gastronomía

El mercado modernista de un pueblo de Zaragoza cumple 120 años

La lonja de Almonacid de la Sierra fue proyectada por Ricardo Magdalena y en la actualidad sigue siendo el lugar de compras cada sábado.

El Nuevo Mercado de Almonacid de la Sierra en 1904.
El Nuevo Mercado de Almonacid de la Sierra en 1904.
Cedida por Luis Ángel López

Cada sábado el bando de Almonacid de la Sierra anuncia a primera hora que es día de mercadillo. Se celebra en una de las principales plazas, en la de San Nicolás, y es una costumbre que se repite en numerosos pueblos aragoneses. Sin embargo, pocos municipios pueden presumir de disfrutar de una lonja que data de hace de 120 años.

En el punto neurálgico de la villa, a los pies de la iglesia parroquial de La Anunciación, se emplaza el "Nuevo Mercado", como reza en su fachada con ciertos aires modernistas. "1904" dice en una de sus puertas, es decir, es de la misma época que el Mercado Central de la capital aragonesa.

Fue proyectado por el prestigioso arquitecto Ricardo Magdalena, en los mismos años que decoró el Puente de América de Zaragoza sobre el Canal Imperial de Aragón, ideó el Monumento a los Mártires de la plaza de España o la fachada principal de la Casa de Amparo de la calle de Predicadores. "El Ayuntamiento se lo pudo encargar al conocido profesional porque en ese momento Almonacid tenía mucho dinero, ya que el vino era un negocio pujante en esos años", cuenta Luis Ángel López, cronista de esta localidad de la comarca del Campo de Cariñena.

El Nuevo Mercado de Almonacid de la Sierra en la actualidad.
El Nuevo Mercado de Almonacid de la Sierra en la actualidad.
Montañés

Se mandó levantar para mejorar el servicio de mercado los días de lluvia, viento y frío, que hasta el siglo XVI había sido en el interior de los templos. La herencia oral cuenta que los productores locales vendían las frutas, verduras, quesos, legumbres o encurtidos, como ocurre ahora, más de un siglo después –aunque en la actualidad también hay una pequeña parte de zapaterías, lencería, ropa y otros productos–. A día de hoy, más de la mitad del espacio está dedicado a alimentación con vendedores de pueblos cercanos.

La apariencia, que a más de uno le puede recordar al sabor de los mercados de grandes ciudades europeas, es casi similar a cuando se concibió. Se trata de un porche rectangular abierto, con seis balcones simétricos corridos, tres hacia cada lado. La parte superior de los arcos está rematada con una fina decoración. Allí, se descubren detalles florales que combinan con frutas: racimos de uva, granadas –también llamadas mengranas–, membrillos o peras cuelgan de las puertas. La ornamentación se completa un gran escudo de Aragón. El amarillo y el azul, en tonos pasteles, le dan identidad en la plaza.

El Nuevo Mercado de Almonacid de la Sierra en la actualidad.
El Nuevo Mercado de Almonacid de la Sierra en la actualidad.
Montañés

En constante renovación

A lo largo de los años se ha sometido a varias reformas, como la de 1995. Antaño, como delata la memoria de los lugareños y las fotografías antiguas que han trascendido hasta el presente, la entrada principal tenía una ornamentación superior más trabajada. Otro aspecto que ha desaparecido son las tres puertas que clausuraban los accesos. "Se cerraban con llave", explica López, quien también es panadero y campanero en la localidad. Este mercado se abrían dos días a la semana para dar servicio a los vecinos de la localidad.

El Nuevo Mercado de Almonacid de la Sierra se ha convertido en un atractivo turístico más del pueblo y en un vecino más. Seguramente lo sea también para las venideras generaciones, porque continúa a la sombra de la moreras de la plaza, como desde hace más de un siglo.

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