coronavirus

Lucha global contra la pandemia: un mundo a un metro de distancia

Los ciudadanos de todo el planeta tratan de adaptarse a las calles desérticas, los confinamientos y la ausencia de ocio y vida comercial.

((NOTA: esta información está elaborada con aportaciones de todos los corresponsales internacionales de COLPISA))
Coronavirus, un reto mayor para el complejo sistema de salud de Latinoamérica
Coronavirus, un reto mayor para el complejo sistema de salud de Latinoamérica
ORLANDO BARRÍA

Nadie dijo que la Humanidad estuviera preparada para asumir una pandemia, pero intenta aprender a marchas forzadas. Si algo demuestra la expansión global del COVID-19 es que la realidad cotidiana no es inamovible y que algo tan diminuto -ínfimo podría calificarse- como un virus puede modificar la percepción y la vida de un planeta entero. Así lo ven al menos los corresponsales de este periódico, que han testado en distintos países cómo se vive a un metro de distancia del resto del mundo.

BÉLGICA - Salvador Arroyo

"Salir lo menos posible y evitar el contacto con los demás"

Bélgica, once millones de habitantes, más de un millar de personas infectadas y en fase de contención reforzada de la enfermedad, ha aprobado medidas de confinamiento que entrarán en vigor este miércoles. Se pide a la población que se quede en casa, como en otros países, pero se les deja salir a correr o hacer deporte de forma individual o en compañía de otra persona que viva en la misma casa. Las clases presenciales están suspendidas y ya desde el viernes permanecen cerrados bares, restaurantes y cafeterías.

Son los primeros días también sin centros comerciales, tiendas de moda, y otros establecimientos. Muchos jóvenes optaron por las fiestas privadas, que fueron duramente criticadas por las autoridades sanitarias. En los supermercados, el personal utiliza guantes desechables; carros y cestas son desinfectados tras cada uso. Como en España, el papel higiénico fue el primer producto que se agotó. Aún se raciona su venta.

Press conference after a video conference of the EU Council on EU Actions on COVID-19
Rueda de prensa posterior a un videoconferencia del Consejo Europeo sobre COVID-19 en Bruselas.
STEPHANIE LECOCQ

ITALIA - Darío Menor

"Más de una semana ya en cuarentena"

Los 60 millones de habitantes de Italia son los europeos con más experiencia en el encierro domiciliario por el coronavirus. La población tiene prohibido salir de casa, excepto por motivos laborales, de salud o de necesidad. Hace una semana, el primer ministro, Giuseppe Conte, endureció la cuarentena al ordenar el cierre de todas las tiendas, negocios, bares y restaurantes excepto las farmacias, los supermercados y los puntos de venta de productos de primera necesidad.

Coronavirus in Italy
Coronavirus en Italia.
MATTEO CORNER

El cerrojazo también afecta a las industrias. Todo ello se nota en la calle, apenas sin movimiento. Las restricciones expiran el día 26, pero parece que se prorrogarán. Las terrazas y ventanas se han convertido en los centros sociales donde los italianos se relacionan a distancia.

REINO UNIDO - Íñigo Gurruchaga

"Casi 7.000 pubs han cerrado sus puertas"

Cerca de 7.000 pubs han cerrado sus puertas hasta el próximo día 27. Causará la mayor pérdida de puestos de trabajo en la historia de la Irlanda independiente, según la asociación de propietarios. El sector emplea a 50.000 personas. En Reino Unido, Boris Johnson o alguno de los ministros del gabinete comparecen diariamente en la televisión para incrementar su comunicación con la ciudadanía, siguiendo la pauta de la parsimoniosa reacción del Gobierno británico a la epidemia.

Esta semana se publicarán los modelos matemáticos en los que el Ejecutivo basa su singular política. Son muy esperados porque los científicos críticos señalan que el bajo nivel de test de infección -40.279 hasta ahora- impide tener los datos para elaborar algoritmos fiables.

CHINA - Movimientos restringidos cincuenta días después

China no titubeó. El Gobierno cerró Wuhan, ciudad de 11 millones de habitantes considerada el epicentro de la pandemia, el 23 de enero. Se establecieron barricadas en los accesos y se detuvo el transporte público. Rápidamente, la decisión se extendió al resto de la provincia de Hubei, donde habitan 60 millones de personas que, más de 50 días después, aún tienen restringidos los movimientos. La cuarentena se extendió al resto del país y, a diferencia de lo que ha hecho España, supuso el cierre de todas las empresas no esenciales. Los comercios bajaron la persiana, las calles se vaciaron, el uso de mascarillas se hizo obligatorio, y la segunda potencia mundial contuvo el aliento.

"La estrategia ha funcionado: los contagios locales fuera de Hubei han desaparecido"

La estrategia ha funcionado: los contagios locales fuera de Hubei han desaparecido y, desde el 10 de febrero, las zonas menos afectadas han recomenzado la actividad empresarial. Ahora, la población que regresa a las calles, aún protegida por las mascarillas, observa con estupor la inacción de EE UU y Europa.

FRANCIA - Confinados en casa bajo multa de 135 euros

La idea del confinamiento va calando entre los franceses después de que el lunes el presidente Emmanuele Macron decretase esta medida. Un día antes toda la población pudo ver las irresponsables imágenes de miles de ciudadanos en los parques y bulevares para aprovechar los rayos de sol pese a las recomendaciones sanitarias. Desde este martes, los residentes solo pueden salir de casa para ir a trabajar, al médico o a hacer la compra salvo multa de 135 euros.

Antes de la aplicación de la medida, numerosos parisinos dejaron la capital para dirigirse a sus segundas residencias, a menudo en Normandia, en un éxodo parecido al protagonizado por madrileños y vascos el viernes pasado en España. Empiezan a verse mascarillas por las calles. Prolifera el teletrabajo -obligado en parte por el cierre de los colegios- y restaurantes, cafeterías y comercios -salvo los de primera necesidad- permanecen cerrados.

RUSIA - Baja el número de peatones y aumentan los atascos

En Rusia, en donde había hasta el martes solo 93 infectados de coronavirus y ninguna muerte, no se ha ordenado todavía el confinamiento forzoso en las casas, salvo a las personas llegadas de países con un alto nivel de propagación de la enfermedad, que deben permanecer en sus domicilios 14 días. Su número supera las 13.000 en Moscú, ciudad que registra 41 contagios y cuya población alcanza casi los 13 millones de habitantes. De manera que el porcentaje se sitúa en torno al 0,1% y, por tanto, por las calles sigue transitando gente, los transportes por las calles sigue transitando gente, los transportes se llenan en horas puntas, au se llenan en horas puntas, aunque no tanto como antes, y las tiendas, centros comerciales, restaurantes, cafeterías y hoteles siguen abiertos.

Coronavirus Covid-19 reaction in Moscow
Reacciones ante la pandemia por coronavirus en las calles de Moscú.
SERGEI ILNITSKY

Sí es cierto que en la capital rusa se ven menos personas de lo habitual, ya que las autoridades aconsejan quedarse en casa y la información adversa que llega desde otros países, además de la previsión de aumento de la pandemia en Rusia, ha levantado algo de psicosis. Sin embargo, hay muchos más coches y atascos al considerarse el transporte particular más seguro que el público. Son pocos los que llevan mascarilla y guantes, aunque todos procuran mantenerse a distancia de los transeúntes. Los comercios están bien abastecidos. Aun así, los rusos hacen ya acopio de alimentos, jabón, detergente y papel higiénico.

Aunque en Alemania no se ha ordenado una cuarentena general, las calles de sus ciudades se muestran casi desiertas tras el cierre de centros educativos y la decisión de muchas empresas de permitir a una buena parte de sus empleados trabajar desde casa. El vacío se nota más tras el acuerdo entre el Gobierno federal y los dieciséis Estados federados para clausurar todos los comercios excepto los de alimentación, droguerías, farmacias, kioscos, servicios de comida a domicilio, gasolineras, oficinas postales, bancos y lavanderías.

Los hoteles tienen orden ya de no admitir turistas, solo clientes en viajes de trabajo. El Gobierno pide a los alemanes que «se queden en casa» y sacrifiquen sus vacaciones. Calcula que la situación durará meses.

Ellos no lo sabían, pero los neoyorquinos vivieron el lunes, víspera de San Patricio, su último día de normalidad. Una oportunidad más para sentarse en un restaurante o tomarse una cerveza en la barra de un bar. A primera hora del martes entró en vigor el bando municipal que obliga a cerrar restaurantes, bares, teatros, discotecas y cualquier otro establecimiento dedicado al entretenimiento. No será cosa de unos días, como creen algunos, los que todavía reservan espacio en la clase de yoga y planean su agenda social de la semana como si la pandemia no tuviera nada que ver con ellos.

"La curva ascendente de la infección no es una curva -advierte el gobernador Andrew Cuomo-. Es una ola y va a romper sobre nuestro sistema sanitario". Como los animales huyen hacia las montañas antes de un tsunami, las calles de Nueva York han empezado a quedarse desiertas. Se puede cruzar la calle sin ver pasar un coche. De hecho, todos los de alquiler están agotados. Muchos se preparan para pasar la primavera en el valle del Hudson.

Israel fue uno de los primeros países en imponer la cuarentena obligatoria a todos los recién llegados. Los datos elevan a más de 250 los infectados, hay decenas de miles de ciudadanos aislados y se realizan 1.200 test diarios. El Estado hebreo se enfrenta a la crisis con un Gobierno en funciones en el que Benyamin Netanyahu es quien anuncia las medidas de choque.

Las escuelas, incluidas las religiosas, universidades y centros culturales están cerradas, se han prohibido reuniones de más de diez personas y autorizado el uso de la tecnología que se emplea en la lucha antiterrorista para combatir la propagación del virus. Los territorios palestinos también han cerrado sus fronteras.

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