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El 'tardeo', nuevo foco de vigilancia policial en Madrid

Conocidas discotecas de la capital funcionan ahora como restaurantes, pero en ellas el alcohol sigue fluyendo.

Borja Méndez
Gente sentada en una terraza de Madrid, este martes.
Gente sentada en una terraza de Madrid, este martes.
J. Medina/Reuters

Con el ocio nocturno cerrado por el toque de queda, el 'tardeo', salir de copas por la tarde se ha puesto de moda entre madrileños jóvenes y no tan jóvenes. Una actividad que está bajo el foco policial, que vigila el cumplimiento de las normativas sanitarias para evitar la propagación del coronavirus.

Cada sábado por la tarde se siguen formando colas y aglomeraciones alrededor de algunas de las conocidas discotecas de la capital, que ahora funcionan como restaurantes, pero donde el alcohol sigue fluyendo.

Un detalle que no ha pasado inadvertido para los agentes de la Policía Nacional y la Policía Municipal de Madrid, encargados de realizar inspecciones para que estos locales cumplan las normativas sanitarias.

El toque de queda ha cambiado el horario de la 'fiesta' madrileña. Cada vez más gente sale antes de casa a beber y busca opciones entre las ofertas de los locales de ocio. El pasado 15 de octubre el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid establecía que las salas de baile y de fiestas, discotecas y cafés-espectáculo pueden funcionar como restaurantes, bares y cafeterías.

"Todos los fines de semana comprobamos que más locales nocturnos incumplen la normativa y siguen actuando como 'discotecas de tarde'", explican a Efe fuentes policiales, sin concretar cuáles son estos establecimientos.

No son muchos los infractores pero, debido a la gran afluencia de gente, se convierten en un importante foco de contagio del virus.

Sin mascarilla y con pista de baile

Las imágenes en el interior de estos locales suele ser las de una noche de fin de semana en la capital "prepandemia", sin mascarillas, con la pista de baile abierta y con grandes grupos de gente. Ante esto, los agentes de la Policía Municipal han incrementado aún más su trabajo para buscar estas fiestas "legales".

Una de sus principales armas para combatir estas actitudes son las redes sociales, ya que los policías rastrean el contenido que suben los usuarios para ver dónde se producen las infracciones. Sin embargo, no son fáciles sus actuaciones ya que cuando inspeccionan los establecimientos "todo vuelve a la normalidad". "Las visitas son más un toque de atención", explica  uno de estos agentes.

Fuentes municipales han confirmado estas inspecciones aunque recalcan que también se hacen "durante la noche" y en todo tipo de locales. 

Otra de las formas de localizar estos incumplimientos son las quejas vecinales por aglomeraciones en la calle o incluso reyertas provocadas por el alcohol. En concreto, los residentes de la calle de Julián Romea, en el distrito de Chamberí, avisan cada tarde del fin de semana a las autoridades por los altercados que se producen a la salida de uno de estos locales.

Sin ir más lejos, el pasado 12 de diciembre agentes de la Policía Nacional tuvieron que acudir a esta zona sobre las ocho de la tarde por una pelea en la que estaban involucradas más de una decena de personas.

Balón de oxígeno

El portavoz de la asociación de empresarios de ocio nocturno Noche Madrid, Vicente Pizcueta, afirma que la posibilidad de que las discotecas de la capital puedan seguir funcionando es un "balón de oxígeno".

Otorga "seguridad jurídica" para estos locales, que desde el inicio de la pandemia apenas han contado con un 9% de facturación, según las cifras que ofreció recientemente. Sin embargo, Pizcueta ya descartó la posibilidad de que las discotecas se conviertan en una "alternativa" a los restaurantes. "Van a vivir en sinergia para poder subsistir", reconoció.

Muchos de los aficionados al 'tardeo' no quieren volverse a sus casa a las doce de la noche -como obliga el toque de queda- por lo que en las salidas de estos locales afloran las 'relaciones públicas' de las fiestas ilegales.

"Te abordan y te proponen planes en sitios cercanos donde hay barra libre cobrando unos 20 euros la entrada", detalla un joven que recibió más de una decena de propuestas el pasado fin de semana.

Las denominadas "fiestas ilegales" proliferan cada vez más en la capital. El pasado fin de semana los agentes municipales intervinieron en 350 y la cifra ascendió a 500 durante el puente de la Constitución. "Se pone más énfasis en las fiestas que se han trasladado a viviendas tanto particulares como de uso turístico, y en garajes o locales para otros usos", reconocen las fuentes municipales.

En las inspecciones, además de los operativos especiales de los distritos de la policía, también colabora la Agencia de Actividades del Ayuntamiento de Madrid.

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