Descubre los deliciosos sabores de Vietnam en un restaurante del centro de Zaragoza

El perfil del público de este restaurante es muy diverso, desde estudiantes universitarios (los precios son asequibles) hasta personal del cercano hospital Miguel Servet, que lo tiene como uno de sus secretos a voces.

Platos del restaurante Vita de Zaragoza
Platos del restaurante Vita de Zaragoza
HERALDO

En la puerta se anuncia chuletón de Txogitxu, una buena señal. La oferta, además, se amplía y diversifica hacia la cocina vietnamita, algo lógico teniendo en cuenta que la copropietaria (junto con Juanjo) y chef, Carolina, proviene de este país del Lejano Oriente. La Taberna Gastronómica Vita abrió hace casi dos años y medio en el número 4 de la calle Bruno Solano de Zaragoza, y desde entonces cuenta con un público fiel y el elemento del boca a boca, siempre interesante cuando la calidad es el primer mandamiento de un establecimiento de restauración.

Vita no es grande, tiene una buena barra, terraza exterior y una decoración, sobria, cuidada. A Carolina se unen en los fogones las cocineras Chía y Paula, mientras que Juanjo y la camarera Larissa atienden a los clientes en sala. La carta no es amplia, pero sí variada y bien escogida. El plato estrella es vietnamita: el Nem Ram, un rollito de papel de arroz relleno de cerdo ibérico y verduras, al estilo ‘street food’.

La Taberna Gastronómica Vita: para comer cerca del Hospital Miguel Servet de Zaragoza

El perfil del público es muy diverso, desde estudiantes universitarios (los precios son asequibles) hasta personal del cercano hospital Miguel Servet, que lo tiene como uno de sus secretos a voces. También gustan mucho de la carta los takoyakis japoneses (bolitas rellenas de pulpo y Katsuobushi o atún seco) y la flor de Aragón, que es un corazón de alcachofa confitada con paleta ibérica y huevo de codorniz. Tiene igualmente muchos fans la brocheta La Maravilla, que mezcla beicon, queso, cangrejo y gamba, todo frito.

Del resto de la carta brilla el pan bao (uno de los mejores de la ciudad) relleno de longaniza y el original Manhattan de croquetas, servido en copa de cóctel: son deliciosas unidades de jamón ibérico y risotto de setas, ligeramente salseadas con crema de queso de Radiquero. Hay carnes, pescados y postres caseros diversos, entre los que brilla un capricho buenísimo: las trufas de chocolate tainori y belga.

En bodega hay varias denominaciones de origen aragonesas y además de un menú degustación de 29,90 brilla su menú ejecutivo de mediodía, válido de lunes a viernes a mesa completa, por 16,90 euros. Para quien no lo conozca, todo un descubrimiento. Los que ya son fieles no necesitan convencerse de tan interesante visita en el corazón de la ciudad.    

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