible, hecha amorosamente con un equipo reducido", que narra los conflictos de la inmigración en Melilla.

Tras ‘La virgen de agosto’ (2019) de Jonás Trueba, cabría decir de que este es otro papel serio para un actor versátil, que ha destacado en la comedia o en series como ‘Vergüenza’: "Los Trueba me apadrinan. Primero empezó Jonás, el sobrino, y ahora sigue David, el tío. Pero, bueno, a mí me encanta hacer reír".

En ‘A este lado del mundo’, Vito Sanz encarna a un ingeniero arrastrado por las inercias de la vida. "Tiene sus rutinas, pero un día lo despiden del trabajo y hace lo imposible para que su novia no se entere. Su propio exjefe lo llama de inmediato y le ofrece un trabajo en Melilla". Allá se va, con una misión: "Tiene que diseñar un sistema de valla que no sea tan agresiva, que no hiera a la gente". Pero al estar allí descubre "las tensiones, el comercio, las relaciones en Mellilla, los puntos débiles. Y descubre que aquella es una ciudad europea en África, una ciudad compleja, un cruce de culturas, en la que podrías no enterarte de los conflictos, pero cuando te das cuenta ves que emerge una realidad impactante, incluso sobrecogedora", señala.

Al personaje le asignan una ayudante, encarnada por Anna Alarcón, y "será ella, una fantástica actriz, quien me ayude a abrir los ojos", agrega. Vito Sanz se siente muy cómodo con David Trueba: "Es un director tranquilo y sabio, que tiene una visión de la vida gratificante y estimulante. En un tiempo muerto, en un descanso del rodaje, conversas con él y aprendes mucho", afirma.

La película se rodó durante una semana en Melilla, y dos más en Madrid. "A la vez que nosotros, al lado de la valla se estaba rodando una gran producción sobre traficantes de drogas. Y eso a la gente le inquietó mucho. David obró con suavidad, dejó claro desde el principio lo que quería, y todo fue sobre ruedas. A veces la película, adquiere hasta un aire de documental". Vito Sanz es consciente de que ha crecido como actor, y que ha dejado por el camino la ansiedad.

"Si algo he aprendido, o he adquirido, ha sido una cierta serenidad en los trabajos y esperando los trabajos. A veces te llaman y a veces nadie se acuerda de ti. Hay que aprender a vivir con eso, sino te desesperas. Y también he aprendido a serenarme en las escenas, antes querías darlo en cada una de ellas como si se acabase el mundo", revela.

Con todo, no para. Ahora, con su grupo teatral Club Caníbal prepara una obra de teatro centrada en la pasión de Alfonso XIII por el cine pornográfico, del que era buen coleccionista. "La obra se titula ‘Alfonso el Africano’ y se estrenará en el Centro Dramático Nacional. Teníamos fecha para septiembre, pero tras la pandemia se ha retrasado a enero".

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