HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE ARAGÓN. 'ARTES & LETRAS'

Herminio Lafoz: memorias de la transición

El profesor, historiador y político repasa en 'Estaba yo tocando el banjo' sus recuerdos de la agonía del franquismo y la llegada de la democracia

Herminio Lafoz publica sus memorias.
Retrato de un joven músico, historiador, político, profesor, en 1977, en Barbastro.
Comuniter/Lafoz.

El escritor Javier Delgado, ya fallecido, le recuerda a Herminio Lafoz en 'Uno de los nuestros' que una vez “estaba tocando el banjo” en la Universidad de Zaragoza y Lafoz, un testigo privilegiado de la Transición en Aragón, decide aclarar aquella afirmación que considera una “inexactitud”. Pero va tan lejos en su retrospección que acaba escribiendo un libro de memorias que abarca desde 1969 a 1983, un lapso que comprende desde la decadencia del franquismo hasta la recuperación de la democracia y el autogobierno.

Lafoz, nacido en Teruel en 1952, cuenta en 'Estaba yo tocando el banjo', publicado por la editorial Comuniter, su polifacética experiencia personal, que abarca la canción de autor, la poesía, la educación, la investigación histórica y etnológica y la política, una vertiente de su personalidad que recorre todo el libro. El relato arranca con su llegada a la Universidad de Zaragoza, donde comparte estudios con dos paisanos que, con los años, acabarían en las antípodas ideológicas: Joaquín Carbonell y Federico Jiménez Losantos.

En la Universidad, Herminio Lafoz asiste a las primeras movilizaciones estudiantiles contra el franquismo con “grises por doquier” y allí echa a andar su vocación poética y musical. Recuerda como su principal logro en estos campos el trofeo de la popularidad en el Primer Certamen de Música Folk de Zaragoza, en 1972. Le entregó el premio Joaquín Díaz, “todo un lujo” para un cantante que se iniciaba en la música de raíz.

Por influencia de buenos profesores, como Ignacio Barandiarán y Guillermo Fatás, quiso ser arqueólogo, pero cuando esta vocación aflojó se decidió por la educación, la que ha sido su profesión y que le llevó en las décadas de los setenta y ochenta por los institutos de Barbastro y Borja. Fue en el destino barbastrense donde se incorpora al naciente Partido Socialista de Aragón (PSA), una formación clave en la política aragonesa del posfranquismo que acabaría integrada en el PSOE, el mismo camino que seguiría el propio Lafoz con una parada intermedia en el PCE.

Herminio Lafoz publica sus memorias.
Fragmento de la portada.
Archivo Heraldo.

El recuerdo de la experiencia vital aparece contextualizado en el libro con una extensa descripción del marco cultural, educativo y político aragonés. En 'Estaba yo tocando el banjo' se reflejan las nuevas hornadas de profesores universitarios que cuestionan la dictadura, el florecimiento de la canción de autor aragonesa, el nacimiento del PSA, la aparición del periódico ‘Andalán’ bajo el liderazgo de Eloy Fernández Clemente, las movilizaciones para conseguir un hospital para Barbastro, la pelea de los profesores no numerarios en busca de estabilidad laboral o el golpe de estado de Tejero, cuando “un dejavu del 36” sobrevoló el país. 

Pero aquella “asonada más seria de lo que nunca se ha dicho” pasó, eso sí dejando un enorme susto en el cuerpo. En 1983, dos años después, llegó el Gobierno aragonés presidido por el socialista Santiago Marraco, cuyo consejero de Cultural, José Ramón Bada, llamó a Herminio Lafoz para hacerse cargo de la Dirección General de Cultura. Atrás quedaban dos décadas muy agitadas en Aragón y en la vida de Lafoz, que, finalmente, tiene que admitir que sí, que tocó el banjo durante su etapa universitaria. La foto de portada lo atestigua.

LA FICHA

'Estaba yo tocando el banjo. Memoria incompleta, 1969-1983'. Herminio Lafoz Rabaza. Comuniter: Colección, Es un decir. Zaragoza, 2020. 212 páginas. 

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