Cómo hacer torrijas al vino tinto en casa
Esta receta tradicional explica cómo preparar el postre típico de la Semana Santa en España, pero con vino.
Las torrijas son uno de los postres que no pueden faltar en la Semana Santa de España. Las de pan, leche y miel quizá sean las más famosas, pero hay familias que cocinan torrijas con leche condensada e, incluso, los más sibaritas prefieren las tostadas francesas. Al margen de los gustos de cada uno, esta Semana Santa de 2024 no está de más conocer otras recetas como las torrijas de crema, en vez de leche, y las torrijas al vino tinto.
Las torrijas al vino tinto son una gran elección de postre, porque a mucha gente le gusta... ¡el vino!, y las torrijas se conservan en buen estado varios días, por lo que son un postre muy socorrido para estas fechas. Lo único que hay que tener en cuenta para esta receta es que hay que preparar dos elaboraciones, por un lado, la infusión del vino para las torrijas y, por otro, las propias torrijas.
Hay que apuntar que, para aquellas personas a las que no les apasione el vino tinto, pueden utilizar un vino dulce como el moscatel.
Receta de torrijas al vino tinto
Ingredientes:
Para la infusión del vino y el almíbar: 750 mililitros de vino tinto.
400 mililitros de agua.
300 gramos de azúcar.
1 ramita de canela.
1 piel de naranja.
200 gramos de azúcar para cocinar el almíbar final.
1 barra de pan
3 huevos.
1 pizca de sal.
Azúcar y canela para rebozar la torrija.
Aceite de girasol para freír.
Receta paso a paso de las torrijas al vino
El primer paso de esta receta es preparar la infusión del vino para las torrijas. Para ello, en una cacerola añadimos 750 mililitros de vino, 400 de agua, la piel de una naranja, 300 gramos de azúcar y una rama de canela. Se hierve la mezcla durante cinco minutos y se deja al menos 8 horas que repose con la tapa puesta.
Después de dejarla reposar, se quita la canela y la piel de naranja de la infusión y se comienza a preparar las torrijas. Para ello, se corta el pan a rebanadas y en un plato hondo se baten los huevos y se mezclan con media cucharada sopera de azúcar blanco y una pizca de sal. Se mezcla bien hasta integrar todos los ingredientes y en otro plato hondo se añaden tres o cuatro cazos de la infusión de vino.
A continuación, el paso de toda la vida, se pasa la rebanada de pan primero por el plato de vino (como si fuera la leche) y después por el huevo. Debe quedar impregnada por ambos lados, pero no debe chorrear. Una vez están lista, toca freírlas con aceite de girasol, piel de limón y una rama de canela. La mejor forma es retirar los añadidos cuando el aceite esté caliente y ya freír el pan. El último paso es escurrir el exceso de aceite con ayuda de papel de cocina en cada una de las torrijas y rebozarlas en la mezcla de canela y azúcar al gusto.
