Sánchez quiere una investidura sin contar con el PP, ni con el independentismo

Los socialistas dejan claras sus intenciones ya que no se vislumbra una negociación fácil.

Sánchez, al frente de la Ejecutiva del PSOE
Sánchez, al frente de la Ejecutiva del PSOE
SERGIO PEREZ

Pedro Sánchez quiere comenzar cuanto antes las negociaciones para su investidura y por eso empezará los contactos con Unidas Podemos y sus confluencias y con partidos minoritarios, pero no pretende contar ni con el Partido Popular ni con el independentismo catalán.

Los socialistas han querido dejar claras sus intenciones ya el día después de los comicios y tras un primer análisis de los resultados del 10N, en los que no se vislumbra una negociación fácil porque el bloque de la izquierda necesitaría apoyos adicionales para formar Gobierno.

Ni el PSOE piensa contar con el PP ni los populares facilitarán la investidura de Sánchez. Ambas partes lo han dejado claro desde ya.

Aunque dentro del PP ha habido quien ha apostado por la abstención con condiciones, como ha hecho el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, Génova ha sido tajante negando esa posibilidad.

De esta forma, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha advertido de que su partido no se va a abstener en la investidura de Sánchez, porque evitar que gobierne el líder socialista es "una labor patriótica" para ellos.

Y en el PSOE, el secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, ha recalcado que lo que quiere el partido es un Gobierno progresista, y por eso se pondrán en contacto con Unidas Podemos y sus confluencias y con los partidos minoritarios dispuestos a pactar. Formaciones en definitiva, ha añadido, que "no quieren bloquear España".

Entre los "bloqueadores", Ábalos ha incluido a ERC, como también ha reconocido que los socialistas no esperan la abstención de los populares. Y sí ha subrayado que esperan el apoyo de Ciudadanos, porque ese partido ya dijo en campaña que no bloquearía.

Así que lo que buscan los socialistas es una suma de las fuerzas de izquierda con formaciones regionalistas y nacionalistas "proclives" al pacto. Y ahí entraría también Cs, muy debilitada tras quedarse con diez escaños y haber dimitido su líder, Albert Rivera.

Lo que también ha subrayado el PSOE es que no habrá una gran coalición con los populares.

"No va a haber frente común con el PP porque nuestra función ahora es administrar el caudal de respaldo que tenemos para gobernar con las ideas de nuestro programa y ser el muro de contención de la ultraderecha. El PP representa a la derecha y es nuestro adversario político". De esta manera lo ha apuntado esta tarde la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, en Onda Cero.

A la espera de que se produzcan los primeros contactos, esta jornada deja por otro lado el primer análisis de resultados. Y por parte del PSOE, a pesar de perder 760.159 votos y tres escaños, apenas ha habido autocrítica.

Porque José Luis Ábalos ha insistido en que "la victoria será mínima, pero el sustantivo de ganar nadie lo puede modificar", y por eso ha pedido que se "reconozca la victoria del PSOE".

"Todas las posibilidades de gobernar pasan por los socialistas. ¿O es que la derecha suma?", se ha preguntado Ábalos, quien a la cuestión de cuál es la responsabilidad del PSOE en el crecimiento de la extrema derecha ha respondido que los socialistas son los únicos capaces de frenar a Vox y ha culpado al PP de "blanquear a la ultraderecha".

A su juicio, además, Cataluña también ha exarcebado los nacionalismos y los extremismos "de un lado y otro".

En la derecha, habrá que esperar a este martes, cuando se reúna el Comité Ejecutivo Nacional del PP, para conocer el análisis de Pablo Casado después de que su partido haya remontado hasta los 88 escaños, veintidós más que en abril aunque lejos de lo que esperaba Génova, que confiaba al menos en llegar al centenar e incluso esperaba un empate con los socialistas.

Quien sí ha hecho su análisis ha sido el gran triunfador de la jornada electoral, Vox, convertido en tercer partido en el hemiciclo con 52 diputados.

El líder de Vox, Santiago Abascal, ha recalcado que la gobernabilidad no es responsabilidad de su formación, porque los españoles les han votado para que hagan oposición.

Y aunque no es el principal partido de la oposición, ha querido marcar con el PSOE más distancias que las del PP.

Porque ha asegurado que en su partido no echarán "en cara" al Partido Popular y Ciudadanos un acuerdo con el Partido Socialista dado que "comparten políticas". Les ha pedido, eso sí, que lo hagan cuanto antes debido a la "emergencia nacional" que vive el país por la crisis en Cataluña.

Y desde el independentismo, pese a que José Luis Ábalos ha insistido en que no está en la mente de los socialistas hablar con el independentismo, ERC ha hecho oídos sordos y ha instado al PSOE a sentarse a hablar.

Así se lo ha pedido la portavoz de Esquerra, Marta Villalta, quien ha advertido a Pedro Sánchez de que tras salir "debilitado" de las elecciones solo tiene dos opciones: escuchar lo que han dicho los ciudadanos en las urnas o permitir que la derecha siga avanzando. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión